LAS NUEVAS ESCUELAS
En la Grecia antigua
Aristóteles enseñaba filosofía
a sus discípulos
mientras caminaban por un gran
patio.
Por eso su escuela se llamaba
“de los peripatéticos”.
Los poetas combatientes
somos más peripatéticos que
aquellos peripatéticos de Aristóteles
porque aprendemos la filosofía
y la poesía del pueblo,
mientras caminamos
por las ciudades y las montañas
de nuestro país.
DESCUBRIMIENTO DEL GUERNICA
El toro impávido ante la lengua
de los muertos
la muerte derramada bajo los
cascos implacables
la impiedad del caballo entre
el dolor de las lámparas
y el amor mío por el sueño
deslumbrado de pronto
por el remordimiento.
VERTE DESNUDA
a María del Carmen
Pececillos de la imaginación
desnudos caramelos que se
perdieron
en la escalera al cielo
perlas hirsutas
entreabiertas abuelas
pepinos salados del alba
sabiduría metamorfoseada
¿por dónde os debo penetrar
oh colección de hierbas y cosas
organizada con el pretexto
de un nombre de mujer
de un modo de ilustrar
a la muchacha con que siempre
soñé?
REFERENCIA DE PASOS
“Se me murió el ayer de parto
y lo velo cantando”
Como a una guitarra sola
a quien se le quebrara la
sonrisa circular y la música,
solo,
sin desbocados animales
interiores,
hueso en actividad,
reciente hueso,
hacía como que caminaba entre
los hombres casado con mi madre,
pueblerino feliz, poblado de
olas.
Ah, estúpida frontera,
municipal y en paz con los
estómagos:
cómo tenía que morderme los
retratos
para poder reírme hasta de mí
con todo y tus pesares, tus
costosísimos harapos,
la franca suciedad que te
conoces!
Cómo tenía sola y atrozmente
que bajarme los pasos de los
hombros
y caminar…!
MUERTOS
Yo escribí de los muertos
sin saber de sus rudas
zarabandas nocturnas…
Fue cuando murió mi primer hijo
y mi novia murió a su manera
y mi madre se quedó sin morir
pero no importa
porque ya había barrido
gritando de sus ojos la luz…
Sin invitación
sin desnudez apropiada
sin miedo justo a mi medida
llegué hasta sus territorios
terribles
con el cabello roto y el hambre
vocinglera:
Reñían horriblemente, como
hermanos.
Sus uñas de aire rasgaban sus
mejillas y sus pechos de aire
y su furia caía sobre los
hombros de mis ojos
como si la batalla solamente
sirviera
para insultarme por vivir…
De entre todos ellos
Oolgue hacía brillar como una
luna
su ancha ferocidad que merecía
el respaldo del mármol
o de la peor espina.
Golpeaba a los demás y a mi
miedo
con más crueldad que un niño,
como si desde el principio del
tiempo
hubiese recibido sin quererlo
la espantosa encomienda de
vengar a Dios.
Oh, amigos,
es duro ver matando a los que
descansan en paz,
es más grave que quedarse solo
sabiendo que uno no sirve ni
para que lo maten!
Holgué me dejó escapar aquella
noche
porque era evidente en mi
temblor de manos
el odio por la vida.
Desde el más allá de la muerte
sus tenues camaradas
me miraron partir con un
desprecio inmenso
absolutamente avergonzado de mi
respiración…
ODIAR EL AMOR
La luna se me murió
aunque no creo en los ángeles.
La copa final transcurre
antes de la sed que sufro.
La grama azul se ha perdido
huyendo tras tu velamen.
La mariposa incendiando
su color, fue de ceniza.
La madrugada fusila
rocío y pájaros mudos.
La desnudez me avergüenza
y me hace heridas de niño.
El corazón sin tus manos
es mi enemigo en el pecho.
