Foto: Diario
"El día"
EL BRAZO
Entrega tu sueño
al pájaro del alba.
Tú ya no puedes penetrar el aire.
Vuelve
con los brazos abiertos,
en silencio.
No despiertes al mar.
Entrega tus tambores.
No te expliques nada,
deja al cielo la noche.
Ya es hora.
Cada recuerdo queda
con su guerrero propio.
No te expliques nada,
no pidas el rescate
ni la palabra justa.
El nido abre su piel
para alojar tu voz.
La rosa del viento
aclara tu alfabeto.
Los coros descienden
a la luz de otra luna.
Yo entrego mi temor
y la esperanza.
Toda noche vuelve
al borde del espejo.
Vuélvete,
deja tu nombre
y tu defensa.
En el claro del viento
otra palabra te sorprende.
Los árboles giran
quince años atrás.
La espesura del alba
ha cambiado los tiempos.
Abandona más todavía;
espanto,
trinos,
el agua de siete colores,
tu mano sumergida,
aquella rosa,
estos labios
y el sombrero
de los cuatro puntos cardinales.
Deja fluir tu brazo
sobre el mundo.
Nada más que tu brazo.
(de Buenos Aires, poesía, Buenos Aires, 1954)
OFICIO DE VIENTO Y SOMBRA
frente a las pruebas de la noche
coraje de prolongar con tu voz
el silencio opulento
por aquí he marchado
al alba
retenido
pasajero
entre el viento y la sombra
entre las ramas
no relegar a un mundo aparte
las donaciones del viaje
me tiendo a su costado
conozco el fluir de este camino
esta mezcla de mí mismo
de mis manos
esta ignorancia
coraje otra vez para ser
al mismo tiempo
la piedra y el horizonte
y descubrir entre los anuncios del desprecio
los indicios del sol
de un camino abierto
reconquista del mar y la intemperie
(de La vigilia y el viaje - Poemas
1944-1960, Buenos Aires, La Razón Ardiente, 1961)
MARTES DE CARNAVAL
a Jorge Souza
a Paco Urondo
lejos de helena de troya
del hotel notre dame
de hans de islandia
y del mar de hojas desiguales y motores ahogados
lejos del sombrero olvidado en la última estación
lejos de las madrugadas y los días siguientes
de las cruces y el pálido fuego
circuido por vagabundos
lejos de la sonrisa del bien perdido
de la bahía y la noche rectangular
lejos del sol piel del amor
de la eugenia posible
de la madurez esquina posible del mundo
lejos del ascenso de la incisión más bien
de la ternura a la raíz del sur
lejos del punto de vista y los párpados lentos
de algunas islas detenidas para siempre
en el corazón y en las manos
lejos de algunas calles
de algunos dolores y compromisos
de escenas a la luz de las estrellas
y de conversaciones entre caballeros
lejos del rostro
lejos del trapecista internacional
lejos de la cascada
por donde corre tu vida
lejos de los nombres
de los días sumergidos en la amistad y el amor
lejos de las líneas telefónicas
de los precios módicos y los sueldos mensuales
lejos de las organizaciones
y de las plazas a la hora del amor
lejos del insulto
del olvido y las intemperancias
de algunas trompadas y grescas
de algunos incidentes policiales
lejos de la pálida existencia
de la oscura o la brillante
lejos de la caída o el ascenso
de algunas noches en blanco
de algunas pasiones en procura de lo absoluto
de canales por donde iban tus días sin saberlo
hoy recorres las calles de tu ciudad
es un martes de carnaval
quisieras ver otra vez algunos rostros
hace unos años pasaste la treintena
y procuras dominar unas pocas palabras
desconoces el nombre del porvenir
y el horario de los trenes
tengo hijos y amigos
voy al encuentro del día siguiente
las máscaras me rodean
bebo en un viejo vaso
entro en la caravana
oh mis lecturas mis embarcaderos
abro las puertas de par en par
(de Obra poética, Buenos Aires, Corregidor, 1976)
ABRIR LA PUERTA
me pregunto
y es una pregunta inmoral
si servirá de algo abrir esa puerta
que da al patio
a la tierra
al viento del mundo
a los pasos de la gente
me pregunto
si servirá de algo escribir
a estas horas de la noche
en el silencio de mi habitación
con la puerta cerrada
sería tan sencillo
