Foto: Man Ray
El
dormitorio de una mujer. A la izquierda, un gran lecho desordenado. A
la derecha, puerta que da a un cuarto de baño encendido. Una mesita
con un teléfono. Una silla baja. Algunos libros. La luz de una
lámpara.
La
mujer está en el suelo. Después de una pausa se medio incorpora,
cambia de posición y vuelve a dejarse caer. Finalmente se alza, se
echa un abrigo sobre los hombros y va hacia la puerta.
Suena
el teléfono. La mujer deja caer el abrigo y se precipita hacia el
auricular.
Desde
ese mismo instante va a hablar sin interrupción: de frente, de
espaldas, de perfil, en pie, de rodillas, sentada o paseando. Al
acabar caerá derribada sobre la cama abandonando el auricular.
En
realidad, cambiará de actitud con cada bloque expresivo: el del
perro, el de la mentira o el del abandono. Su desconsuelo no se
refleja en la elocución del texto sino en su gestualidad.
Hay
un gran predominio del color blanco.
El
autor propone a la actriz que abandone la ironía, la amargura y la
expresión directa del subtexto de mujer destrozada. Se trata,
simplemente,de una mujer muy enamorada, con pocos recursos
intelectuales, que lucha hasta el final para arrancar al hombre una
confesión sincera y para que, al menos, se salve así la memoria
limpia del amor anterior.
La
imagen continua que el autor desearía que se transmitiese al público
es la de un animal herido que se desangra y que realmente inunda al
final de sangre verdadera todo el espacio escénico.
ELLA—¿Diga?
Hola. Diga, diga. No, no es aquí… No, señora, debe haber un
cruce… La oigo muy mal… Es un cruce, sí… Pues claro, cuelgue…
¿Qué?…Con otro número. ¿Qué más quiere saber?… ¡Por
favor!… Sí, dígame…Colgar… colgar… ¿Cuántas veces quiere
que se lo repita? Señorita, porfavor, señorita… Déjelo ya
señora… ya está bien… No, esta no es la clínica…No es cero
siete, es cero ocho… Bueno, esto es idiota… de locos… y yo que
sé, señora… no es a usted, es a mí a quien llaman…
(Cuelga,
pero no retira la mano del aparato que vuelve a sonar. Descuelga.)
Sí,
hable… Pero, señora. ¿No comprende que yo no puedo hacer nada?…
¿Y a mí qué me importa si usted está nerviosa?… Le digo que no…
La culpa sería suya, claro que sí… de usted… Hola… Sí,
señorita… ¿Me oye? operadora…Ah, por fin… Que me están
llamando, señorita, y no consigo hablar… Sí, un cruce… Por
favor, dígale a esa abonada que cuelgue de una vez, para que yo
pueda hablar…
(Vuelve
a colgar. El teléfono suena nuevamente.)
¿Sí?…
Sí, sí… menos mal… ¿me oyes?… ¿Eres tú?… ¿me oyes
ahora? Sí, yo…no, es terrible… te oigo lejísimo… en el fin
del mundo… ¿Diga?… ¡Esto es de locos!… oigo muchísimas
voces… todas a la vez… Vuelve a intentarlo… Que me llames otra
vez… No, no, tú… QUE-ME-LLA-MES-OTRA-VEZ… Señora oseñorita o
lo que sea ¿quiere callarse ya?… ¿Cuántas veces tengo que
explicarle que esta no es ninguna clínica? Hola… Hola…
(Cuelga
nuevamente y el timbre suena otra vez.)
Al
fin, por fin… Al fin te oigo… Sí, bastante bien… Sí, sí…
Era una tortura, te oigo en medio de un tumulto… no… no… sí…,
pues casi por casualidad…todavía no hace ni un cuarto de hora que
he llegado a casa… ¿Me habías llamado antes?… Ya, sí, sí…
No, no he cenado aquí… Marta me invitó a su casa… Pues deben de
ser las once y cuarto, once y veinte… ¿Es que no estás en tu
casa?… Entonces. ¿Y qué hora tiene ese reloj?… Eso, lo que yo
te hedicho… Claro, naturalmente… La noche de ayer, la noche de
ayer… Ah, sí, me acosté enseguida, y tomé una pastilla porque no
conseguía dormirme…Claro… sólo una… Era muy temprano,
alrededor de las nueve…Seguramente… tenía un poco de jaqueca,
pero enseguida se me fue… He almorzado aquí con Marta y luego he
dado una vuelta para hacer unas cuantas compras… Muy rápido… Al
llegar aquí lo primero que he hecho ha sido poner todas tus cartas
en ese bolsón amarillo… ¿Lo recuerdas?¿Después?… ¿Cómo?…
Sí, por supuesto, una se conforma con todo en esta vida… ¡Qué
remedio!… Jurado… Sí que soy valiente, sí que lo soy… ¿Luego?