PEDIMOS
Pedimos que nos amen, que nos
dejen amar,
pedimos que nos hagan quedarnos
solos atados a los ángeles,
que no dejen testigos desde
ahora
esperando la imagen
honda de nuestras lágrimas;
pedimos que no insistan en
herirnos el lugar de la ira,
pedimos que las esposas doren
el blanco pan
y nos conviden a la mesa del
júbilo,
que los muchachos y las
muchachas
recuesten su frescura de
musicales líquenes
sobre la llamarada que nos
nació en las voces,
pedimos la sonrisa
desde nuestra lastimadura más
presente
y el escudo fraterno desde el
opaco miedo
que nos podría suceder;
pedimos el abrazo,
el ambulante nido para la
desangrada palabra
que un día descubrimos y que
venimos ahora a repartir…
AYER
Junto al dolor del mundo mi
pequeño dolor,
junto a mi arresto colegial la
verdadera cárcel de los hombres sin voz,
junto a mi sal de lágrimas
la costra secular que sepultó
montañas y oropéndolas,
junto a mi mano desarmada el
fuego,
junto al fuego el huracán y los
fríos derrumbes,
junto a mi sed los niños
ahogados
danzando interminablemente sin
noches ni estaturas,
junto a mi corazón los duros
horizontes
y las flores,
junto a mi miedo el miedo que vencieron
los muertos,
junto a mi soledad la vida que
recorro,
junto a la diseminada
desesperación que me ofrecen,
los ojos de los que amo
diciendo que me aman.
LUNES
Las seis de la mañana
partiendo a gritos del reloj:
de nuevo
la catedral de luz derribará
sus muros
sobre mi caminante corazón
que descansaba.
Odio como a un burgués la fuga
de las sábanas.
No es por el frío, que no
existe.
No es por el miedo al ojo
agazapado
donde el farol,
anoche,
crucificó la sombra.
Ni siquiera es por ti,
ni por tu sexo que estalla en
las manos,
tu descubierta gruta
recién muerta en el agua.
Es
—oh indeterminación
que un año azul y roto se
merece—
la sensación antigua como mi
puño izquierdo
o mi añorada comprensión de los
pájaros:
el ojo junto al hombro, sin
suplicar siquiera,
la mano hacia la cara de nueva
piedra que alzo,
la vida que me pide,
la miserable savia que
reconozco en mí.
Habría tenido, digo yo, que
venir,
—no al mundo de los títeres,
costureros de seda,
rudas botellas de ginebra como
hospitales de la sed,
no al mundo que me das o al te
doy,
pan deleznable, campo
para el cuchillo de la
mermelada—
habría tenido que venir,
repito,
como un desnudo incendio
hasta el reseco bosque donde me
aterro sin gritar,
como un rudo torrente para la
arena débil,
como aquel árbol que exige
sangre de la tierra dormida,
reclamo de preñez contra la
fuga,
contra la inmóvil lágrima
y la potente desesperación…
Pero, tempranamente,
vine como soy,
con manos desangrables,
con miedo,
con amor,
con cuatro lunes cada mes.
Y creo
que de no ser por este corazón,
por este palpitante planeta
musical,
ya me habría marchado a tratar
de morir.
Con todo,
no querría olvidarme de la
risa…
MI DOLOR
Conozco perfectamente mi dolor:
viene conmigo disfrazado en la
sangre
y se ha construido una risa
especial
para que no pregunten por su
sombra.
Mi dolor, ah, queridos,
mi dolor, ah, querida,
mi dolor, es capaz de
inventaros un pájaro,
un cubo de madera
de esos donde los niños
le adivinan un alma musical al
alfabeto,
un rincón entrañable
y tibio como la geografía del
vino
o como la piel que me dejó las
manos
sin pronunciar el himno de tu
ancha desnudez de mar
Mi dolor tiene cara de rosa,
de primavera personal que ha
venido cantando.
Tras ella esconde su violento
cuchillo,
su desatado tigre que me rompió
las venas desde antes de nacer
y que trazó los días
de lluvia y de ceniza que
mantengo.
Amo profundamente mi dolor,
como a un hijo malo.
EL CÍNICO
Claro es que no tengo en las
manos
el derecho a morirme
ni siquiera en las abandonadas
tardes de los domingos.
Por otra parte se debe
comprender que la muerte
es una manufactura inoficiosa
y que los suicidas
siempre tuvieron una mortal
pereza
de sufrir.
Además, debo
la cuenta de la luz…
REVISIÓN DE CAUSA
Dolor el de la serpiente que no
posee párpados.
Cómo no tener el veneno de
saludo
ignorando la fácil solución de
incluirnos en la sombra?