me digo
abrir por fin la puerta
y asomarme y mirar
dejando que me lleven
los pasos y la sombras del camino
me pregunto si servirá de algo explicar
por qué no explico
cuando tanta palabra y confidencia
intentaron traducirme
y ponerme al descubierto
si servirá de algo abrir la puerta
me pregunto
y andar por el patio
por el mundo entre la gente
abrir de par en par la puerta
para que todo pueda cumplirse
como la hoja de un cuchillo al extremo de un puente
como la red y el roble que salvan la alegría al final del
espectáculo
como el canto de las aguas y el susurro de la siesta
como la playa en sombras y el lecho infinito de los amantes
reencontrados
para que todo pueda cumplirse
la luz la noche la inocencia
el nombre que pasa entre las ramas
la puerta se abrirá enteramente
se abrirá por fin la puerta
por si alguno
quiere volver a entrar o salir
o curiosear entre mis cosas
o esperarme mientras vuelvo
y si tardo y no regreso
salir al viento
y olvidarme
(de El día, 1968. Luis Soler
Cañás, Generación poética del 40, Buenos Aires, ECA, 1981)
LOS DESIERTOS REALES
los desiertos reales
los mares imaginarios:
no hay palabras para elogiar a esta magnolia
tampoco hay forma de destruir las palabras
ni el oficio de florista
(guarden compostura:
en la soga de colgar se agita la flor blanca)
una tez de flores de cerezo
la última gota de sangre
los desiertos reales
los mares imaginarios
no pueden compararse a esta magnolia
(de Nuevos poemas 1977-1981, Antología personal, Buenos Aires, CEAL,
1983)
TODO EL VIENTO DEL MUNDO
No he de volver al aire. Caminos. Caminos del libre odio,
sombras, torpezas que rescatas en la espiral. Serpiente del lanzamiento. Odio,
razón de vida, vino del sueño del sueño vidente, cosecha entre las rocas. No he
de volver al aire. Condena, sospechas, abolición del hermano, cuerpo renegado
de un pan sin justicia, cielo negro, tronco hostil, heridas del alba, floración
lenta del rechazo.
No he de volver a la playa secreta ni cosecharé en la noche
los frutos ocultos. Caminos del delirio mudo. Separación. Golpes en la muralla.
Ilusión taciturna de la palabra-calle de la furia. Allí mismo, flor de la
guerra, destrucción del valle, lógica del poder. Tierra de nadie, aridez del
rechazo propio. Rechazo de los otros, sangre del desamor. Dominio del cuidado.
Estrategia del desprecio. Libre serpiente, sembradora de la renuncia y la
negación.
Nadie se consuela, nadie se compadece en las arenas del
desprecio. Los días no colman ninguna ternura. Con los ojos abiertos, con la
memoria vacía, asistimos a la fiesta de la destrucción. Ni ellos ni yo. No será
parea nadie la patria verdadera. No serán para nadie las linternas y la
confianza. Reino de la traición, sin dudas ni dioses. Juegos del odio, milagro
de la crueldad.
Pero el viento prosigue, más allá de la humillación y la
alegría, cantando la transformación de los colores, igualando el desprecio con
la esperanza, el cuidado con la inocencia. El rechazo, al quedar solo, se hace
habitable. Se establece, habla sin declamación ni cálculo.
Es mi propiedad en la arena. Es una voz al borde de la
destrucción. La negación que hace un hombre, todos, más allá del cuidado. Va a
nacer del asco un rostro.
Los ojos abiertos mirarán por fin.
Alguien es finalmente para sí mismo, para los otros. La
catedral del desprecio abre sus ventanas. La libre serpiente llama, descubre.
No hay caídas ni impaciencias en esta luna fría. No hay temor en las fronteras
del bosque. El reflejo cede ante el agua de la fuente.
Un nombre. Una lucidez fraternal. Un nacimiento. El mundo
llega a ser un tú. Canto. Luz en la piedra fecundada. Nos reconocemos. Luminoso
cielo oscuro. Sangre del desamor enamorada. Rostro del hermano. Admisión del sí
mismo en el rechazo. Lentamente surge la compañía de los otros. Un camino. Nos
volvemos viento. Todo el viento del mundo.