Pues nada, arreglarme hasta que vino Marta y salir con ella… Sí,
claro, de su casa aquí… Es muy buena amiga… mucho… es una
persona estupenda… Sí,claro, da esa impresión, pero luego es un
ángel… tú me lo dijiste, tenías razón, como siempre… El traje
salmón y la piel clara esa… ¡Pues el sombrero negro, aquel que
compramos juntos…! ¡Ni siquiera me lo he quitado todavía!¡No me
has dado tiempo!… ¿Qué dices?… Fumando nada… tres cigarrillos
en veinticuatro horas… que sí, que me puedes creer, que te lo
juro… y… bueno,cuéntame algo de ti… ¿Llegas ahora a casa?…
Ah, no has salido… Asunto.¿Que asunto?… Ah, ya, el pleito ese…
Sí, ya me acuerdo…, pero descansa un rato… no puedes trabajar de
esa forma… ¡Aló! ¡Oiga!… Habla, habla, es que parece que se va
a cortar… Oye, si se corta vuelve a llamarme en seguida…Claro que
sí… ¿Me oyes? ¿Me oyes? Sí, sí, soy yo… ¿En el bolso? Pues
todas las cartas, las tuyas y las mías… Sí, ya puedes mandar por
él cuando te convenga… ¡Cómo no va a ser triste!… Lo es… Sí,
que lo entiendo… No, cariño, no, no me des más explicaciones, la
tonta soy yo… Eres muy bueno…y muy cariñoso… Tampoco yo creí
que iba a poder resistirlo… No sé de qué te asombras… menos de
lo que crees… Parezco una sonámbula… Me levanto, me arreglo,
entro, salgo, y casi no me entero de lo que estoy haciendo… A lo
mejor mañana no puedo, pero hoy, todavía… ¿A ti?… A ti no,amor
mío, tú no tienes por qué sentirte culpable de nada… ¿Qué?
No,espera, déjame… yo… claro que pasan estas cosas… Lo sé muy
bien… y no me arrepiento… Dijimos que seríamos siempre francos
el uno con el otro…Siempre… Es mucho mejor que si hubieses
esperado al último instante para decírmelo… Eso… eso habría
sido demasiado cruel… Entonces me habría dolido mucho más… Así
voy haciéndome poco a poco a la idea y… me habitúo… trato de
entenderlo… ¿Teatro? ¿Qué dices?… oiga… ¿Estás ahí? No
estoy echándole ningún teatro… ¿Cómo puedes creer que…? Tú
me conoces mejor que nadie… Sabes que no sé fingir…Nunca…
nunca… nunca…completamente tranquila… si te estuviese
escondiendo algo me lo notarías en la voz… Sí… te dije que
quería ser valiente y lo voy a ser… ¿El qué?…Bueno, eso es muy
distinto… De acuerdo, todos nos engañamos cuando conviene…
Cuesta mucho aceptar las situaciones definitivas… ¡mira que te
gusta exagerar las cosas! Te juro que he tenido tiempo para hacerme a
la idea… Y eso también te lo debo… Has sabido dormirme, mimarme.