BALLET
El último vagón ha matado al
cisne…
Su mayor enemigo fue la mancha
de barro
y he aquí que hoy sus
estertores anegan
de suciedad los trajes de los
traseúntes.
Los niños ríen y traen varitas
agudas
para rematarlo a estocadas.
ESTUDIO CON ALGO DE TEDIO
“Clov: —llora…
Hamm: —Luego vive”.
(Diálogo de “Fin de Partida” de Beckett).
Tengo quince años y lloro por
las noches.
Yo sé que ello no es en manera
alguna peculiar
y que antes bien hay otras
cosas en el mundo
más apropiadas para decíroslas
cantando.
Sin embargo hoy he bebido vino
por primera vez
y me he quedado desnudo en mis
habitaciones para sorber la tarde
hecha minúsculos pedazos
por el reloj.
Pensar a solas duele. No hay
nadie a quien golpear. No hay nadie
a quien dejar piadosamente
perdonado.
Está uno y su cara. Uno y su
cara
de santón farsante.
Surge la cicatriz que nadie ha
visto nunca,
el gesto que escondemos todo el
día,
el perfil insepulto que nos
hará llorar y hundirnos
el día en que lo sepan todo las
buenas gentes
y nos retiren el amor y el
saludo hasta los pájaros.
Tengo quince años de cansarme
y lloro por las noches para
fingir que vivo.
En ocasiones, cansado de las
lágrimas,
hasta sueño que vivo.
Puede ser que vosotros no
entendáis lo que son estas cosas.
Os habla, más que yo, mi primer
vino mientras la piel que
sufro bebe sombra…
EL PRÍNCIPE DE BRUCES
Era la hora de la injuria la fugaz
época de la maldición
cuando mi padre recomenzó en mí
otra prueba.
Yo era el único súbdito que le
quedaba a su locura
y aunque hasta entonces solía
abofetearme de cuando en cuando
me hizo el honor de confiarme
la marca negra de la ceniza de la frente.
Era noche para el gentío sin
antorchas
por el clima propicio y el olor
de la selva
pero a la sazón estábamos solos
y como con temor de avergonzarnos
de tal manera que mi padre fue
rápido en la consagración.
Me abandonó antes de que me
lavase el rostro en su presencia
con agua despaciosa del cenote
sagrado.
Decidí no destruir antes del
amanecer la marca mágica
decidí descubrirla a mis ojos
mirándome en el agua
sabía que con ello pisaba en un
terreno mortal
pero más fascinábame la
ascensión a la sabiduría.
A los tres días me encontraron
muerto
rodeado de aves de rapiña
muertas
mi padre fue por agua al pálido
cenote
y me lavó la cara sin llorar.
LOS POLICÍAS Y LOS GUARDIAS
Siempre vieron al pueblo
como un montón de espaldas que
corrían para allá
como un campo para dejar caer
con odio los garrotes.
Siempre vieron al pueblo como
el ojo de afinar la puntería
y entre el pueblo y el ojo
la mira de la pistola o el
fusil.
(Un día ellos también fueron
pueblo
pero con la excusa del hambre y
del desempleo
aceptaron un arma
un garrote y un sueldo mensual
para defender a los hambreados
y a los desempleadores.)
Siempre vieron al pueblo
aguantando
sudando
vociferando
levantando carteles
levantando puños
y cuando más diciéndoles:
“Chuchos hijos de puta el día
les va a llegar”.
(Y cada día que pasaba
ellos creían que habían hecho
el gran negocio
al traicionar al pueblo del que
nacieron:
“El pueblo es un montón de
débiles y pendejos —pensaban—
qué bien hicimos al pasarnos
del lado de los vivos y de los fuertes”.)
Y entonces era de apretar el
gatillo
y las balas iban de la orilla
de los policías y los guardias
contra la orilla del pueblo
así iban siempre
de allá para acá
y el pueblo caía desangrándose
semana tras semana año tras año
quebrantado de huesos
lloraba por los ojos de las
mujeres y los niños
huía de espanto
dejaba de ser pueblo para ser
tropel en guinda
desaparecía en forma de cada
quién que se salvó para su casa
y luego nada más
solo los bomberos lavaban la
sangre de las calles.
