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septiembre 24, 2013

POEMAS DE DANIELA CAMOZZI




Marca

Hasta ahora nadie supo ver
el collar de cuentas transparentes
que rodea mi cuello por las noches.



Última trasnoche

Como una pitonisa
anuncia calamidades
y se encorva para murmurar
su adivinación:

Tantas noches en vela
harán de tus ojos
dos cuencos de cal.

Es agosto, llovizna
y un sol blanquecino
revela mugre vieja
en las azoteas.



Acción

El modo en que se arremolina
la capa del superhéroe
sugiere una posibilidad de escape.
Pero si “éste es el fin del mundo
tal como lo conocemos”:
¿Se descompondrá la materia
corrompida por la luz
oblicua de tu pensamiento?



(De “La felicidad ajena”, Buenos Aires, Huesos de Jibia, 2008)



Eso no cambia el fondo de la explicación

Las trayectorias parecen inclinarse
hacia tu percepción de las cosas
e insisten en aquella misma piedra
como si no fuera ya tiempo
de catalogar los obstáculos
o por lo menos de plantearse
alguna hipótesis efímera y abandonar
esta costumbre del lanzamiento
para esperar después
la consabida pérdida de impulso.


(De la serie "Breve historia de la mecánica celeste", 2008)


la realidad del cuerpo

suele decirse
que un cuerpo aparece
cuando se lo toca
y que antes
no estaba ahí
el mío apenas sale
cuando se choca
con algún mueble
y se magulla
o al apoyar
la mano en la mesada
y así el metal
me devuelve la mano
como propia
ese es también
un cuerpo
pero menos
es como una anticipación
un fragmento
es que si nadie lo toca
él no está
del todo ahí
hasta que sí aparece
como suele decirse
estremecido por la caricia
y deja de ser
un fragmento que se apoya
en alguna superficie
para tener realidad
con tu caricia aparece
la realidad completa
de mi cuerpo



fugacidad

si toda dicha es fugaz
que este pelo revuelto en tu mano
el recorrido de los dedos
por el borde de tu omóplato
que este desbande en el centro de mi cuerpo
esta fosforescencia
se sostenga un segundo más
que todavía no se apague




DANIELA CAMOZZI (ARGENTINA, 1969)

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