No te faltó más que anestesiarme… lo preparaste muy bien…
Íbamos contra corriente… No hemos querido renunciar a cinco años
de felicidad y ahora tenemos que pagar el precio… Pero eso lo
supimos desde el principio,desde el primer día… Yo, por lo menos…
Jamás pensé que se iba a producir un milagro… Así que… ha
valido la pena… y no me duele pagar… ¿Qué?¿Oiga?… Nada…
que no me duele pagar porque ha valido la pena…
QUE-HA-VALIDO-LA-PENA Ya lo creo… sí…, estás muy equivocado…
mucho… He salvado lo que tenia que salvar… ¿Oiga?… lo que yo
misma he querido salvar… y he sido muy feliz contigo… muy feliz…
Ah, déjame a mí hablar un momento… Nunca te reprocharé nada…
absolutamente nada… Si es que hay culpas son todas mías… ¡Pues
claro! ¿Es que no te acuerdas de aquella carta que te escribí y de
aquel domingo en Versailles?… Fui yo, claro que fui yo, quien se
empeñó en ir y en no dejarte hablar y en decirte claramente que no
me importaba nada de nada… ¿Qué? No, no… tienes muy mala
memoria…Primero te llamé yo a ti… fue un martes, me acuerdo
perfectamente…segura es poco… Un veintisiete, martes… Tú me
pusiste un telegrama la víspera… el veintiseis, y lo recibí por
la tarde… Pero, ¿cómo se me van a olvidar esas fechas?… ¿Tu
madre te ha dicho eso?… Pues no lo sé… eso no tiene ninguna
importancia… Todavía no lo he pensado… Bueno, a lo mejor,sí…
Cuanto antes ¿no te parece?… ¿Y tú?… ¿Mañana, ya?… Pensé
que no tenías tanta prisa… Bueno, espera un momento, entonces…
No, complicado, no… Le dejaré la bolsa al portero mañana
temprano… Así lo puede recoger José a cualquier hora… ¿Quién,
yo?… Pues la verdad es que todavía no lo sé… No sé si quedarme
aquí o irme con Marta unos días al campo, a su casa… ¿Dónde va
a estar? Aquí… Pobrecillo, no entiende nada… No ladra, no…
Pero ayer se pasó el día entero husmeando del salón al cuarto y
del cuarto al salón… De vez en cuando me miraba y se le ponían
las orejas tiesas… Trataba de oírlo todo… Recorría el piso
buscándote… Yo creo que a veces se enfadaba conmigo porque yo
estaba sentada sin ayudarle a encontrarte… Creo que te lo debías
llevar tú… Aquí se puede enloquecer…No creo, es demasiado perro
para una mujer sola… conmigo se sentiría mal… Eres tú quien le
ha sacado siempre de paseo… sí, llévatelo, llévatelo…Es mucho
más fácil que se olvide de mí que de ti... Pensaremos cualquier
cosa… Eso no es difícil…, pues dices que te lo ha regalado un
amigo que tenía que marcharse… que venga José a buscarlo, José
le gusta… te lomandaré con el collar de cuero rojo y acuérdate de
que está sin placa…Bueno, ya pensaremos eso… De acuerdo… De
acuerdo, amor mío… que sí…que sí amor mío, que lo entiendo…
¿Qué? ¿De qué guantes hablas?… ¿Los de piel?… Sí, los que
llevabas en el auto… Pues, no lo sé, no me he dado cuenta… si se
hubiesen quedado aquí, yo creo que los habría visto, Pero… no
cortes…, espera un segundo… ahora mismo los busco…
(En
la mesita, tras la lámpara hay unos guantes masculinos. Ella los
besa y los apreta contra su cara.)
¿Oye?,
no, nada… Aquí no están… Por el salón, desde luego, no…
mira…luego buscaré más despacio y miraré todos los cajones… No
creo, pero si por casualidad doy con ellos te los dejo en la portería
dentro del bolso con lascartas… ¿Qué?… ¡Ah, las cartas!… de
acuerdo, sí.. Es lo mejor… Quémalas mañana mismo… te voy a
parecer una estúpida, pero… me gustaría que hicieses una cosa…
guardar las cenizas en aquella caja de concha de cigarrillos que te
regalé… Ya sabes cuál es… Sí, sí, sí… es una
niñería…perdona…
(Se
echa a llorar.)
Perdona,
ya pasó… No, no estoy llorando… Era un poco infantil eso de
lascenizas guardadas en una cajita y… ¡Si eres bueno, sí! Claro
que tengo buena memoria…
(Texto
de la cita en el idioma mas fácil para la actriz.)
“He
quemado en el horno todos los papeles de tu hermana… Pensé guardar
aquel piano del que me hablaste. Pero ha sido mejor cumplir tus
órdenes y destruirlo todo”… De acuerdo, entonces… las quemas
sin mis… ¿Te vas a acostar ya? ¿En bata?… Bueno, pero no
trabajes hasta muy tarde… Si tienes que madrugar es mejor que te
acuestes cuanto antes… Sí, ¿diga?… ¿Diga?…¿me estás
oyendo?… Ya no puedo gritar, mis… ¿me oyes ahora?… ¿Que si me
oyes mejor así?… Qué cosa tan curiosa porque yo, en cambio, te
oigo como si estuvieses aquí mismo… ¿Me oyes?… ¿Me oyes?…
¡Oiga!… ¡Oiga!…Ahora soy yo quien no oye nada… Bueno, te oigo
lejísimo… ¿Y tú?… No, no, es mejor que no cuelgues… Si,
señorita, claro que estoy hablando, ¿es que no se da cuenta?… Ah,
ahora va mejor… Sí, sí, muy bien… Ahora, perfectamente… Sí,
es incomodísimo… Parece como si te murieses de repente… que oyes
y no puedes hablar… Sí, ahora sí, ahora sí… Por lo menos no se
ha cortado la comunicación… Sí, muchísimo mejor que antes, menos
mal, y eso que tu teléfono hace un ruido muy raro… no parece el
tuyo… ¡Claro que teveo, no es muy difícil!