(Los coroneles los acababan de
convencer:
“Eso muchachos —les decían—
duro y a la cabeza con los
civiles
fuego con el populacho
ustedes también son pilares
uniformados de la Nación
sacerdotes de primera fila
en el culto a la bandera el
escudo el himno los próceres
la democracia representativa el
partido oficial y el mundo libre
cuyos sacrificios no olvidará la
gente decente de este país aunque
por hoy no les podamos subir el
sueldo
como desde luego es nuestro deseo”.)
Siempre vieron al pueblo
crispado en el cuarto de las
torturas
colgado
apaleado
fracturado
tumefacto
asfixiado
violado
pinchado con agujas en los
oídos y los ojos
electrificado
ahogado en orines y mierda
escupido
arrastrado
achando espumitas de humo sus
últimos restos
en el infierno de la cal viva.
(Cuando resultó muerto el
décimo Guardia Nacional. Muerto
[por el pueblo
y el quinto cuilio bien
despeinado por la guerrilla urbana
los cuilios y los Guardias
Nacionales comenzaron a pensar
sobre todo porque los coroneles
ya cambiaron de tono
y hoy de cada fracaso le echan
la culpa
a “los elementos de tropa tan
muelas que tenemos”.)
El hecho es que los policías y
los guardias
siempre vieron al pueblo de
allá para áca.
que lo piensen mucho
que ellos mismos decidan si es
demasiado tarde
para buscar la orilla del
pueblo
y disparar desde allí
codo a codo junto a nosotros.
Que lo piensen mucho
pero entre tanto
que no se muestren sorprendidos
ni mucho menos pongan cara de
ofendidos
hoy que ya algunas balas
comienzan a llegarles desde
este lado
donde sigue estando el mismo
pueblo de siempre
sólo que a estas alturas ya
viene de pecho
y trae cada vez más fusiles.
ALTA HORA DE LA NOCHE
Cuando sepas que he muerto no
pronuncies mi nombre
porque se detendría la muerte y
el reposo
Tu voz, que es la campana de
los cinco sentidos,
sería el tenue faro buscando
por mi niebla.
Cuando sepas que he muerto di
sílabas extrañas.
Pronuncia flor, abeja, lágrima,
pan, tormenta.
No dejes que tus labios hallen
mis once letras.
Tengo sueño, he amado, he
ganado el silencio.
No pronuncies mi nombre cuando
sepas que he muerto:
desde la oscura tierra vendría
por tu voz.
No pronuncies mi nombre, no
pronuncies mi nombre.
Cuando sepas que he muerto no
pronuncies mi nombre.
POEMA DE AMOR
Los que ampliaron el Canal de
Panamá
(y fueron clasificados como
"silver roll" y no como "gold roll"),
los que repararon la flota del
Pacífico
en las bases de California,
los que se pudrieron en la
cárceles de Guatemala,
México, Honduras, Nicaragua,
por ladrones, por
contrabandistas, por estafadores,
por hambrientos,
los siempre sospechosos de todo
("me permito remitirle al
interfecto
por esquinero sospechoso
y con el agravante de ser
salvadoreño"),
las que llenaron los bares y
los burdeles
de todos los puertos y las
capitales de la zona
("La gruta azul",
"El Calzoncito", "Happyland"),
los sembradores de maíz en
plena selva extranjera,
los reyes de la página roja,
los que nunca sabe nadie de
dónde son,
los mejores artesanos del
mundo,
los que fueron cosidos a
balazos al cruzar la frontera,
los que murieron de paludismo
o de las picadas del escorpión
o de la barba amarilla
en el infierno de las
bananeras,
los que lloraran borrachos por
el himno nacional
bajo el ciclón del Pacífico o
la nieve del norte,
los arrimados, los mendigos,
los marihuaneros,
los guanacos hijos de la gran
puta,
los que apenitas pudieron
regresar,
los que tuvieron un poco más de
suerte,
los eternos indocumentados,
los hacelotodo, los
vendelotodo, los comelotodo,
los primeros en sacar el
cuchillo,
los tristes más tristes del
mundo,
mis compatriotas,
mis hermanos.