(de Antología personal, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina,
1983)
Fuente: zoopat
II
volvemos por horas a tantos silencios del mundo
nos despertamos para no desnudar la memoria
ninguna soledad existe
ningún eco de los ojos
unidos sobre las manos los nombres
para sostener lo mejor de cada uno
tu evidencia prolonga la tierra
tus labios halagan el sobresalto
tu alegría tu tristeza extreman la libertad de los refugios
tus puertas han desplegado sus molinos vivientes
tus palabras guardan para todos el hábito de las pupilas
esta noche acrece el curso que que te rodea
IV
lento acero interrumpe el sueño
los ojos abiertos
los labios a que llegamos los dos
un día cualquiera un vínculo cualquiera
el humo empeñoso
el roble y su apoyo más allá de los meses
un día cualquiera y el claro entendimiento
las buenas nuevas de los muros
en el ámbito del roble
en el rostro del alba
en el paso contraído de la lluvia
en la cita secreta
en la cita pública
en el comienzo y ahora
ahora
en todas las fuentes del reloj
en sus órdenes despiertas
en la hierba húmeda
y en la fría de la violencia y el arrojo del azar
nuestra libertad futura hace su nombre
y el curso de sus manos
IX
en tu misma confianza como un astro
como tus sueños alrededor de mis palabras
mis ojos no cambian
mi horizonte abre tus brazos
en los cinco días del cielo
tu confianza disuelve los ponientes
es esta claridad la que buscaba
esta rueda persuadida por el aire
(de La generación poética del 40, Buenos Aires, Ediciones culturales
argentinas, 1981)
DE TODOS MODOS
ella se va sintiéndose llamada
abre este sol su mano extiende
rechazo amor
una quimera
su oficio es ser de todos modos
aquí estará
su nombre sabe
nada la oculta
ni destello falaz
tormenta sol
ni la avenida
vuelve a ser furor helada fauce
presagio estrella nacimiento
aplomo y ansiedad
dulzura imprecación testigo
aquí está
para ser de todos modos
ESTADO DE SITUACIÓN
(poema inédito)
Quieres sostener en pie los pilares
de un barracón caduco.
Por el techo
y las paredes
entran el viento y el agua.
Se confunden el río y el mar cercano.
Quieres mantener sobre las olas
el muelle semihundido,
mientras el tumulto de la corriente
arrastra flores,
troncos,
un mascarón de proa.
Todos se han ido,
estás solo
en una lucha insensata.
No tienes más que una débil camisa,
un pantalón raído y una pala en la mano,
entretanto el agua supera tu cintura
y las olas grandes te voltean y sacuden;
te vuelves a levantar
y esperas tontamente la salida de la luna.
Nada queda del pueblo ya,
lo que plantaste se fue,
los amigos,
los compañeros no están;
se ahogaron los animales.
Las líneas que escribiste,
las promesas que hiciste
se ahogaron también
y,
sobre todo,
se ahogó el amor cruel,
refugiado en la copa del árbol.
(de Intramuros, n° 8, octubre 1998, Buenos Aires; Argentina)
Fuente: MundoPoesía
LOS HOMBRES Y LOS AÑOS
a uno y otro lado de la muralla
los años quedan clausurados en su primer regazo
en los ojos abiertos hasta el amanecer
hablo de la sed y el sueño líquido del hombre
de los deseos de la esperanza el insomnio en el extremo del
valle
del enjambre de la memoria y nuestras mandíbulas fuertes
del temblor la ronca membrana de los rieles
y el humo del poblado
hablo de los vidrios lentos a la madrugada
de la parturienta amenazando la medianoche
con sus gritos y sus cadenas puras
hablo de los fusiles y la sangre fluyente
herida
descompuesta
de las horas por llegar
de los frutos de la ternura
de los ojos digitales
mezclados a la multitud en las manifestaciones
hablo del amor adolescente
y de las ventanas del alba
de los expedicionarios perdidos
inmóviles en espera de la claridad
hablo de los niños y la demencia lindando la poesía
de la mentira la humillación las torturas renovadas
hablo de cosas simples
en las manos extendidas
gratuitas
es necesario inventar el mundo
iluminar los ojos
ver la extensión abierta a nuestro impulso
una rama en la luz
acunada por las voces de los héroes anónimos
castigada por el peso muerto de los consuelos
la alegría de las conversaciones ingeniosas
el contagio de los sentidos
el buen apetito la sed de buena ley
el olvido y la palabra absorbidos en la fronda
la siesta a ras del suelo
el debate moroso de los reptiles
el plácido quejido del pajonal
el polvo del camino ahogando las viñas
el apremio de las multiplicaciones
el vacío irremediable
del signo viejo y nuevo
(de En común (1944-1949), Obras, Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1999).