(Responde
a preguntas concretas.)
¿Pañuelo?…
llevas el “foulard” de las motas rojas… Claro… las mangas
dobladas por el codo… ¿En qué mano?… En la izquierda el
teléfono… y en la otra la pluma… ¿No te digo que te estoy
viendo?… estás haciendo dibujitos en el bloc… un corazón, un
sol, una casita… No te rías de mí… Ahora mis ojos están en mis
oídos…
(Se
cubre el rostro instintivamente.)
No,
cielo, mío, tú no… Ni lo intentes… No quiero que me veas ahora…
¿Por qué asustada?… asustada, no… Es… todavía peor… No…
no sé dormir sola…Claro, claro… claro… Estate tranquilo… Que
te estés tranquilo… Pues todavía no lo sé… No me atrevo a
ponerme delante de un espejo… me da miedo hasta encender el cuarto
de baño… Ayer me puse delante del espejo y me parecí una vieja…
Desde luego… una ancianita, flaca, y llena de arrugas y con todo el
pelo blanco… ¡Eres un cielo!… ¿Como una poesía, mi cara?… No
digas eso que suena muchísimo a caballero bien educado… y… me
recuerda cuando… me decías que… era fea y… tonta y…
adorable… eso estaba mejor y… perdona, era una broma… No seas
tonto… No, no lo eres… “eres un bruto”, pero me quieres…
porque si no me quisieras podrías hacerme muchísimo daño con ese
teléfono que tienes en la mano… es un arma terrible… Puede matar
a cualquiera sin dejar la menor señal… ¡Yo qué voy a ser mala!…
¡Óyeme!… ¿Hola? Diga… diga… ¡Que no te oigo!…
¿Diga?…¡Señorita!… ¡Señorita! ¡Que se ha vuelto a cortar,
señorita!…
(Cuelga;
el teléfono permanece en silencio. La espera se prolonga.Descuelga.)
¿Oiga?…
(Golpea
la horquilla del teléfono. Marca un número.)
¿Oiga?…
¿Oiga?… señorita, atiéndame…
(Golpea
la horquilla.)
Hable…
¿Eres tú?… ¿Eres tú?… Se corta la línea, señorita… No
estoy segura… Bueno, sí, sí lo se… Un momento… Auteil cero,
cuatro, cinco,siete… Hable…, sí, dígame… Comunicando claro…
Es que están intentando hablar con este número… Bueno, gracias…
(Vuelve
a colgar. Suena otra vez el teléfono.)
Oiga…,
hable por favor… Cero, cuatro, cinco, siete… no, siete, siete,
noseis… siete… ¡Por favor!
(Golpea
la horquilla.)
Señorita,
lo siento, se ha equivocado usted… Ha salido el cero seis y yo le
estoy pidiendo el cero siete… Sí… Auteil cero cuatro cinco
siete…
(La
espera se alarga.)
Por
favor… ¿Auteil cero cuatro cinco siete?… Menos mal. ¿José? ¿Es
usted?…Sí, sí, soy la señora… que estábamos hablando el señor
y yo y se ha cortado la comunicación… Ah, no… ¿No estaba
hablando desde casa?… Ya… ¿No vuelve hasta mañana, verdad?…
Sí, por supuesto, se me había olvidado… Es que estaba hablándome
desde un restaurante y al cortarse… pues… sin darme cuenta… he
llamado a la casa… Bueno, entonces, váyase a descansar, José…
Perdone y gracias… Sí, José, buenas noches…
(Cuelga
de nuevo. Llaman otra vez.)
Ah,
menos mal… Sí, nos cortaron… no, no, estaba esperando, sabía
que ibas a volver a llamar.. Sí, es que sonó hace un momento y
descolgué y no era nadie… Sí, eso pasa mucho… Estás cansado…,
pero eres un ángel habiendo vuelto a llamar… un ángel muy bueno…
(Llora.