MARÍA TECUM
Los días de leyenda en que me
amabas sin hacer preguntas
hicieron que la ciudad tomara
la cara de un juguete
como en los nacimientos al
dejarte en las noches
iba a mi casa alegre por calles
de aserrín
En el espejo tembloroso y
tristón de los charcos
me miraba la cara al lado de la
luna
me buscaban tus besos para que
no alumbrasen
los sueños de los pájaros
perdidos en mi almohada
Policías de barro y gallos de
hojalata en silencio
se burlaban de mí guiñándose a
saber cómo los inmóviles ojos
y es que e a mi paso hasta los
dormidos chismeaban con envidia
en sus habitaciones
decían que tú eras la novia del
niño Dios
Con musgo arrancado de donde
nacen los Chorros de Colón
me esperaban los jardines del
sueño con su frescura verde
pero el calor de la punta de
tus dedos había sido una puñalada tan honda
que al amanecer el nixtamalero
lavaba en mis pupilas
como en dos huacalitos de
sangre su gran ojo desnudo
Entre árboles de papel de china
vestidos desde el corazón del añil
pasaba el nuevo día escuchando
una orquesta de arcángeles ancianos
que con su cabello de algodón
formaban nuevos ríos en la brisa
Después yo te encontraba a la
par del crepúsculo
—con su alto árbol de fuego
incendiado de veras—
y lamía en tus manos la piel
del mazapán
En los alrededores los muñecos
con mejillas de flor
bebían sus cervezas de polen y
humo
Ay pero a los pocos meses se te
ocurrió crecer y te me fuiste lejos
con un horrible gesto de
persona mayor
desde entonces la ciudad
recobró también su tamaño de siempre
y en sus negras calles de
asfalto los ciudadanos pegan con las manos
a mi alma de muchachito triste
que todavía necesita jugar
NO, NO SIEMPRE FUI TAN FEO
Lo que pasa es que tengo una
fractura en la nariz
que me causó el tico Lizano con
un ladrillo
porque yo decía que
evidentemente era penalty
y él que no y que no y que no
nunca en mi vida le volveré a
dar la espalda a un futbolista tico
el padre Achaerandio por poco
se muere del susto
ya que al final había más
sangre que en un altar azteca
y luego fue Quique Soler que me
dio en el ojo derecho
la pedrada más exacta que cabe
imaginarse
claro que se trataba de
reproducir la toma de Okinawa
pero a mí me tocó ruptura de la
retina
un mes de inmovilización
absoluta (¡a los once años!)
visita al doctor Quevedo en
Guatemala y al doctor
Bidford que usaba una peluca
colorada
por eso es que en ocasiones
bizqueo
y que al salir del cine parezco
un drogadicto desvelado
la otra razón fue un botellazo
de ron
que me lanzó el marido de María
Elena
en realidad yo no tenía ninguna
mala intención
pero cada marido es un mundo
y si pensamos que él creía que
yo era un diplomático argentino
hay que dar gracias a Dios
la otra vez fue en Praga nunca
se supo
me patearon cuatro delincuentes
en un callejón oscuro
a dos cuadras del Ministerio de
Defensa
a cuatro cuadras de las
oficinas de la Seguridad
era víspera de la apertura del
Congreso del Partido
por lo que alguien dijo que era
una demostración contra el Congreso
(en el Hospital me encontré con
otros dos delegados
que habían salido de sus
respectivos asaltos
con más huesos rotos que nunca)
otro opinó que fue un asunto de
la CIA para cobrarse mi escapatoria de
la cárcel
otros más que una muestra de
racismo antilatinoamericano
y algunos que simplemente las
universales ganas de robar
el camarada Sóbolev vino a
preguntarme
si no era que yo le había
tocado el culo a alguna señora acompañada
antes de protestar en el
Ministerio del Interior
en nombre del Partido Soviético
finalmente no apareció ninguna
pista
y hay que dar gracias a Dios
nuevamente
por haber continuado como
ofendido hasta el final
en una investigación en la
tierra de Kafka
en todo caso (y para lo que me
interesa sustentar aquí)
los resultados fueron
doble fractura del maxilar
inferior
conmoción cerebral grave
un mes y medio de hospital y
dos meses más engullendo
licuado hasta los bistecs
y la última vez fue en Cuba
fue cuando bajaba una ladera
bajo la lluvia
con un hierro M-52 entre manos
en una de esas salió de no sé
donde un toro
yo me enredé las canillas en la
maleza y comencé a caer
el toro pasó de largo pero como
era un gran huevón
no quiso volver para ensartarme
pero de todos modos no fue
necesario porque
como les iba contando yo caí
encima del hierro
que no supo hacer otra cosa que
rebotar como una revolución en África
y me partió en tres pedazos el
arco cigomático
(muy importante para la
resolución estética de los pómulos)
Eso explica por lo menos en
parte mi problema.