ÚNICOS
la única mujer que me ha querido
el único hombre que ella ha querido
la única mujer que yo he querido
el único hombre que la ha querido
y el tiempo
el paso
y una serena piel
la u
laud
au
por siempre
(de Poemas inéditos, Obras, Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1999)
DE LA POESÍA
El
poeta Madariaga había adquirido un haras. Con caballos de raza. Caballos de
mucha alzada, petisos, y caballitos muy pequeños obtenidos a través de sutiles
entrecruzamientos y técnicas refinadísimas. Su intención no era preparar
caballos de carrera, aunque los tenía velocísimos y muy codiciados por varios
studs. Su propósito aparente era obtener nuevas especies de caballos. Caballos
que en realidad no iban a parecer caballos.
Tenía
padrillos de diversas razas: enormes, silenciosos, de impresionante apostura y
yeguas ardientes, huidizas y buscadoras a la vez. Tenía peones y técnicos
avezados y tenía también un proyecto muy audaz que mantenía en absoluta
reserva. Sí, había mucha actividad en ese haras (“Don Eusebio” se llamaba).
Al
término de la jornada, y tras la cena, se producían discusiones, a veces
enconadas, entre los biólogos, los zoólogos y Madariaga.
-A
ustedes les falta imaginación -solía decir Madariaga-, formación literaria, les
falta saber mitológico.
-Puede
ser -le respondían-, pero sabemos lo que no puede hacerse.
-No
es sólo eso; ustedes no creen que sea posible ahora lo que alguna vez fue
posible -insistía Madariaga.
-Hay
un límite para los cruzamientos y las hibridaciones, y, en todo caso, no están
dadas las condiciones para que aparezca un nuevo animal sobre la tierra. Además
nada sabemos sobre la clase de animal que usted pretende conseguir -le
respondían.
Al
llevar a este punto de la conversación, Madariaga callaba prudentemente.
El
doctor Pi, que solía asistir a esas reuniones, poco a nada decía, pero lo
intrigaban los planes de Madariaga. Cierta noche en que Pi permanecía, como de
costumbre, ajeno a la conversación de Madariaga con los sabios y se dedicaba a
observar los distintos objetos que decoraban el amplio salón comedor, se sintió
atraído por una porcelana.
-Una
porcelana valiosa, no hay duda -se dijo.
Pero
¿por qué le había interesado tanto? Se acercó a la porcelana, la tomó entre sus
manos; era una hermosa pieza. Sin embargo, algo le decía que ese objeto lo
atraía por algo más que por su valor artístico. La porcelana tenía la forma de
un centauro. Quizá fuese Quirón, el prudente.
-Una
pieza de valor, ¿verdad, Madariaga?
Este
se limitó a asentir y prosiguió conversando con los sabios.
-Hasta
estamos obteniendo caballos que cada vez se parecen menos a caballos: las
cabezas, especialmente, son cada vez más diferentes de las cabezas de los
caballos comunes.
-¿Qué
se propone usted? -preguntó el profesor Héctor Maldonado.
-Todavía
es prematuro decirlo. Prosigan sus experiencias en esa dirección y luego
hablaremos.
Fue
entonces cuando tomó la palabra el profesor von Krausen.
-Hemos
de acompañarlo -dijo-, hasta un cierto punto de su investigación, experimento o
como quiera llamarlo. Le daremos un plazo (un mes, digamos), si al cabo de ese
lapso usted no nos confiesa cuál es el fin que persigue con todo esto, le
anunciamos desde ya que no tendremos más remedio que abandonarlo.
-Sería
una lástima, una gran lástima, me vería obligado a recurrir a servicios menos
eficientes y eso lo echaría todo a perder.
El
doctor Maldonado, más conciliador, se acercó a Madariaga.
-Comprenda
-dijo- que no es posible que trabajemos a oscuras. Debe darnos alguna pista
para descifrar este enigma.