Una pausa.)
No.
Claro que estoy aquí… ¿Qué dices? No, que tontería… Nada, no
decía nada… No. ¿Qué quieres que me pase?… Pues claro que
estoy como siempre… Sí, como siempre… Que no, ya te lo he dicho…
Estás en un error…estoy como estaba… sí, eso sí, y eso tienes
que entenderlo… Estamos hablando y hablando de esto, y… no
queremos darnos cuenta de que…habrá que callarse pronto y…
colgar este teléfono y… dejarse caer en la nada y… en el
silencio y… en la oscuridad y…
(Vuelve
a Ilorar.)
Óyeme
un momento, amor mío, sólo un momento… Nunca, nunca te hedicho
una sola mentira… Sí, tú tampoco, tú tampoco, ya lo sé, te
creo… No, no es ese el tema… es que… ahora te las estoy
diciendo… Desde que estamos hablando… no hago más que mentir…
Sí, sí, te estoy diciendo una mentira detrás de otra… yo sé…
que ya no me queda ninguna esperanza…ninguna…, pero las mentiras
son… traen mala suerte y además yo… no sé…y no puedo… y no
quiero… y tengo horror a mentirte, aunque sea… aunque sea para
tranquilizarte… No, nada serio… No, no tienes porqué
asustarte…sólo que… no te he dicho la verdad cuando me has
preguntado lo que llevaba puesto ni… no es cierto que… haya
comido, comido con Marta… no he comido… ni con Marta ni con
nadie… Y me he echado un abrigo por encima del camisón tal como
estaba sin vestir en absoluto, porque estaba tan desesperada
esperando que me llamases y… me he vuelto loca mirando al teléfono
y… levantándome y… sentándome y… corriendo por toda la casa…
que antes de enloquecer del todo, pues me eché el abrigo por encima…
Pensaba coger un taxi e irme frente a tu casa… Yo qué sé, a
mirarla, a ver tus paredes, a seguir esperando un milagro… ¡Y yo
qué sé! Nada… esperar nada, pero… mejor que estar aquí
ahogándome… Sí, sí, tienes toda la razón… Te oigo, te oigo
muy bien… No, y te lo he dicho… No voy a hacer ninguna estupidez…
Claro que te estoy oyendo… Te contestaré la verdad… cualquier
cosa, pregúntame lo que quieras… No he salido de casa… no me
sentía capaz… No, no he probado bocado… No podía tragar…me he
sentido muy mal… Sí, anoche al acostarme me tomé una pastilla
para dormir… claro que sí…, pero la verdad es que lo pensé…
pensé en tomarme el frasco y no volver a despertarme nunca.
(Llora.)
Muy
cobarde, sí… me tomé una docena de pastillas en un vaso de agua
tibia… caí fulminada… me desperté sobresaltada, pero feliz
creyendo que todavía estaba soñando y… luego… cuando vi que no…
y que era verdad… y que no tenía a nadie a mi lado… y que no
podía apoyarme en tu hombro, ni tener mis piernas enlazadas con las
tuyas ni… me di cuenta de que no esposible… de que no puedo
seguir viviendo como… sin peso… sin sangre…tan fría… tan
horriblemente fría… Entonces pensé que ni la muerte me quería
ayudar… respiraba con mucha angustia y… aguanté una hora o algo
así… y luego llamé a Marta… hace falta mucho valor para morirse
sola… y yo no lo tengo… ¿lo entiendes, mi amor? ¿Verdad que lo
entiendes?… Marta llegó a eso de las cuatro y se trajo a un médico
que vive en su misma casa… Yo tenía muchísima fiebre… y ese
médico me dijo que si no se conocen las dosis es bastante difícil
envenenarse… me recetó no se qué… y Marta se ha pasado el día
aquí a mi lado… Le he tenido que insistir mucho para que se fuese…
Quería estar sola cuando me llamases… Sabía que esta era la
última vez que me llamas. Sí, ahora, sí… Ya pasó todo… Sí,
ya pasó… Un poco de destemplanza… Pues treinta y ocho dos o
treinta y ocho tres… naturalmente que son los nervios… estate
tranquilo… ¡Soy una estúpida!… estaba dispuesta a no contarte
nada para que nos pudiésemos separar en paz y… a colgar sin más
como otras veces… como si nos fuésemos a volver a ver
mañana…
¡Qué débil soy!… sí, sí… muy débil… me da mucho miedo
colgarte este teléfono y… volver a desaparecer en la oscuridad…
(Llora.)