ENCUENTRO CON UN VIEJO POETA
Ayer vine a toparme cara a cara
con el hombre que antes que
nadie aplaudió mi poesía.
Él fue el responsable de que
mis versos
encontraran el cauce de los
periódicos y las editoriales
y de que se comenzara a hablar
de ellos
en forma que parecía necesitar
una iniciación.
Ayer vine a toparme cara a cara
con él
muy cerca de los mercados pestíferos
(supongo que él dejaba su
oficina e iba a casa).
Yo venía sonriendo para mí
mismo
porque unos minutos antes todo
había salido bien
y no hubo necesidad para
nosotros
de usar las armas.
Él palideció bajo la luz roja
de neón (una proeza)
y buscó la otra acera como
quien repentinamente tiene sed.
HORA DE LA CENIZA
Finaliza septiembre. Es hora de
decirte
lo difícil que ha sido no
morir.
Por ejemplo, esta tarde
tengo en las manos grises
libros hermosos que no
entiendo,
no podría cantar aunque ha
cesado ya la lluvia
y me cae sin motivo el recuerdo
del primer perro a quien amé
cuando niño.
Desde ayer que te fuiste
hay humedad y frío hasta en la
música.
Cuando yo muera,
sólo recordarán mi júbilo
matutino y palpable,
mi bandera sin derecho a
cansarse,
la concreta verdad que repartí
desde el fuego,
el puño que hice unánime
con el clamor de piedra que
exigió la esperanza.
Hace frío sin ti. Cuando yo
muera,
cuando yo muera
dirán con buenas intenciones
que no supe llorar.
Ahora llueve de nuevo.
Nunca ha sido tan tarde a las
siete menos cuarto
como hoy.
Siento deseos de reír
o de matarme.
DESNUDA
Amo tu desnudez
porque desnuda me bebes con los
poros,
como hace el agua
cuando entre sus paredes me
sumerjo.
Tu desnudez derriba con su
calor los límites,
me abre todas las puertas para
que te adivine,
me toma de la mano como a un
niño perdido
que en ti dejara quieta su edad
y sus preguntas.
Tu piel dulce y salobre que
respiro y que sorbo
pasa a ser mi universo, el
credo que se nutre;
la aromática lámpara que alzo
estando ciego
cuando junto a la sombras los
deseos me ladran.
Cuando te me desnudas con los
ojos cerrados
cabes en una copa vecina de mi
lengua,
cabes entre mis manos como el
pan necesario,
cabes bajo mi cuerpo más cabal
que su sombra.
El día en que te mueras te
enterraré desnuda
para que limpio sea tu reparto
en la tierra,
para poder besarte la piel en
los caminos,
trenzarte en cada río los
cabellos dispersos.
El día en que te mueras te
enterraré desnuda,
como cuando naciste de nuevo
entre mis piernas.
EL DESCANSO DEL GUERRERO
Los muertos están cada día más
indóciles.
Antes era fácil con ellos:
les dábamos un cuello duro una
flor
loábamos sus nombres en una larga
lista:
que los recintos de la patria
que las sombras notables
que el mármol monstruoso.
El cadáver firmaba en pos de la
memoria:
iba de nuevo a filas
y marchaba al compás de nuestra
vieja música.
Pero qué va
los muertos
son otros desde entonces.
Hoy se ponen irónicos
preguntan.
Me parece que caen en la cuenta
de ser cada vez más la mayoría.
REPARTO DE COSA AJENA EN EL
MERCADO DE LOS LADRONES
Nos han dicho que el Poder
Ejecutivo
es el Primer Poder
y que ese Poder Legislativo que
se reparten
un grupo de sinvergüenzas
fraccionado en “Gobierno” y “Oposición”
es el Segundo Poder
y que la prostituida (pero
siempre Honorable)
Corte Suprema de Justicia
es el Tercer Poder.