-Bien
-contestó Madariaga-, les daré esa pista que me piden: la solución de ese
enigma, como usted lo llama, está en esta misma habitación.
Los
científicos se miraron asombrados. Sólo el doctor Pi encontró en esas palabras
la confirmación de una ligera sospecha, que había surgido al observar la
porcelana. Ahora veía claro: el poeta Madariaga se proponía volver a la vida al
centauro Quirón.
Nada
dijo Pi al respecto. Tampoco comentó nada sobre el particular con los
científicos. Otras ocupaciones, obligaciones o vocaciones lo absorbieron. Nunca
supo cómo habían terminado esos experimentos. Pi tiene una curiosidad intensa,
pero muy diversificada, por eso no podemos saber hoy si el centauro es sólo una
porcelana junto a un tapiz o ha vuelto a vivir, y aconseja y orienta. Quizá
Madariaga pueda decirlo.
(de"Vida y memoria del doctor Pi", Obras, Grijalbo
Mondadori, Buenos Aires, 1999)
Fuente: Otra
iglesia es imposible
cada noche los sueños inmolan tu pena y tu culpa
de frente al olvido
a la pregunta y la canción inexcusable
es necesario empaparse
herirse hundirse
buscar el estallido hasta decir: perdón no soy el mismo
pero el fuego desgrana tus razones de tierra
debes perder la luz plena
los motivos de la victoria
agrio pesado cruel
la ciudad te vuelca te vacía
corazón vacío
miseria burbujeante
no es preciso razón ni palabra
para este airado hogar
que nadie después sume su nieve o su festejo
despierto queda allí en su momento
en cambio y permanencia
en nube recia
en la libre mano
y el cabalgar del sueño
CUANDO EL AIRE
cuando el aire se puebla estoy presente
canta la puerta el fuego la esperanza
conoces tu nombre y la sangre de su sueño
la tierra donde amanece el día
cuando la luz llega canta mi silencio
es suficiente el lejano retumbar del trueno
la verde falda de la montaña
y este momento ayer mañana
es suficiente
confiar esperar
estar despierto
(de Obras 1919-1990, Grijalbo
Mondadori, Buenos Aires, 1999)
Fuente: Alcanza para todos
LA VIOLENCIA
I
la violencia al sofocar el día
al arrojarte fuera del camino
te hace crecer por dentro un cliente helado
violencia reina de una madrugada oscura
olvido entre palabras calcinadas
estoy aquí debo comprender
decir correctamente organizar
no ceder posiciones al tumulto
debo salir cruzar no detenerme
compartir otra vez una alegría
venida del más alto corazón
entre los hombres
debo seguir cavar un nuevo surco
buscar buscar la voz del otro
escuchar extender
la morada y el aire
II
entretanto el horror
la confusión el miedo y la codicia
extendidos de costa a costa
socavan el ademán más puro
de la tierra al cielo
no sé nada
sólo veo las vías de la violencia
la fe el odio sordo del rechazo
y alguna esperanza no bien fundamentada
pero llegará un día en que las grandes floraciones del sueño
el amor resurrecto la cabellera distante del ave multicolor
el pífano del dios enmarañado y próximo
den otro rumbo a nuestra andanza
un día un día no contaminado
y el entretanto cae gota a gota
en la pulida oscuridad
(de Celebraciones 1968-1976)
UNA VOZ SOLAMENTE
Este juego tuyo
esta ventana
Puedes mirar más lejos
conversar
Otros miran por ti
aprenden
conversan con los dioses
He aprendido
he vivido
hago mi propio juego
es todo lo tengo
Humilde es el camino
del corazón del hombre
te es dado un solo juego
una voz solamente
He jugado
he mirado
es todo lo que tengo.