¿Estás ahí?…
¡Qué miedo, creí que se había vuelto a cortar…! ¡Qué bueno
eres! No te mereces todo el daño que te acabo de hacer… No te
calles, no te calles, dime todo lo que estás pensando… lo he
pasado tan mal que hasta me he revolcado por el suelo y luego,
fíjate, ya ves, me llamas, cierro losojos y ya me siento bien…
Bueno, eso me ha pasado siempre ¿no?… Tantas y tantas veces que en
la cama te he oído hablar con la cabeza sobre tu pecho… cerraba
los ojos y te oía… igual que ahora… No, qué va… tú, no… La
única cobarde soy yo… Te he dicho que me había jurado a mi misma
que…¿Cómo?… No, te equivocas, no… Pero ¿qué dices?… me
has hecho muy feliz… Te digo que no. ¿Cómo va a ser lo mismo?…
¿No ves que yo sabía, yo sabía que esto tenía que suceder alguna
vez?… Pues, claro… Lo que pasa es que hay muchísimas mujeres,
mas de las que tú te piensas, que creen que se van a pasar la vida
entera junto al hombre que quieren y, de pronto, cuando llega la hora
no están nada preparadas para la ruptura… Yo estaba preparada…
nunca te hablé de eso porque… porque era mejor, pero… un día
que fui a la modista estaba tu foto en no se qué periódico… por
cierto que…abierto por la página justa y muy bien colocadito
encima de la mesa… un detalle muy femenino, muy humano, si quieres…
Pues porque no quería amargarnos nuestros últimos días… ¿Además
para qué? Lo lógico es encajarlo y… callarse… No, no me hagas
mejor de lo que soy… Oye ¿qué es eso?… Parece música… Digo,
que me parece como si estuviese oyendo música… ¿Ah, sí?…, pues
dale con los nudillos en el tabique, como hace todo el mundo… estas
no son horas de oír música tan alta… No has tenido suerte con
esos vecinos… Además como no vivías ahí, pues se han
acostumbrado mal… No, no hace falta, mañana volverá ese médico
amigo de Marta… Que te digo que no… es muy buen médico… vino
enseguida y se puede molestar si llamo ahora a otro… Estate
tranquilo… claro, claro que sí… Por Marta…Marta te dará
noticias mías, de vez en cuando… Sí, claro que lo entiendo,¿cómo
no lo voy a entender? Te juro que voy a ser la mujer mas valiente del
mundo… Jurado… ¿Qué dices?… Sí, ya estoy bien… Si no me
hubieses llamado me habría muerto, pero ahora ya estoy bien… No,
no, no… Espera todavía un poco… un poco más… Espera un poco…
Vamos a ver si encontramos una forma de…
(Se pasea. Su
infinita desesperación le hace lanzar un gemido que no puede
controlar.)
No te enfades
conmigo… Sé que estoy haciéndote una escena… una escena
insoportable… y que me estás aguantando con toda tu paciencia,
pero me tienes que perdonar… Lo estoy pasando muy mal, estoy
deshecha, completamente deshecha… Ya no me queda más que este hilo
para llegar hasta ti… ¿Cuándo, anteayer? Pues dormir… Me llevé
el teléfono a la cama…Sí, sí… claro que me acosté… No… lo
sé, lo sé todo, sé que parece ridículo…sabía que no ibas a
llamar, pero este teléfono es todo lo que me queda ahora en el
mundo… Llega hasta tu casa y… como al fin y al cabo me prometiste
que volveríamos a hablar. He soñado de todo… Hasta que me
golpeabas con el teléfono y que me estaba ahogando y el fondo del
mar era como tu casa… Yo respiraba por un tubo de esos de las
escafandras y te pedía que no lo cortases… Ya ves… sueños
malignos… de esos que hacen sufrir y luego resultan tontos cuando
se cuentan… Ahora no, porque ahora estoy hablando contigo de
verdad… Han sido cinco años, compréndelo… cinco años en que
sólo he vivido para ti… respirando a tu lado y… esperando que
vinieses…muriéndome de espanto cuando te retrasabas porque lo
menos que hacía era temer siempre lo peor y resucitando cuando
abrías la puerta y muriéndome otra vez sólo de pensar que tendrías
que volver a irte… Como ahora… Ahora respiro porque te oigo…
Porque mi sueño no era tan disparatado… Si cortas esta
comunicación me cortas el aire… Sí, sí, he descansado… A la
fuerza… Dice el médico que la primera noche se descansa… Parece
que la intoxicación tiene un primer momento en que…hasta el
sufrimiento desaparece… Lo malo viene después… Ayer, claro, la