La prensa y la radio y la TV de
los ricos
se autonombran el Cuarto Poder
y desde luego
marchan tomadas de la mano con
los primeros tres poderes.
Ahora nos salen con que la
juventud nuevaolera
es el Quinto Poder.
Y nos aseguran que por sobre
todas las cosas y todos los poderes
está el Gran Poder de Dios.
“Ya están todos los poderes repartidos
—nos dicen a manera de
conclusión—
no hay ya poder para nadie más
y si alguien opina lo contrario
para eso está el Ejército y la
Guardia Nacional”.
Moralejas:
1) El capitalismo es un gran
mercado de poderes
donde sólo comercian los
ladrones
y es mortal hablar del
verdadero dueño
del único poder: el pueblo.
2) Para que el verdadero dueño
del Poder
tenga en sus manos lo que le
pertenece
no deberá tan sólo echar a los
ladrones del Templo Comercial
porque se reorganizarían en los
alrededores:
por el contrario, deberá
derribar
el mercado sobre las cabezas de
los mercaderes.
EL MAR
Hay grandes piedras en tu
oscuridad tempestuosa
grandes piedras con sus fechas
lavadas por tu sombra
porque hasta el sol de día
cómese tu sombra
cruje en el frío despidiéndose
del aire
que no se atreve a penetrarte.
Oh! mar donde los desesperados
pueden dormir
arrullados por explosiones
impasibles
alfabeto del vértigo paisaje
diluido que los muros envisten
las gaviotas y la espuma de los
peces son tu primavera
la furia es una pirámide verde
una resurrección del fuego más
agudo tu clima
tu mejor huella sería un
caracol
caminando con pasos de niño el
desierto.
Amé siempre esas poblaciones
disímiles
al parecer robadas de las manos
del mar
pequeñas villas junto a la arena
puertos escandalosos en la
ebriedad del salitre
caseríos tiritando entre la
niebla llena de corales
grandes ciudades titánicas
frente a las tempestades humilladas
aldeas de pescadores ciegos
bajo un faro de aceite
factorías acechantes entre los
manglares con un largo cuchillo
Valparaíso como una gran
cascada en suspenso
Manta Puná puertos del Ecuador
que me negaron las hojas
Buenaventura aromática como un
gran puerto sucio
Panamá con los ojos punzados
por la depravación
Cartagena siempre aguardando a
los piratas hambrienta
willemstadt náufraga en los
dominios del petróleo
Tenerife y su dulce copa de
vino
Barcelona bostezando entre los
bancos y los carabineros
Nápoles bellamente tumefacta
Génova Leningrado Sochi La Guaira
Buenos Aires
Montevideo como una margarita
Puerto Limón Corinto
Acajutla en una lenta playa de
mi patria
todos mirándose en el espejo
grave que surcan los delfines
apartando como un sable veloz
las infinitas espigas de
esmeralda
EL VANIDOSO
Yo sería un gran muerto.
Mis vicios entonces lucirían
como joyas antiguas
con esos deliciosos colores del
veneno.
Habría flores de todos los
aromas en mi tumba
e imitarían los adolescentes
mis gestos de júbilo,
mis ocultas palabras de
congoja.
Tal vez alguien diría que fui
leal y fui bueno.
Pero solamente tú recordarías
mi manera de mirar a los ojos.
Una de las caras del amor es la
muerte,
en el humo de esta época
eternamente juvenil.
¿Qué me queda ante ti sino la
perplejidad de los reyes,
los gestos del aprendizaje ante
la crecida del río,
las huellas de la caída de
bruces entre la ceniza?
La propia juventud decrece
y trota la melancolía como una
mula.
EL OBISPO
Los hombres en este país son
como sus madrugadas:
mueren siempre demasiado jóvenes
y son propicios para la
idolatría.
Raza dañada.
La estación de las lluvias es
el único consuelo.
TU COMPAÑÍA
Cuando anochece y tibia
una forma de paz se me acerca,
es tu recuerdo pan de siembra,
hilo místico,
con que mis manos quietas
son previsoras para mi corazón
Diríase: para el ciego lejano
¿qué más dará la espuma, el
polvo?
Pero es tu soledad la que
puebla mis noches,
quien no me deja solo, a punto
de morir.
Somos de tal manera multitud
silenciosa...