ALGUIEN SERÁ
es muy difícil decirlo
no es asunto de una playa desierta
o del presente o del pasado
es cosa del viento
de la voz que pasa y viene
y del rocío y del acuerdo
y la pregunta
alguien es
alguien será
ES INFINITA ESTA RIQUEZA ABANDONADA
Es infinita esta riqueza abandonada
esta mano no es la mano ni la piel de tu alegría
al fondo de las calles encuentras siempre otro cielo
tras el cielo hay siempre otra hierba playas distintas
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada
nunca supongas que la espuma del alba se ha extinguido
después del rostro hay otro rostro
tras la marcha de tu amante hay otra marcha
tras el canto un nuevo roce se prolonga
y las madrugadas esconden abecedarios inauditos islas remotas
siempre será así
algunas veces tu sueño cree haberlo dicho todo
pero otro sueño se levanta y no es el mismo
entonces tú vuelves a las manos al corazón de todos
de cualquiera
no eres el mismo no son los mismos
otros saben la palabra tu la ignoras
otros saben olvidar los hechos innecesarios
y levantan su pulgar han olvidado
tú has de volver no impota tu fracaso
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada
y cada gesto cada forma de amor o de reproche
entre las últimas risas el dolor y los comienzos
encontrará el agrio viento y las estrellas vencidas
una máscara de abedul presagia la visión
has querido ver
en el fondo del día lo has conseguido algunas veces
el río llega a los dioses
suben murmullos lejanos a la claridad del sol
amenazas
resplandor en frío
no esperas nada
sino la ruta del sol y de la pena
nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada
(de La vigilia y el viaje , 1961)
Fuente: Otras
criaturas poéticas
LLEGO NADANDO
cuando alguien me escribe yo le escribo
cuando alguien me piensa yo lo pienso
cuando alguien me olvida yo lo olvido
tengo mi corazón la mano la araucaria
alianza y comunión
es mi destino
navego otra vez
este mar me lleva hacia mis bodas
brillo y oscuridad
llego nadando
TODO LO VISTO Y
VIVIDO
todo lo visto y vivido
cabe en muy pocas palabras:
en la luz de una mañana
en un trompo saltarín
en una tarde de sol
en una silla vacía
en cada piedra y la casa
todo lo visto y vivido
fulgura
se va ocultando
tras las hojas
y entre el viento
al borde de la bahía
todo lo visto y vivido
cabe en la sal
y en la mano
de quien saluda
y me lleva
al caracol y la araña
a la verdad de este día
a mi sendero y mudanza
CERTIDUMBRE
un ladrido es un problema de garganta
de corazón más bien
es disonante en un coro de callados
concuerda con el estruendo y la violencia
¿para qué más? ¿qué otra certidumbre?
gota a gota cae el sentido
de las voces y ladridos
las cuerdas vocales han durado
en esta sonora certidumbre
Fuente: Artesanías literarias
CUANDO ELLA
Cuando ella abre los ojos las horas despiertan
respiran como matas de hierba al amanecer
como pájaros en la mañana del día siguiente
cuando ella extiende sus brazos la máscara cesa
el olvido cesa las orugas reinician su marcha
cuando ella vuelve a nadar en el agua dormida
la tierra entrega sus llaves sus momentos propicios
su amapola su maíz
una lluvia de azufre una bandera en llamas
cuando ella mira a lo lejos
se disuelven las sombras y el nacimiento llega
MI AMADA ESTANQUE AZUL HUERTO CABELLOS
fulgurante viva fluvial origen buscada reencontrada
como un islote un puente una manzana un tatuaje
en la noche hendida en la marmita en la estrella marina
en la mano párpado llamado reflejo de mi amada
en forma de estanque azul
de miel
de estornino
de gota de agua
de cabellos
regresamos una y otra vez al centro del fuego
del dolor
del huerto
la distancia la desgarrada higuera
y eternamente otra y eternamente igual
en la corriente en el llanto
salitre otoño alba rota soledad escondido silencio brisa
furia
años sombra desventurado niño simiente
paredes de olvido lluvia y grito y casa
roja estancia andenes
te doblegas te curvas en tu fiebre antigua en tu costado
los dos solos devorando toda noche toda celda
súbito amanecer canal del sueño
lengua que disuelvo en mi silencio en mis dos puertos
tibio cuerpo llegada partida del mar polo irremediable
sin memoria sin nombre
abierto al dios que nos recrea
en cada espasmo de labios azules de piedras azules
en la nuca en la espuma en el purísimo rescoldo
desciendo al día primero a la primera mañana al aviso inicial
por tus ojos por tu boca por tu sexo penetro me despido
pierdo altura razón vidamuerte te tomo me disuelvo
y otra vez te amo soy el día cerca de tus hojas
un río una voz
(de Todo el viento
del mundo, Buenos Aires, Grijalbo, 1999)
Fuente: Poéticas
EDGAR BAYLEY (ARGENTINA, 1919-1990)