segunda noche y hoy va a ser terrible… Y mañana va a ser
insoportable… Y pasado mañana… No, fiebre, no, no creo… Lo veo
todo con mucha claridad…Por eso creo que debía haber seguido
mintiéndote ¿Y de qué me va a servir dormirme un rato? ¿De qué?…
Después tendré que despertarme y… hacer algo… salir a… ¿salir
a dónde?… Cielo mío, verte o no verte ha sido todo lo que he
hecho en estos años… Marta tiene su propia vida… Es como pedirle
a un pez que respire fuera del agua… No, ya te lo he dicho… no
necesito nada y no necesito a nadie. ¿Cómo que me entretenga?…
Pero… mira te voy adecir una cosa bastante prosaica… Desde ese
domingo terrible sólo unos segundos me he olvidado de ti… fue hace
unos días cuando el dentista me rozó un nervio con el torno…
Completamente sola… Está tumbado junto a la puerta de entrada…
No me hace caso… Esta mañana fui a hacerle una caricia y por poco
me muerde… No se le puede tocar… No, no… Levanta el hocico y
hasta ladra si me acerco… parece otro perro… Le estoy empezando a
tener miedo… En casa de Marta se convertiría en una fiera, ¿no te
digo que ni siquiera me deja a mí que me acerque?… Contigo, sí…
Yo le estoy tomando miedo. Desde aquí lo veo… Completamente
quieto… ¿Y yo qué sé por qué?… A lo mejor piensa que yo tengo
la culpa de que no vengas… o…incluso que te he hecho algo malo…
¡pobrecito!… No, si yo le quiero mucho… Por eso, porque sé lo
que pasa… Que te quiere… Que te quiere muchísimo y… como no te
ve…, pues me echa la culpa a mí… Sí, con José se va… mándalo
cuanto antes… Sí, no me echaría de menos… Era tu perro, no el
mío… Ahora lo estas viendo… Sí, lo que tú digas, sólo que me
da miedo acercarme… Está bien, ya pensaré a quién se lo doy…,
pero estoy segura de que en tu casa se haría amigo de todos… de
toda la… gente que… esté viviendo contigo… Sí, vida mía,
tienes razón… es un perro y… por listo que sea… habrá cosas
que… que no estén claras para él… Puede que no me conozca… a
lo mejor le doy miedo… cualquier cosa, vete a saber… ¿No te
acuerdas de aquella noche en que yo tuve que decirle a mi tía que se
había muerto su hijo? Es muy blanca y muy pequeñita… Pues se puso
roja, roja y se estiró como si fuese un gigante… Daba en el techo
con la cabeza…parecía como si tuviese mil manos y daba espanto su
sombra que llenaba la habitación entera… ¡espanto, sí!, pues su
perra, precisamente se escondía debajo de la cómoda, y ladraba como
si corriera detrás de un animal… ¡Ah,eso! ¿Cómo voy a saber
eso?… Estoy muy descentrada… He hecho algunas cosas… peor que
tonterías… ¿Por ejemplo? Pues he roto todas mis fotografías…
no me preguntes por qué, hasta las de pasaporte. Sí… ¿Me quieres
decir para qué lo necesito yo ahora?… Nos encontramos en un viaje…
Si vuelvo a viajar y te vuelvo a encontrar me sentiría muy
desgraciada… No, nunca… ¿Qué?… ¿Oiga? ¿Oiga?… Por favor,
señora cuelgue…Le digo que cuelgue… Me tiene sin cuidado lo que
opina de mí… Lo único que quiero es que cuelgue… Ridícula o
no, dedíquese a sus cosas y antes cuelgue de una vez… ¡Ah! Cielo
mío… cariño… no le hagas caso… No, no cortes, por favor, ya
ha cortado ella… La he oído. Sí… ¿Te ha molestado lo que ha
dicho?… Sí, sí, te ha molestado, te conozco muy bien… ¿Y a ti
qué más te da?… Era una estúpida y ni siquiera sabe quien eres…
una estúpida que piensa que todos los hombres son iguales… Que no,
cielo mío, que no, que tú no te pareces a ninguno… ¿Por qué?…
No le des más vueltas… Tenía que suceder y ha sucedido…
Anteanoche se me acercó Henri… Quería sabersi tú tenías un
hermano y si era el anuncio de su boda el que venía en el periódico…
No, mal rato, no…, pero bueno tampoco… Como si me estuviesen
dando el pésame, ¿qué iba a hacer?… La gente no tiene la culpa y
como no se lo explica… Sí, la gente, en general… Para la gente
las cosas son blancas o negras… Nos queremos mucho o nos odiamos a
muerte… No, no te molestes, porque no conseguirás nada… Haz con
todos lo mismo que yo estoy haciendo…
(Un gemido
apagado.)