ESTADÍSTICAS SOBRE LA LIBERTAD
La libertad de prensa del
pueblo salvadoreño
vale 20 centavos diarios por
cabeza
contando sólo a los que saben
leer
y tienen más de veinte centavos
que les sobren
después de haber alcanzado a
medio comer.
La libertad de prensa de los
grandes
comerciantes industriales y
publicistas
se cotiza a mil y pico de pesos
por página en negro y blanco
y a no sé cuánto la pulgada
cuadrada
de texto o ilustración.
La libertad de prensa
de Don Napoleón Viera
Altamirano
y los Dutriz y los Pinto y los
dueños de El Mundo
vale varios millones de
dólares:
lo que valen los edificios
construidos con criterio
militar
lo que valen las máquinas y el
papel y las tintas
las inversiones financieras de
sus empresas
lo que reciben día a día de los
grandes
comerciantes industriales y
publicistas
y del gobierno y de la Embajada
Norteamericana y de otras embajadas
lo que extraen de la
explotación de sus trabajadores
lo que sacan del chantaje (“Por
no publicar
la denuncia contra el
distinguidísimo caballero
o por publicar
oportunísimamente el secreto
que hundirá al pez más chico en
la arena del fondo”)
lo que ganan en concepto de
derechos sobre
“exclusividades” por ejemplo
toallas Amor es... estatuas
Amor es...
lo que recaudan diariamente
de todos los salvadoreños (y
guatemaltecos)
que tienen 20 centavos
disponibles.
Dentro de la lógica capitalista
la libertad de prensa es
simplemente otra mercancía
y de su totalidad
a cada quien le toca según paga
por ella:
al pueblo veinte centavos
diarios por cabeza de libertad de prensa
a los Viera Altamirano Dutriz
Pinto y etcéteras
millones de dólares diarios por
cabeza
de libertad de prensa.
50 ANIVERSARIO
Un hombre sale al patio trasero
de su casa
(ahí no llega nunca el duro
viento del otoño)
tiene en sus manos una pequeña
copa de aguardiente
y se mesa con cariño el cabello
aquí las canas del hambre
aquí las de aquel día en que
fue héroe
entre miles de héroes
aquí las huellas del asco
las señales de quien tocó con
dedos jóvenes la grandeza
las del temor
la de la inmensa alegría
las del todopoderoso
conocimiento
En el fondo del cielo luce una
estrella
que él llama esperanza
el hombre alza su copa
y bebe
ALGUNAS NOSTALGIAS
Encallecido privilegio este
orgulloso sufrir,
no se rían.
Yo, que he amado hasta tener
sed de agua, luz sucia;
yo que olvidé los nombres y no
las humedades,
ahora moriría fieramente por la
palabrita de consuelo de un ángel,
por los dones cantables de un
murciélago triste,
por el pan de la magia que me
arrojara un brujo
disfrazado de reo borracho en
la celda de al lado...
EL GRAN DESPECHO
País mío no existes
sólo eres una mala silueta mía
una palabra que le creí al
enemigo
Antes creía que solamente eras
muy chico
que no alcanzabas a tener de
una vez
Norte y Sur
pero ahora sé que no existes
y que además parece que nadie
te necesita
no se oye hablar a ninguna
madre de ti
Ello me alegra
porque prueba que me inventé un
país
aunque me deba entonces a los
manicomios
Soy pues un diosecillo a tu
costa
(Quiero decir: por expatriado
yo
tú eres ex-patria)
* * *
Y, sin embargo, amor, a través
de las lágrimas,
yo sabía que al fin iba a
quedarme
desnudo en la ribera de la
risa.
Aquí,
hoy,
digo:
siempre recordaré tu desnudez
entre mis manos,
tu olor a disfrutada madera de
sándalo
clavada junto al sol de la
mañana;
tu risa de muchacha,
o de arroyo,
o de pájaro;
tus manos largas y amantes
como un lirio traidor a tus
antiguos colores;
tu voz,
tus ojos,
lo de abarcable en ti que entre
mis pasos
pensaba sostener con las
palabras.
Pero ya no habrá tiempo de
llorar.
ha terminado
la hora de la ceniza para mi
corazón:
Hace frío sin ti,
pero se vive.
ROQUE DALTON (EL SALVADOR,
1935-1975)