¡Ay!… No, no era
nada… Es que como estoy hablando tanto… igual que siempre, ¿no?…
Pues de pronto se me olvida lo que ha pasado… creo que no ha pasado
y… cuando me doy cuenta…
(Llora.)
Ya sé que no tengo
que volver a hacerme ilusiones… No, no, no es eso…Pero hasta
ahora… cuando hemos tenido un problema… que nunca han sido
importantes, pero en fin…, pues hasta ahora hablábamos, soñábamos
y… al final, con un beso y un abrazo, pues… menos. Con una simple
mirada nos volvíamos a entender… Por teléfono no es lo mismo…
Por teléfono lo que se ha acabado se ha acabado. No, amor mío…
Los suicidios no se repiten…Puede que sí, pero sólo una, para
dormirme cuanto antes… ¿Tú me imaginas a mí comprando una
pistola?… Ni entiendo ni quiero entender… ¡Pero si ya no tengo
fuerzas ni para mentirte, cielo mío!… Te estoy diciendo la
verdad…Sé que a veces es mejor mentir… mucho mejor… Ya ves, es
como si tú… Si tú me engañas ahora pensando que voy a sufrir
menos. No, no digo que me estás engañando. Lo que digo es que si yo
me entero de que me has dicho una mentira… Una mentira pequeña, yo
que sé, que estás en tu casa y no estás o… algo así… No…
Escúchame, amor mío… no… Estoy segura… Te he puesto un
ejemplo… ¿Cómo voy a decir yo que me estás mintiendo?… ¿Pero
por qué te enfadas?, me has entendido mal.. Sí te has enfadado, sí,
te lo noto en la voz… Lo que te he dicho es que si me mientes por
cariño, por no hacerme daño, yo te lo tendría que agradecer…
¿qué?… ¿me oyes?… ¿me oyes?… ¿me oyes?…
(Cuelga el
auricular. Habla bajo y rápido, casi como si rezara.)
¡Por favor que
vuelva a llamar…! ¡Que vuelva a llamar! ¡Dios mío, que vuelva a
llamar!
(Suena el
teléfono. Lo descuelga.)
Se cortó otra vez…
No, te decía, que si me mintieras por… para no hacerme sufrir y…
y yo lo descubriese, todavía te querría más de lo que te quiero…
(Se ajusta el
cordón telefónico en la garganta.)
No es verdad, parece
que estamos juntos y nos separa media ciudad… Ahora está tu voz
dando vueltas en mi garganta… Espera un poco… Es mejor que se
corte por casualidad… ¿Yo? No, ¿cómo voy a pensar yo que estás
deseando colgar?…Eso sería muy cruel y tú no eres cruel… ¿A
dónde?… Marsella… ¿Tan pronto?¿Pasado mañana?… Nada… Sí,
bueno, que me hagas un favor, que no vayas al hotel de siempre… No,
no quiero que te enfades… Es que… como hemos ido tantas veces
juntos a ese hotel, pues… así no me imagino nada y… al no verlo
me hará menos daño… ¿Comprendes por qué te lo pido?… Sí,
gracias…Eres un ángel… Te quiero mucho… con toda mi alma…
(Se incorpora y
va hacia la cama.)
¡Qué tonta soy!…
Te iba a decir “hasta ahora mismo”… Lo de siempre, claro…
Tienes razón, tienes razón… Es mejor que seas tú quien cuelgue…
(Se deja caer en
la cama abrazada al auricular telefónico.)
Adiós, vida mía…
Adiós… Sí, voy a tener mucho ánimo. Sí…, pero ahora date
prisa y cuelga… ¡Cuelga, por favor!… ¡Ya! Te quiero… más que
a mi vida…más que a mi vida… más que a mi vida…
OSCURO
(“La Voix
humaine” es una obra compuesta en 1958 por Francis Poulenc
sobre el texto escrito en 1930 por Jean Cocteau. La versión en
castellano es de Enrique Llovet.)
JEAN COCTEAU
(FRANCIA, 1889 - 1963)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario