Altazor
Prefacio
Nací a los treinta y tres años, el
día de la muerte de Cristo; nací en el Equinoccio, bajo las
hortensias y los aeroplanos del
calor.
Tenía yo un profundo mirar de pichón,
de túnel y de automóvil
sentimental.
Lanzaba suspiros de acróbata.
Mi padre era ciego y sus manos eran más
admirables que la noche.
Amo la noche, sombrero de todos los
días.
La noche, la noche del día, del día
al día siguiente.
Mi madre hablaba como la aurora y como
los dirigibles que van a caer. Tenía
cabellos color de bandera y
ojos llenos de navíos lejanos.
Una tarde cogí mi paracaídas y dije:
«Entre una estrella y dos golondrinas». He aquí
la muerte que se acerca como
la tierra al globo que cae.
Mi madre bordaba lágrimas desiertas en
los primeros arco iris.
Y ahora mi paracaídas cae de sueño en
sueño por los espacios de la muerte.
El primer día encontré un pájaro
desconocido que me dijo: «Si yo fuera dromedario
no tendría sed. ¿Qué hora
es?» Bebió las gotas de rocío de mis cabellos, me lanzó
tres miradas y media y se
alejó diciendo: «Adiós», con su pañuelo soberbio. Hacia las dos,
aquel día, encontré un
precioso aeroplano, lleno de escamas y
caracoles. Buscaba un rincón
del cielo donde guarecerse de la lluvia.
Allá lejos, todos los barcos anclados,
en la tinta de la aurora. De pronto, comenzaron
a desprenderse, uno a uno,
arrastrando como pabellón jirones de aurora
incontestable.
Junto con marcharse los últimos, la
aurora desapareció tras algunas olas
desmesuradamente infladas.
Entonces oí hablar al Creador, sin
nombre, que es un simple hueco en el vacío,
hermoso como un ombligo.
«Hice un gran ruido y este ruido formó
el océano y las olas del océano».
Este ruido irá siempre pegado a las
olas del mar y las olas del mar irán siempre
pegadas a él, como los sellos
en las tarjetas postales.
Después tejí un largo bramante de
rayos luminosos para coser los días uno a uno; los
días que tienen un oriente
legítimo o reconstituido, pero indiscutible.
Después tracé la geografía de la
tierra y las líneas de la mano.
Después bebí un poco de coñac (a
causa de la hidrografía).
Después creé la boca y los labios de
la boca, para aprisionar las sonrisas equívocas,
y los dientes de la boca, para
violar las groserías que nos vienen a la boca.
«Creé la lengua de la boca que los
hombres desviaron de su rol, haciéndola aprender
a hablar... a ella, ella, la
bella nadadora, desviada para siempre de su rol
acuático y puramente
acariciador».
Mi paracaídas empezó a caer
vertiginosamente. Tal es la fuerza de atracción de la
muerte y del sepulcro abierto.
Podéis creerlo, la tumba tiene más
poder que los ojos de la amada. La tumba abierta
con todos sus imanes. Y esto
te lo digo a ti, a ti que cuando sonríes haces pensar
en el comienzo del mundo.
Mi paracaídas se enredó con una
estrella apagada que seguía su órbita
concienzudamente, como si
ignorara la inutilidad de sus esfuerzos.
Y aprovechando este reposo bien ganado,
comencé a llenar con profundos
pensamientos las casillas de
mi tablero:
«Los verdaderos poemas son incendios.
La poesía se propaga por todas partes,
iluminando sus consumaciones
con estremecimientos de placer o de agonía».
«Se debe escribir en una lengua que no
sea materna».
«Los cuatro puntos cardinales son
tres; el sur y el norte».
«Un poema es una cosa que será».
«Un poema es una cosa que nunca es,
pero que debiera ser».
«Un poema es una cosa que nunca ha
sido, que nunca podrá ser».
«Huye del sublime externo si no
quieres morir aplastado por el viento».
«Si yo, no hiciera al menos una locura
por año, me volvería loco».
Tomo mi paracaídas, y del borde de mi
estrella en marcha me lanzo a la atmósfera
del último suspiro.
Ruedo interminablemente sobre las rocas
de los sueños, ruedo entre las nubes de la
muerte.
Encuentro a la Virgen sentada en una
rosa, y me dice:
«Mira mis manos: son transparentes
como las bombillas eléctricas. ¿Ves los
filamentos de donde corre la
sangre de mi luz intacta?»
«Mira mi aureola. Tiene algunas
saltaduras, lo que prueba mi ancianidad».
«Soy la Virgen, la Virgen sin mancha
de tinta humana, la única que no lo sea a
medias, y soy la capitana de
las otras once mil que estaban en verdad
demasiado restauradas».
«Hablo una lengua que llena los
corazones según la ley de las nubes comunicantes». «Digo siempre
adiós, y me quedo».
«Ámame, hijo mío, pues adoro tu
poesía y te enseñaré proezas aéreas».
«Tengo tanta necesidad de ternura,
besa mis cabellos, los he lavado esta mañana en
las nubes del alba y ahora
quiero dormirme sobre el colchón de la neblina
intermitente».
«Mis miradas son un alambre en el
horizonte para el descanso de las golondrinas. «Ámame».
Me puse de rodillas en el espacio
circular y la Virgen se elevó y vino a sentarse en mi
paracaídas.
Me dormí y recité entonces mis más
hermosos poemas.
Las llamas de mi poesía secaron los
cabellos de la Virgen, que me dijo gracias y se
alejó, sentada sobre su rosa
blanca.
Y heme aquí, solo, como el pequeño
huérfano de los naufragios anónimos.
Ah, qué hermoso... qué hermoso.
Veo las montañas, los ríos, las
selvas, el mar, los barcos, las flores y los caracoles. Veo la noche
y el día y el eje en que se juntan.
Ah, ah, soy Altazor, el gran poeta, sin
caballo que coma alpiste, ni caliente su
garganta con claro de luna,
sino con mi pequeño paracaídas como un quitasol
sobre los planetas.
De cada gota del sudor de mi frente
hice nacer astros, que os dejo la tarea de bautizar
como a botellas de vino.
Lo veo todo, tengo mi cerebro forjado
en lenguas de profeta.
La montaña es el suspiro de Dios,
ascendiendo en termómetro hinchado hasta tocar
los pies de la amada.
Aquel que todo lo ha visto, que conoce
todos los secretos sin ser Walt Whitman,
pues jamás he tenido una
barba blanca como las bellas enfermeras y los
arroyos helados.
Aquel que oye durante la noche los
martillos de los monederos falsos, que son
solamente astrónomos
activos.
Aquel que bebe el vaso caliente de la
sabiduría después del diluvio obedeciendo a las
pajamas y que conoce la ruta
de la fatiga, la estela hirviente que dejan los
barcos.
Aquel que conoce los almacenes de
recuerdos y de bellas estaciones olvidadas.
Él, el pastor de aeroplanos, el
conductor de las noches extraviadas y de los
ponientes amaestrados hacia
los polos únicos.
Su queja es semejante a una red
parpadeante de aerolitos sin testigo.
El día se levanta en su corazón y él
baja los párpados para hacer la noche del reposo
agrícola.
Lava sus manos en la mirada de Dios, y
peina su cabellera como la luz y la cosecha de
esas flacas espigas de la
lluvia satisfecha.
Los gritos se alejan como un rebaño
sobre las lomas cuando las estrellas duermen
después de una noche de
trabajo continuo.
El hermoso cazador frente al bebedero
celeste para los pájaros sin corazón.
Sé triste tal cual las gacelas ante el
infinito y los meteoros, tal cual los desiertos sin
mirajes.
Hasta la llegada de una boca hinchada
de besos para la vendimia del destierro.
Sé triste, pues ella te espera en un
rincón de este año que pasa.
Está quizá al extremo de tu canción
próxima y será bella como la cascada en libertad
y rica como la línea
ecuatorial.
Sé triste, más triste que la rosa, la
bella jaula de nuestras miradas y de las abejas sin
experiencia.
La vida es un viaje en paracaídas y no
lo que tú quieres creer.
Vamos cayendo, cayendo de nuestro cenit
a nuestro nadir, y dejamos el aire
manchado de sangre para que
se envenenen los que vengan mañana a
respirarlo.
Adentro de ti mismo, fuera de ti mismo,
caerás del cenit al nadir porque ése es tu
destino, tu miserable
destino. Y mientras de más alto caigas, más alto será el
rebote, más larga tu
duración en la memoria de la piedra.
Hemos saltado del vientre de nuestra
madre o del borde de una estrella y vamos
cayendo.
Ah mi paracaídas, la única rosa
perfumada de la atmósfera, la rosa de la muerte,
despeñada entre los astros
de la muerte.
¿Habéis oído? Ése es el ruido
siniestro de los pechos cerrados.
Abre la puerta de tu alma y sal a
respirar al lado afuera. Puedes abrir con un suspiro
la puerta que haya cerrado el
huracán.
Hombre, he ahí tu paracaídas,
maravilloso como el vértigo.
Poeta, he ahí tu paracaídas,
maravilloso como el imán del abismo.
Mago, he ahí tu paracaídas que una
palabra tuya puede convertir en un parasubidas
maravilloso como el
relámpago que quisiera cegar al creador.
¿Qué esperas?
Mas he ahí el secreto del Tenebroso
que olvidó sonreír.
Y el paracaídas aguarda amarrado a la
puerta como el caballo de la fuga
interminable.
Canto I
Altazor ¿por qué perdiste tu primera
serenidad?
¿Qué ángel malo se paró en la
puerta de tu sonrisa
Con la espada en la mano?
¿Quién sembró la angustia en las
llanuras de tus ojos como el adorno de un dios?
¿Por qué un día de repente sentiste
el terror de ser?
Y esa voz que te gritó vives y no te
ves vivir
¿Quién hizo converger tus
pensamientos al cruce de todos los vientos del dolor?
Se rompió el diamante de tus sueños
en un mar de estupor
Estás perdido Altazor
Solo en medio del universo
Solo como una nota que florece en las
alturas del vacío
No hay bien no hay mal ni verdad ni
orden ni belleza
¿En dónde estás Altazor?
La nebulosa de la angustia pasa como un
río
Y me arrastra según la ley de las
atracciones
La nebulosa en olores solidificada huye
su propia soledad
Siento un telescopio que me apunta como
un revólver
La cola de un cometa me azota el rostro
y pasa relleno de eternidad
Buscando infatigable un lago quieto en
donde refrescar su tarea ineludible
Altazor morirás Se secará tu voz y
será invisible
La tierra seguirá girando sobre su
órbita precisa
Temerosa de un traspiés como el
equilibrista sobre el alambre que ata
las miradas del pavor
En vano buscas ojo enloquecido
No hay puerta de salida y el viento
desplaza los planetas
Piensas que no importa caer eternamente
si se logra escapar
¿No ves que vas cayendo ya?
Limpia tu cabeza de prejuicio y moral
Y si queriendo alzarte nada has
alcanzado
Déjate caer sin parar tu caída sin
miedo al fondo de la sombra
Sin miedo al enigma de ti mismo
Acaso encuentres una luz sin noche
Perdida en las grietas de los
precipicios
Cae
Cae eternamente
Cae al fondo del infinito
Cae al fondo del tiempo
Cae al fondo de ti mismo
Cae lo más bajo que se pueda caer
Cae sin vértigo
A través de todos los espacios y todas
las edades
A través de todas las almas de todos
los anhelos y todos los naufragios
Cae y quema al pasar los astros y los
mares
Quema los ojos que te miran y los
corazones que te aguardan
Quema el viento con tu voz
El viento que se enreda en tu voz
Y la noche que tiene frío en su gruta
de huesos
Cae en infancia
Cae en vejez
Cae en lágrima
Cae en risas
Cae en música sobre el universo
Cae de tu cabeza a tus pies
Cae de tus pies a tu cabeza
Cae del mar a la fuente
Cae al último abismo del silencio
Como el barco que se hunde apagando sus
luces
Todo se acabó
El mar antropófago golpea la puerta de
las rocas despiadadas
Los perros ladran a las horas que se
mueren
Y el cielo escucha el paso de las
estrellas que se alejan
Estás solo
Y vas a la muerte derecho como un
iceberg que se desprende del polo
Cae la noche buscando su corazón en el
océano
La mirada se agranda como los torrentes
Y en tanto que las olas se dan vuelta
La luna niño de luz se escapa de alta
mar
Mira este cielo lleno
Más rico que los arroyos de las minas
Cielo lleno de estrellas que esperan el
bautismo
Todas esas estrellas salpicaduras de un
astro de piedra lanzado en las aguas eternas
No saben lo que quieren ni si hay redes
ocultas más allá
Ni qué mano lleva las riendas
Ni qué pecho sopla el viento sobre
ellas
Ni saben si no hay mano y no hay pecho
Las montañas de pesca
Tienen la altura de mis deseos
Y yo arrojo fuera de la noche mis
últimas angustias
Que los pájaros cantando dispersan por
el mundo
Reparad el motor del alba
En tanto me siento al borde de mis ojos
Para asistir a la entrada de las
imágenes
Soy yo Altazor
Altazor
Encerrado en la jaula de su destino
En vano me aferro a los barrotes de la
evasión posible
Una flor cierra el camino
Y se levantan como la estatua de las
llamas
La evasión imposible
Más débil marcho con mis ansias
Que un ejército sin luz en medio de
emboscadas
Abrí los ojos en el siglo
En que moría el cristianismo
Retorcido en su cruz agonizante
Ya va a dar el último suspiro
¿Y mañana qué pondremos en el sitio
vacío?
Pondremos un alba o un crepúsculo
¿Y hay que poner algo acaso?
La corona de espinas
Chorreando sus últimas estrellas se
marchita
Morirá el cristianismo que no ha
resuelto ningún problema
Que sólo ha enseñado plegarias
muertas
Muere después de dos mil años de
existencia
Un cañoneo enorme pone punto final a
la era cristiana
El Cristo quiere morir acompañado de
millones de almas
Hundirse con sus templos
Y atravesar la muerte con un cortejo
inmenso
Mil aeroplanos saludan la nueva era
Ellos son los oráculos y las banderas
Hace seis meses solamente
Dejé la ecuatorial recién cortada
En la tumba guerrera del esclavo
paciente
Corona de piedad sobre la estupidez
humana
Soy yo que estoy hablando en este año
de 1919
Es el invierno
Ya la Europa enterró todos sus muertos
Y un millar de lágrimas hacen una sola
cruz de nieve
Mirad esas estepas que sacuden las
manos
Millones de obreros han comprendido al
fin
Y levantan al cielo sus banderas de
aurora
Venid venid os esperamos porque sos la
esperanza
La única esperanza
La última esperanza
Soy yo Altazor el doble de mí mismo
El que se mira obrar y se ríe del otro
frente a frente
El que cayó de las alturas de su
estrella
Y viajó veinticinco años
Colgado al paracaídas de sus propios
prejuicios
Soy yo Altazor el del ansia infinita
Del hambre eterno y descorazonado
Carne labrada por arados de angustia
¿Cómo podré dormir mientras haya
adentro tierras desconocidas?
Problemas
Misterios que se cuelgan a mi pecho
Estoy solo
La distancia que va de cuerpo a cuerpo
Es tan grande como la que hay de alma a
alma
Solo
Solo
Solo
Estoy solo parado en la punta del año
que agoniza
El universo se rompe en olas a mis pies
Los planetas giran en torno a mi cabeza
Y me despeinan al pasar con el viento
que desplazan
Sin dar un respuesta que llene los
abismos
Ni sentir este anhelo fabuloso que
busca en la fauna del cielo
Un ser materno donde se duerma el
corazón
Un lecho a la sombra del torbellino de
enigmas
Una mano que acaricie los latidos de la
fiebre
Dios diluido en la nada y el todo
Dios todo y nada
Dios en las palabras y en los gestos
Dios mental
Dios aliento
Dios joven Dios viejo
Dios pútrido
lejano y
cerca
Dios amasado a mi congoja
Sigamos cultivando en el cerebro las
tierras del error
Sigamos cultivando las tierras veraces
en el pecho
Sigamos
Siempre igual como ayer mañana y luego
y después
No
No puede ser Cambiemos nuestra suerte
Quememos nuestra carne en los ojos del
alba
Bebamos la tímida lucidez de la muerte
La lucidez polar de la muerte
Canta el caos al caos que tiene pecho
de hombre
Llora de eco en eco por todo el
universo
Rodando con sus mitos entre
alucinaciones
Angustia de vacío en alta fiebre
Amarga conciencia del vano sacrificio
De la experiencia inútil del fracaso
celeste
Del ensayo perdido
Y aún después que el hombre haya
desaparecido
Que hasta su recuerdo se queme en la
hoguera del tiempo
Quedará un gusto a dolor en la
atmósfera terrestre
Tantos siglos respirada por miserables
pechos plañideros
Quedará en el espacio la sombra
siniestra
De una lágrima inmensa
Y una voz perdida aullando desolada
Nada nada nada
No
No puede ser
Consumamos el placer
Agotemos la vida en la vida
Muera la muerte infiltrada de rapsodias
langorosas
Infiltrada de pianos tenues y banderas
cambiantes como crisálidas
Las rocas de la muerte se quejan al
borde del mundo
El viento arrastra sus florescencias
amargas
Y el desconsuelo de las primaveras que
no pueden nacer
Todas son trampas
trampas del espíritu
Transfusiones eléctricas de sueño y
realidad
Oscuras lucideces de esta larga
desesperación petrificada en soledad
Vivir vivir en tinieblas
Entre cadenas de anhelos tiránicos
collares de gemidos
Y un eterno viajar en los adentros de
sí mismo
Con dolor de límites constantes y
vergüenza de ángel estropeado
Burla de un dios nocturno
Rodar rodar rotas las antenas en medio
del espacio
Entre mares alados y auroras estancadas
Yo estoy aquí de pie ante vosotros
En nombre de una idiota ley
proclamadora
De la conservación de las especies
Inmunda ley
Villana ley arraigada a los sexos
ingenuos
Por esa ley primera trampa de la
inconciencia
El hombre se desgarra
Y se rompe en aullidos mortales por
todos los poros de su tierra
Yo estoy aquí de pie entre vosotros
Se me caen las ansias al vacío
Se me caen los gritos a la nada
Se me caen al caos las blasfemias
Perro del infinito trotando entre
astros muertos
Perro lamiendo estrellas y recuerdos de
estrella
Perro lamiendo tumbas
Quiero la eternidad como una paloma en
mis manos
Todo ha de alejarse en la muerte
esconderse en la muerte
Yo tú él nosotros vosotros ellos
Ayer hoy mañana
Pasto en las fauces del insaciable
olvido
Pasto para la rumia eterna del caos
incansable
Justicia ¿qué has hecho de mí
Vicente Huidobro?
Se me cae el dolor de la lengua y las
alas marchitas
Se me caen los dedos muertos uno a uno
¿Qué has hecho de mi voz cargada de
pájaros en el atardecer
La voz que me dolía como sangre?
Dadme el infinito como una flor para
mis manos
Seguir
No. Basta ya
Seguir cargado de mundos de países de
ciudades
Muchedumbres aullidos
Cubierto de climas hemisferios ideas
recuerdos
Entre telarañas de sepulcros y
planetas conscientes
Seguir del dolor al dolor del enigma al
enigma
Del dolor de la piedra al dolor de la
planta
Porque todo es dolor
Dolor de batalla y miedo de no ser
Lazos de dolor atan la tierra al cielo
las aguas a la tierra
Y los mundos galopan en órbitas de
angustia
Pensando en la sorpresa
La latente emboscada en todos los
rincones del espacio
Me duelen los pies como ríos de piedra
¿Qué has hecho de mis pies?
¿Qué has hecho de esta bestia
universal
De este animal errante?
Esta rata en delirio que trepa las
montañas
Sobre un himno boreal o alarido de
tierra
Sucio de tierra y llanto
de tierra y sangre
Azotado de espinas y los ojos en cruz
La conciencia es amargura
La inteligencia es decepción
Solo en las afueras de la vida
Se puede plantar una pequeña ilusión
Ojos ávidos de lágrimas hirviendo
Labios ávidos de mayores lamentos
Manos enloquecidas de palpar tinieblas
Buscando más tinieblas
Y esta amargura que se pasea por los
huesos
Y este entierro en mi memoria
Este entierro que se alarga en mi
memoria
Este largo entierro que atraviesa todos
los días mi memoria
Seguir
No
Que se rompa el andamio de los huesos
Que se derrumben las vigas del cerebro
Y arrastre el huracán los trozos a la
nada al otro lado
En donde el viento azota a Dios
En donde aún resuene mi violín
gutural
Acompañando el piano póstumo del
Juicio Final
Eres tú tú el ángel caído
La caída eterna sobre la muerte
La caída sin fin de muerte en muerte
Embruja el universo con tu voz
Aférrate a tu voz embrujador del mundo
Cantando como un ciego perdido en la
eternidad
Anda en mi cerebro una gramática
dolorosa y brutal
La matanza continua de conceptos
internos
Y una última aventura de esperanzas
celestes
Un desorden de estrellas imprudentes
Caídas de los sortilegios sin refugio
Todo lo que se esconde y nos incita con
imanes fatales
Lo que se esconde en las frías
regiones de lo invisible
O en la ardiente tempestad de nuestro
cráneo
La eternidad se vuelve sendero de flor
Para el regreso de espectros y
problemas
Para el mirage sediento de las nuevas
hipótesis
Que rompen el espejo de la magia
posible
Liberación, ¡Oh! si liberación de
todo
De la propia memoria que nos posee
De las profundas vísceras que saben lo
que saben
A causa de estas heridas que nos atan
al fondo
Y nos quiebran los gritos de las alas
La magia y el ensueño liman los
barrotes
La poesía llora en la punta del alma
Y acrece la inquietud mirando nuevos
muros
Alzados de misterio en misterio
Entre minas de mixtificación que abren
sus heridas
Con el ceremonial inagotable del alba
conocida
Todo en vano
Dadme la llave de los sueños cerrados
Dadme la llave del naufragio
Dadme una certeza de raíces en
horizonte quieto
Un descubrimiento que no huya a cada
paso
O dadme un bello naufragio verde
Un milagro que ilumine el fondo de
nuestros mares íntimos
Como el barco que se hunde sin apagar
sus luces
Liberado de este trágico silencio
entonces
En mi propia tempestad
Desafiaré al vacío
Sacudiré la nada con blasfemias y
gritos
Hasta que caiga un rayo de castigo
ansiado
Trayendo a mis tinieblas el clima del
paraíso
¿Por qué soy prisionero de esta
trágica busca?
¿Qué es lo que me llama y se esconde
Me sigue me grita por mi nombre
Y cuando vuelvo el rostro y alargo las
manos de los ojos
Me echa encima una niebla tenaz como la
noche de los astros ya muertos?
Sufro me revuelco en la angustia
Sufro desde que era nebulosa
Y traigo desde entonces este dolor
primordial en las células
Este peso en las alas
Esta piedra en el canto
Dolor de ser isla
Angustia subterránea
Angustia cósmica
Poliforme angustia anterior a mi vida
Y que la sigue como una marcha militar
Y que irá más allá
Hasta el otro lado de la periferia
universal
Consciente
Inconsciente
Deforme
Sonora
Sonora como el fuego
El fuego que me quema el carbón
interno y el alcohol de los ojos
Soy una orquesta trágica
Un concepto trágico
Soy trágico como los versos que punzan
en las sienes y no pueden salir
Arquitectura fúnebre
Matemática fatal y sin esperanza
alguna
Capas superpuestas de dolor misterioso
Capas superpuestas de ansias mortales
Subsuelos de intuiciones fabulosas
Siglos siglos que vienen gimiendo en
mis venas
Siglos que se balancean en mi canto
Que agonizan en mi voz
Porque mi voz es solo canto y sólo
puede salir en canto
La cuna de mi lengua se metió en el
vacío
Anterior a los tiempos
Y guardará eternamente el ritmo
primero
El ritmo que hace nacer los mundos
Soy la voz del hombre que resuena en
los cielos
Que reniega y maldice
Y pide cuentas de por qué y para qué
Soy todo el hombre
El hombre herido por quién sabe quién
Por una flecha perdida del caos
Humano terreno desmesurado
Sí desmesurado y lo proclamo sin miedo
Desmesurado porque no soy burgués ni
raza fatigada
Soy bárbaro tal vez
Desmesurado enfermo
Bárbaro limpio de rutinas y caminos
marcados
No acepto vuestras sillas de
seguridades cómodas
Soy el ángel salvaje que cayó una
mañana
En vuestras plantaciones de preceptor
Poeta
Antipoeta
Culto
Anticulto
Animal metafísico cargado de congojas
Animal espontáneo directo sangrando
sus problemas
Solitario como una paradoja
Paradoja fatal
Flor de contradicciones bailando un
fox-trot
Sobre el sepulcro de Dios
Sobre el bien y el mal
Soy un pecho que grita y un cerebro que
sangra
Soy un temblor de tierra
Los sismógrafos señalan mi paso por
el mundo
Crujen las ruedas de la tierra
Y voy andando a caballo en mi muerte
Voy pegado a mi muerte como un pájaro
al cielo
Como una fecha en el árbol que crece
Como el nombre en la carta que envío
Voy pegado a mi muerte
Voy por la vida pegado a mi muerte
Apoyado en el bastón de mi esqueleto
El sol nace en mi ojo derecho y se pone
en mi ojo izquierdo
En mi infancia una infancia ardiente
como un alcohol
Me sentaba en los caminos de la noche
A escuchar la elocuencia de las
estrellas
Y la oratoria del árbol
Ahora la indiferencia nieva en la tarde
de mi alma
Rómpanse en espigas las estrellas
Pártase la luna en mil espejos
Vuelva el árbol al nido de su almendra
Sólo quiero saber por qué
Por qué
Por qué
Soy protesta y araño el infinito con
mis garras
Y grito y gimo con miserables gritos
oceánicos
El eco de mi voz hacer tronar el caos
Soy desmesurado cósmico
Las piedras las plantas las montañas
Me saludan Las abejas las ratas
Los leones y las águilas
Los astros los crepúsculos las albas
Los ríos y las selvas me preguntan
¿Qué tal cómo está usted?
Y mientras los astros y las olas tengan
algo que decir
Será por mi boca que hablarán a los
hombres
Que Dios sea Dios
O Satán sea Dios
O ambos sean miedo nocturna ignorancia
Lo mismo da
Que sea la Vía Láctea
O una procesión que asciende en pos de
la verdad
Hoy me es igual
Traedme una hora que vivir
Traedme un amor pescado por la oreja
Y echadlo aquí a morir ante mis ojos
Que yo caiga por el mundo a toda
máquina
Que yo corra por el universo a toda
estrella
Que me hunda o me eleve
Lanzado sin piedad entre planetas y
catástrofes
Señor Dios si tú existes es a mí a
quien lo debes
Matad la horrible duda
Y la espantosa lucidez
Hombre con los ojos abiertos en la
noche
Hasta el fin de los siglos
Enigma asco de los instintos
contagiosos
Como las campanas de la exaltación
Pajarero de luces muertas que andan con
pies de espectro
Con los pies indulgentes del arroyo
Que se llevan las nubes y cambia de
país
En el tapiz del cielo se juega nuestra
suerte
Allí donde mueren las horas
El pesado cortejo de las horas que
golpean el mundo
Se juega nuestra alma
Y la suerte que se vuela todas las
mañanas
Sobre las nubes con los ojos llenos de
lágrimas
Sangra la herida de las últimas
creencias
Cuando el fusil desconsolado del humano
refugio
Descuelga los pájaros del cielo
Mírate allí animal eterno desnudo de
nombre
Junto al abrevadero de tus límites
propios
Bajo el alba benigna
Que zurce el tejido de las mareas
Mira a lo lejos viene la cadena de
hombres
Saliendo de la usina de ansias iguales
Mordidos por la misma eternidad
Por el mismo huracán de vagabundas
fascinaciones
Cada uno trae su palabra informe
Y los pies atados a su estrella propia
Las máquinas avanzan en la noche del
diamante fatal
Avanza el desierto con sus olas sin
vida
Pasan las montañas pasan los camellos
Como la historia de las guerras
antiguas
Allá va la cadena de hombres entre
fuegos ilusos
Hacia el párpado tumbal
Después de mi muerte un día
El mundo será pequeño a las gentes
Plantarán continentes sobre los mares
Se harán islas en el cielo
Habrá un gran puente de metal en torno
de la tierra
Como los anillos construidos en Saturno
Habrá ciudades grandes como un país
Gigantescas ciudades del porvenir
En donde el hombre-hormiga será una
cifra Un número que se mueve y sufre y baila
(Un poco de amor a veces como un arpa
que hace olvidar la vida)
Jardines de tomates y repollos
Los parques públicos plantados de
árboles frutales
No hay carne que comer el planeta es
estrecho
Y las máquinas mataron el último
animal
Árboles frutales en todos los caminos
Lo aprovechable sólo lo aprovechable
Ah la hermosa vida que preparan las
fábricas
La horrible indiferencia de los astros
sonrientes
Refugio de la música
Que huye de las manos de los últimos
ciegos
Angustia angustia de lo absoluto y de
la perfección
Angustia desolada que atraviesa las
órbitas perdidas
Contradictorios ritmos quiebran el
corazón
En mi cabeza cada cabello piensa otra
cosa
Un hastío invade el hueco que va del
alba al poniente
Un bostezo color mundo y carne
Color espíritu avergonzado de
irrealizables cosas
Lucha entre la piel y el sentimiento de
una dignidad bebida y no otorgada
Nostalgia de ser barro y piedra o Dios
Vértigo de la nada cayendo de sombra
en sombra
Inutilidad de los esfuerzos fragilidad
del sueño
Ángel expatriado de la cordura
¿Por qué hablas Quién te pide que
hables?
Revienta pesimista mas revienta en
silencio
Cómo se reirán los hombres de aquí a
mil años
Hombre perro que aúllas a tu propia
noche
Delincuente de tu alma
El hombre de mañana se burlará de ti
Y de tus gritos petrificados goteando
estalactitas
¿Quién eres tú habitante de este
diminuto cadáver estelar?
¿Qué son tus náuseas de infinito y
tu ambición de eternidad?
Átomo desterrado de sí mismo con
puertas y ventanas de luto
¿De dónde vienes a dónde vas?
¿Quién se preocupa de tu planeta?
Inquietud miserable
Despojo del desprecio que por ti
sentiría
Un habitante de Betelgeuse
Veintinueve millones de veces más
grande que tu sol
Hablo porque soy protesta insulto y
mueca de dolor
Sólo creo en los climas de la pasión
Sólo deben hablar los que tienen el
corazón clarividente
La lengua a alta frecuencia
Buzos de la verdad y la mentira
Cansados de pasear sus linternas en los
laberintos de la nada
En la cueva de alternos sentimientos
El dolor es lo único eterno
Y nadie podrá reir ante el vacío
¿Qué me importa la burla del
hombre-hormiga
Ni la del habitante de otros astros más
grandes?
Y yo no sé de ellos ni ellos saben de
mí
Yo sé de mi vergüenza de la vida de
mi asco celular
De la mentira abyecta de todo cuanto
edifican los hombres
Los pedestales de aire de sus leyes e
ideales
Dadme dadme pronto un llano de silencio
Un llano despoblado como los ojos de
los muertos
¿Robinsón por qué volviste de tu
isla?
De la isla de tus obras y tus sueños
privados
La isla de ti mismo rica de tus actos
Sin leyes ni abdicación ni compromisos
Sin control de ojo intruso
Ni mano extraña que rompa los encantos
¿Robinsón cómo es posible que
volvieras de tu isla?
Malhaya el que mire con ojos de muerte
Malhaya el que vea el resorte que todo
lo mueve
Una borrasca dentro de la risa
Una agonía de sol adentro de la risa
Matad al pesimista de pupila enlutada
Al que lleva un féretro en el cerebro
Todo es nuevo cuando se mira con ojos
nuevos
Oigo una voz idiota entre algas de
ilusión
Boca parasitaria aún de la esperanza
Idos lejos de aquí restos de playas
moribundas
Mas si buscáis descubrimientos
Tierras irrealizables más allá de los
cielos
Vegetante obsesión de musical congoja
Volvamos al silencio
Restos de playas fúnebres
¿A qué buscáis el faro poniente
Vestido de su propia cabellera
Como la reina de los circos?
Volvamos al silencio
Al silencio de las palabras que vienen
del silencio
Al silencio de las hostias donde se
mueren los profetas
Con la llaga del flanco
Cauterizada por algún relámpago
Las palabras con fiebre y vértigo
interno
Las palabras del poeta dan un mareo
celeste
Dan una enfermedad de nubes
Contagioso infinito de planetas
errantes
Epidemia de rosas en la eternidad
Abrid la boca para recibir la hostia de
la palabra herida
La hostia angustiada y ardiente que me
nace no se sabe dónde
Que viene de más lejos que mi pecho
La catarata delicada de oro en libertad
Correr de río sin destino como
aerolitos al azar
Una columna se alza en la punta de la
voz
Y la noche se sienta en la columna
Yo poblaré para mil años los sueños
de los hombres
Y os daré un poema lleno de corazón
En el cual me despedazaré por todos
lados
Una lágrima caerá de unos ojos
Como algo enviado sobre la tierra
Cuando veas como una herida profetiza
Y reconozcas la carne desgraciada
El pájaro cegado en la catástrofe
celeste
Encontrado en mi pecho solitario y
sediento
En tanto yo me alejo tras los barcos
magnéticos
Vagabundo como ellos
Y más triste que un cortejo de
caballos sonámbulos
Hay palabras que tienen sombra de árbol
Otras que tienen atmósfera de astros
Hay vocablos que tienen fuego de rayos
Y que incendian donde caen
Otros que se congelan en la lengua y se
rompen al salir
Como esos cristales helados y fatídicos
Hay palabras con imanes que atraen los
tesoros del abismo
Otras que se descargan como vagones
sobre el alma
Altazor desconfía de las palabras
Desconfía del ardid ceremonioso
Y de la poesía
Trampas
Trampas de luz y
cascadas lujosas
Trampas de perla y de lámpara acuática
Anda como los ciegos con sus ojos de
piedra
Presintiendo el abismo a todo paso
Mas no temas de mí que mi lenguaje es
otro
No trato de hacer feliz ni desgraciado
a nadie
Ni descolgar banderas de los pechos
Ni dar anillos de planetas
Ni hacer satélites de mármol en torno
a un talismán ajeno
Quiero darte una música de espíritu
Música mía de esta cítara plantada
en mi cuerpo
Música que hace pensar en el
crecimiento de los árboles
Y estalla en luminarias dentro del
sueño.
Yo hablo en nombre de un astro por
nadie conocido
Hablo en una lengua mojada en mares no
nacidos
Con una voz llena de eclipses y
distancias
Solemne como un combate de estrellas o
galeras lejanas
Una voz que se desfonda en la noche de
las rocas
Una voz que da la vista a los ciegos
atentos
Los ciegos escondidos al fondo de las
casas
Como al fondo de sí mismos
Los veleros que parten a distribuir mi
alma por el mundo
Volverán convertidos en pájaros
Una hermosa mañana alta de muchos
metros
Alta como el árbol cuyo fruto es el
sol
Una mañana frágil y rompible
A la hora en que las flores se lavan la
cara
Y los últimos sueños huyen por las
ventanas
Tanta exaltación para arrastrar los
cielos a la lengua
El infinito se instala en el nido del
pecho
Todo se vuelve presagio
ángel entonces
El cerebro se torna sistro revelador
Y la hora huye despavorida por los ojos
Los pájaros grabados en el cenit no
cantan
El día se suicida arrojándose al mar
Un barco vestido de luces se aleja
tristemente
Y al fondo de las olas un pez escucha
el paso dc los hombres
Silencio la tierra va a dar a luz un
árbol
La muerte se ha dormido en el cuello de
un cisne
Y cada pluma tiene un distinto temblor
Ahora que Dios se sienta sobre la
tempestad
Que pedazos de cielos caen y se enredan
en la selva
Y que el tifón despeina las barbas del
pirata
Silencio la tierra va a dar a luz un
árbol
Tengo cartas secretas en la caja del
cráneo
Tengo un carbón doliente en el fondo
del pecho
Y conduzco mi pecho a la boca
Y la boca a la puerta del sueño
El mundo se me entra por los ojos
Se me entra por las manos se me entra
por los pies
Me entra por la boca y se me sale
En insectos celestes o nubes de
palabras por los poros
Silencio la tierra va a dar a luz un
árbol
Mis ojos en la gruta de la hipnosis
Mastican el universo que me atraviesa
como un túnel
Un escalofrío de pájaro me sacude los
hombros
Escalofrío de alas y olas interiores
Escalas de olas y alas en la sangre
Se rompen las amarras de las venas
Y se salta afuera de la carne
Se sale de las puertas de la tierra
Entre palomas espantadas
Habitante de tu destino
¿Por qué quieres salir de tu destino?
¿Por qué quieres romper los lazos de
tu estrella
Y viajar solitario en los espacios
Y caer a través de tu cuerpo de tu
cenit a tu nadir?
No quiero ligaduras de astro ni de
viento
Ligaduras de luna buenas son para el
mar y las mujeres
Dadme mis violines de vértigo insumiso
Mi libertad de música escapada
No hay peligro en la noche pequeña
encrucijada
Ni enigma sobre el alma
La palabra electrizada de sangre y
corazón
Es el gran paracaídas y el pararrayos
de Dios
Habitante de tu destino
Pegado a tu camino como roca
Viene la hora del sortilegio resignado
Abre la mano de tu espíritu
El magnético dedo
En donde el anillo de la serenidad
adolescente
Se posará cantando como el canario
pródigo
Largos años ausente
Silencio
Se oye el pulso del
mundo como nunca pálido
La tierra acaba de alumbrar un árbol
* * * * *
Canto II
Mujer el mundo está amueblado por tus
ojos
Se hace más alto el cielo en tu
presencia
La tierra se prolonga de rosa en rosa
Y el aire se prolonga de paloma en
paloma
Al irte dejas una estrella en tu sitio
Dejas caer tus luces como el barco que
pasa
Mientras te sigue mi canto embrujado
Como una serpiente fiel y melancólica
Y tú vuelves la cabeza detrás de
algún astro
¿Qué combate se libra en el espacio?
Esas lanzas de luz entre planetas
Reflejo de armaduras despiadadas
¿Qué estrella sanguinaria no quiere
ceder el paso?
En dónde estás triste noctámbula
Dadora de infinito
Que pasea en el bosque de los sueños
Heme aquí perdido entre mares
desiertos
Solo como la pluma que se cae de un
pájaro en la noche
Heme aquí en una torre de frío
Abrigado del recuerdo de tus labios
marítimos
Del recuerdo de tus complacencias y de
tu cabellera
Luminosa y desatada como los ríos de
montaña
¿Irías a ser ciega que Dios te dio
esas manos?
Te pregunto otra vez
El arco de tus cejas tendido para las
armas de los ojos
Te hablan por mí las olas de pájaros
sin cielo
Te habla por mí el color de los
paisajes sin viento
Te habla por mí el rebaño de ovejas
taciturnas
Dormido en tu memoria
Te habla por mí el arroyo descubierto
La hierba sobreviviente atada a la
aventura
Aventura de luz y sangre de horizonte
Sin más abrigo que una flor que se
apaga
Si hay un poco de viento
Las llanuras se pierden bajo tu gracia
frágil
Se pierde el mundo bajo tu andar
visible
Pues todo es artificio cuando tú te
presentas
Con tu luz peligrosa
Inocente armonía sin fatiga ni olvido
Elemento de lágrima que rueda hacia
adentro
Construido de miedo altivo y de
silencio
Haces dudar al tiempo
Y al cielo con instintos de infinito
Lejos de ti todo es mortal
Lanzas la agonía por la tierra
humillada de noches
Sólo lo que piensa en ti tiene sabor a
eternidad
He aquí tu estrella que pasa
Con tu respiración de fatigas lejanas
Con tus gestos y tu modo de andar
Con el espacio magnetizado que te
saluda
Que nos separa con leguas de noche
Sin embargo te advierto que estamos
cosidos
A la misma estrella
Estamos cosidos por la misma música
tendida
De uno a otro
Por la misma sombra gigante agitada
como árbol
Seamos ese pedazo de cielo
Ese trozo en que pasa la aventura
misteriosa
La aventura del planeta que estalla en
pétalos de sueño
En vano tratarías de evadirte de mi
voz
Y de saltar los muros de mis alabanzas
Estamos cosidos por la misma estrella
Estás atada al ruiseñor de las lunas
Que tiene un ritual sagrado en la
garganta
Qué me importan los signos de la noche
Y la raíz y el eco funerario que
tengan en mi pecho
Qué me importa el enigma luminoso
Los emblemas que alumbran el azar
Y esas islas que viajan por el caos sin
destino a mis ojos
Qué me importa ese miedo de flor en el
vacío
Qué me importa el nombre de la nada
El nombre del desierto infinito
O de la voluntad o del azar que
representan
Y si en ese desierto cada estrella es
un deseo de oasis
O banderas de presagio y de muerte
Tengo una atmósfera propia en tu
aliento
La fabulosa seguridad de tu mirada con
sus constelaciones íntimas
Con su propio lenguaje de semilla
Tu frente luminosa como un anillo de
Dios
Más firme que todo en la flora del
cielo
Sin torbellinos de universo que se
encabrita
Como un caballo a causa de su sombra en
el aire
Te pregunto otra vez
¿Irías a ser muda que Dios te dio
esos ojos?
Tengo en voz tuya para toda defensa
Esa voz que sale de ti en latidos de
corazón
Esa voz en que cae la eternidad
Y se rompe en pedazos de esferas
fosforescentes
¿Qué sería la vida si no hubieras
nacido?
Un cometa sin manto muriéndose de frío
Te hallé como una lágrima en un libro
olvidado
Con tu nombre sensible desde antes en
mi pecho
Tu nombre hecho del ruido de palomas
que se vuelan
Traes en ti el recuerdo de otras vidas
más altas
De un Dios encontrado en alguna parte
Y al fondo de ti misma recuerdas que
eras tú
El pájaro de antaño en la clave del
poeta
Sueño en un sueño sumergido
La cabellera que se ata hace el día
La cabellera al desatarse hace la noche
La vida se contempla en el olvido
Sólo viven tus ojos en el mundo
El único sistema planetario sin fatiga
Serena piel anclada en las alturas
Ajena a toda red y estratagema
En su fuerza de luz ensimismada
Detrás de ti la vida siente miedo
Porque eres la profundidad de toda cosa
El mundo deviene majestuoso cuando
pasas
Se oyen caer lágrimas del cielo
Y borras en el alma adormecida
La amargura de ser vivo
Se hace liviano el orbe en las espaldas
Mi alegría es oír el ruido del viento
en tus cabellos
(Reconozco ese ruido desde lejos)
Cuando las barcas zozobran y el río
arrastra troncos de árbol
Eres una lámpara de carne en la
tormenta
Con los cabellos a todo viento
Tus cabellos donde el sol va a buscar
sus mejores sueños
Mi alegría es mirarte solitaria en el
diván del mundo
Como la mano de una princesa soñolienta
Con tus ojos que evocan un piano de
olores
Una bebida de paroxismos
Una flor que está dejando de perfumar
Tus ojos hipnotizan la soledad
Como la rueda que sigue girando después
de una catástrofe
Mi alegría es mirarte cuando escuchas
Ese rayo de luz que camina hacia el
fondo del agua
Y te quedas suspensa largo rato
Tantas estrellas pasadas por el harnero
del mar
Nada tiene entonces semejante emoción
Ni un mástil pidiendo viento
Ni un aeroplano ciego palpando el
infinito
Ni la paloma demacrada dormida sobre un
lamento
Ni el arco iris con las alas selladas
Más bello que la parábola de un verso
La parábola tendida en puente nocturno
de alma a alma
Nacida en todos los sitios donde pongo
los ojos
Con la cabeza levantada
Y todo el cabello al viento
Eres más hermosa que el relincho de un
potro en la montaña
Que la sirena de un barco que deja
escapar toda su alma
Que un faro en la neblina buscando a
quien salvar
Eres más hermosa que la golondrina
atravesada por el viento
Eres el ruido del mar en verano
Eres el ruido de una calle populosa
llena de admiración
Mi gloria está en tus ojos
Vestida del lujo de tus ojos y de su
brillo interno
Estoy sentado en el rincón más
sensible de tu mirada
Bajo el silencio estético de inmóviles
pestañas
Viene saliendo un augurio del fondo de
tus ojos
Y un viento de océano ondula tus
pupilas
Nada se compara a esa leyenda de
semillas que deja tu presencia
A esa voz que busca un astro muerto que
volver a la vida
Tu voz hace un imperio en el espacio
Y esa mano que se levanta en ti como si
fuera a colgar soles en el aire
Y ese mirar que escribe mundos en el
infinito
Y esa cabeza que se dobla para escuchar
un murmullo en la eternidad
Y ese pie que es la fiesta de los
caminos encadenados
Y esos párpados donde vienen a vararse
las centellas del éter
Y ese beso que hincha la proa de tus
labios
Y esa sonrisa como un estandarte al
frente de tu vida
Y ese secreto que dirige las mareas de
tu pecho
Dormido a la sombra de tus senos
Si tú murieras
Las estrellas a pesar de su lámpara
encendida
Perderían el camino
¿Qué sería del universo?
Canto III
Romper las ligaduras de las venas
Los lazos de la respiración y las
cadenas
De los ojos senderos de horizontes
Flor proyectada en cielos uniformes
El alma pavimentada de recuerdos
Como estrellas talladas por el viento
El mar es un tejado de botellas
Que en la memoria del marino sueña
Cielo es aquella larga cabellera
intacta
Tejida entre manos de aeronauta
Y el avión trae un lenguaje diferente
Para la boca de los cielos de siempre
Cadenas de miradas nos atan a la tierra
Romped romped tantas cadenas
Vuela el primer hombre a iluminar el
día
El espacio se quiebra en una herida
Y devuelve la bala al asesino
Eternamente atado al infinito
Cortad todas las amarras
De río mar o de montaña
De espíritu y recuerdo
De ley agonizante y sueño enfermo
Es el mundo que torna y sigue y gira
Es una última pupila
Mañana el campo
Seguirá los galopes del caballo
La flor se comerá a la abeja
Porque el hangar será colmena
El arco-iris se hará pájaro
Y volará a su nido contando
Los cuervos se harán planetas
Y tendrán plumas de hierba
Hojas serán las plumas entibiadas
Que caerán de sus gargantas
Las miradas serán ríos
Y los ríos heridas en las piernas del
vacío
Conducirá el rebaño a su pastor
Para que duerma el día cansado como
avión
Y el árbol se posará sobre la tórtola
Mientras las nubes se hacen roca
Porque todo es como es en cada ojo
Dinastía astrológica y efímera
Cayendo de universo en universo
Manicura de la lengua es el poeta
No el mago que apaga y enciende
Palabras estelares y cerezas de adioses
vagabundos
Muy lejos de las manos de la tierra
Y todo lo que dice es por él inventado
Cosas que pasan fuera del mundo
cotidiano
Matemos al poeta que nos tiene
saturados
Poesía aún y poesía poesía
Poética poesía poesía
Poesía poética de poético poeta
Poesía
Demasiada poesía
Desde el arco iris hasta el culo
pianista de la vecina
Basta señora poesía bambina
Y todavía tiene barrotes en los ojos
El juego es juego y no plegaria
infatigable
Sonrisa o risa y no lamparillas de
pupila
Que ruedan de la aflicción hasta el
océano
Sonrisa y habladurías de estrella
tejedora
Sonrisas del cerebro que evoca
estrellas muertas
En la mesa mediúmnica de sus
irradiaciones
Basta señora arpa de las bellas
imágenes
De los furtivos comos iluminados
Otra cosa otra cosa buscamos
Sabemos posar un beso como una mirada
Plantar miradas como árboles
Enjaular árboles como pájaros
Regar pájaros como heliotropos
Tocar un heliotropo como una música
Vaciar una música como un saco
Degollar un saco como un pingüino
Cultivar pingüinos como viñedos
Ordeñar un viñedo como una vaca
Desarbolar vacas como veleros
Peinar un velero como un cometa
Desembarcar cometas como turistas
Embrujar turistas como serpientes
Cosechar serpientes como almendras
Desnudar una almendra como un atleta
Leñar atletas como cipreses
Iluminar cipreses como faroles
Anidar faroles como alondras
Exhalar alondras como suspiros
Bordar suspiros como sedas
Derramar sedas coma ríos
Tremolar un río como una bandera
Desplumar una bandera como un gallo
Apagar un gallo como un incendio
Bogar en incendios como en mares
Segar mares como trigales
Repicar trigales como campanas
Desangrar campanas como corderos
Dibujar corderos como sonrisas
Embotellar sonrisas como licores
Engastar licores como alhajas
Electrizar alhajas como crepúsculos
Tripular crepúsculos como navíos
Descalzar un navío como un rey
Colgar reyes como auroras
Crucificar auroras como profetas
Etc. etc. etc.
Basta señor violín hundido en una ola
ola
Cotidiana ola de religión miseria
De sueño en sueño posesión de
pedrerías
Después del corazón comiendo rosas
Y de las noches del rubí perfecto
El nuevo atleta salta sobre la pista
mágica
Jugando con magnéticas palabras
Caldeadas como la tierra cuando va a
salir un volcán
Lanzando sortilegios de sus frases
pájaro
Agoniza el último poeta
Tañen las campanas de los continentes
Muere la luna con su noche a cuestas
El sol se saca del bolsillo el día
Abre los ojos el nuevo paisaje solemne
Y pasa desde la tierra a las
constelaciones
El entierro de la poesía
Todas las lenguas están muertas
Muertas en manos del vecino trágico
Hay que resucitar las lenguas
Con sonoras risas
Con vagones de carcajadas
Con cortacircuitos en las frases
Y cataclismo en la gramática
Levántate y anda
Estira las piernas anquilosis salta
Fuegos de risa para el lenguaje
tiritando de frío
Gimnasia astral para las lenguas
entumecidas
Levántate y anda
Vive vive como un balón de fútbol
Estalla en la boca de diamantes
motocicleta
En ebriedad de sus luciérnagas
Vértigo sí de su liberación
Una bella locura en la vida de la
palabra
Una bella locura en la zona del
lenguaje
Aventura forrada de desdenes tangibles
Aventura de la lengua entre dos
naufragios
Catástrofe preciosa en los rieles del
verso
Y puesto que debemos vivir y no nos
suicidamos
Mientras vivamos juguemos
El simple sport de los vocablos
De la pura palabra y nada más
Sin imagen limpia de joyas
(Las palabras tienen demasiada carga)
Un ritual de vocablos sin sombra
Juego de ángel allá en el infinito
Palabra por palabra
Con luz propia de astro que un choque
vuelve vivo
Saltan chispas del choque y mientras
más violento
Más grande es la explosión
Pasión del juego en el espacio
Sin alas de luna y pretensión
Combate singular entre el pecho y el
cielo
Total desprendimiento al fin de voz de
carne
Eco de luz que sangra aire sobre el
aire
Después nada nada
Rumor aliento de frase sin palabra
Canto IV
No hay tiempo que perder
Enfermera de sombras y distancias
Yo vuelvo a ti huyendo del reino
incalculable
De ángeles prohibidos por el amanecer
Detrás de tu secreto te escondías
En sonrisa de párpados y de aire
Yo levanté la capa de tu risa
Y corté las sombras que tenían
Tus signos de distancia señalados
Tu sueño se dormirá en mis manos
Marcado de las líneas de mi destino
inseparable
En el pecho de un mismo pájaro
Que se consume en el fuego de su canto
De su canto llorando al tiempo
Porque se escurre entre los dedos
Sabes que tu mirada adorna los veleros
De las noches mecidas en la pesca
Sabes que tu mirada forma el nudo de
las estrellas
Y el nudo del canto que saldrá del
pecho
Tu mirada que lleva la palabra al
corazón
Y a la boca embrujada del ruiseñor
No hay tiempo que perder
A la hora del cuerpo en el naufragio
ambiguo
Yo mido paso a paso el infinito
El mar quiere vencer
Y por lo tanto no hay tiempo que perder
Entonces
Ah entonces
Más allá del último horizonte
Se verá lo que hay que ver
Por eso hay que cuidar el ojo precioso
regalo del cerebro
El ojo anclado al medio de los mundos
Donde los buques se vienen a varar
¿Mas si se enferma el ojo qué he de
hacer?
¿Qué haremos si han hecho mal de ojo
al ojo?
Al ojo avizor afiebrado como faro de
lince
La geografía del ojo digo es la más
complicada
El sondaje es difícil a causa de las
olas
Los tumultos que pasan
La apretura continua
Las plazas y avenidas populosas
Las procesiones con sus estandartes
Bajando por el iris hasta perderse
El rajá en su elefante de tapices
La cacería de leones en selvas de
pestañas seculares
Las migraciones de pájaros friolentos
hacia otras retinas
Yo amo mis ojos y tus ojos y los ojos
Los ojos con su propia combustión
Los ojos que bailan al son de una
música interna
Y se abren como puertas sobre el crimen
Y salen de su órbita y se van como
cometas sangrientos al azar
Los ojos que se clavan y dejan heridas
lentas a cicatrizar
Entonces no se pegan los ojos como
cartas
Y son cascadas de amor inagotables
Y se cambian día y noche
Ojo por ojo
Ojo por ojo como hostia por hostia
Ojo árbol
Ojo pájaro
Ojo río
Ojo montaña
Ojo mar
Ojo tierra
Ojo luna
Ojo cielo
Ojo silencio
Ojo soledad por ojo ausencia
Ojo dolor por ojo risa
No hay tiempo que perder
Y si viene el instante prosaico
Siga el barco que es acaso el mejor
Ahora que me siento y me pongo a
escribir
Qué hace la golondrina que vi esta
mañana
¿Firmando cartas en el vacío?
Cuando muevo el pie izquierdo
¿Qué hace con su pie el gran mandarín
chino?
Cuando enciendo un cigarro
¿Qué hacen los otros cigarros que
vienen en el barco?
¿En dónde está la planta del fuego
futuro?
Y si yo levanto los ojos ahora mismo
¿Qué hace con sus ojos el explorador
de pie en el polo?
Yo estoy aquí
¿En dónde están los otros?
Eco de gesto en gesto
Cadena electrizada o sin
correspondencias
Interrumpido el ritmo solitario
¿Quiénes se están muriendo y quiénes
nacen
Mientras mi pluma corre en el papel?
No hay tiempo que perder
Levántate alegría
Y pasa de poro en poro la aguja de tus
sedas
Darse prisa darse prisa
Vaya por los globos y los cocodrilos
mojados
Préstame mujer tus ojos de verano
Yo lamo las nubes salpicadas cuando el
otoño sigue la carreta del asno
Un periscopio en ascensión debate el
pudor del invierno
Bajo la perspectiva del volantín
azulado por el infinito
Color joven de pájaros al ciento por
ciento
Tal vez era un amor mirado de palomas
desgraciadas
O el guante importuno del atentado que
va a nacer de una mujer o una amapola
El floreo de mirlos que se besan
volando
Bravo pantorrilla de noche de la más
novia que se esconde en su piel de flor
Rosa al revés rosa otra vez y rosa y
rosa
Aunque no quiera el carcelero
Río revuelto para la pesca milagrosa
Noche préstame tu mujer con
pantorrillas de florero de amapolas jóvenes
Mojadas de color como el asno pequeño
desgraciado
La novia sin flores ni globos de
pájaros
El invierno endurece las palomas
presentes
Mira la carreta y el atentado de
cocodrilos azulados
Que son periscopios en las nubes del
pudor
Novia en ascensión al ciento por
ciento celeste
Lame la perspectiva que ha de nacer
salpicada de volantines
Y de los guantes agradables del otoño
que se debate en la piel del amor.
No hay tiempo que perder
La indecisión en barca para los viajes
Es un presente de las crueldades de la
noche
Porque el hombre malo o la mujer severa
No pueden nada contra la mortalidad de
la casa
Ni la falta de orden
Que sea oro o enfermedad
Noble sorpresa o espión doméstico
para victoria extranjera
La disputa intestina produce la justa
desconfianza
De los párpados lavados en la prisión
Las penas tendientes a su fin son
travesaños antes del matrimonio
Murmuraciones de cascada sin protección
Las disensiones militares y todos los
obstáculos
A causa de la declaración de esa mujer
rubia
Que critica la pérdida de la
expedición
O la utilidad extrema de la justicia
Como una separación de amor sin
porvenir
La prudencia llora los falsos extravíos
de la locura naciente
Que ignora completamente las
satisfacciones de la moderación
No hay tiempo que perder
Para hablar de la clausura de la tierra
y la llegada del día agricultor a la nada amante
de lotería sin proceso ni
niño para enfermedad pues el dolor imprevisto que
sale de los cruzamientos de
la espera en este campo de la sinceridad nueva es
un poco negro como el
eclesiástico de las empresas para la miseria o el traidor
en retardo sobre el agua que
busca apoyo en la unión o la disensión sin reposo
de la ignorancia pero la
carta viene sobre la ruta y la mujer colocada en el
incidente del duelo conoce
el buen éxito de la preñez y la inacción del deseo
pasado da la ventaja al
pueblo que tiene inclinación por el sacerdote pues él
realza de la caída y se
hace más íntimo que el extravío de la doncella rubia o
la amistad de la locura
No hay tiempo que perder
Todo esto es triste como el niño que
está quedándose huérfano
O como la letra que cae al medio del
ojo
O como la muerte del perro de un ciego
O como el río que se estira en su
lecho de agonizante
Todo esto es hermoso como mirar el amor
de los gorriones
Tres horas después del atentado
celeste
O como oír dos pájaros anónimos que
cantan a la misma azucena
O como la cabeza de la serpiente donde
sueña el opio
O como el rubí nacido de los deseos de
una mujer
Y como el mar que no se sabe si ríe o
llora
Y como los colores que caen del cerebro
de las mariposas
Y como la mina de oro de las abejas
Las abejas satélites del nardo como
las gaviotas del barco
Las abejas que llevan la semilla en su
interior
Y van más perfumadas que pañuelos de
narices
Aunque no son pájaros
Pues no dejan sus iniciales en el cielo
En la lejanía del cielo besada por los
ojos
Y al terminar su viaje vomitan el alma
de los pétalos
Como las gaviotas vomitan el horizonte
Y las golondrinas el verano
No hay tiempo que perder
Ya viene la golondrina monotémpora
Trae un acento antípoda de lejanías
que se acercan
Viene gondoleando la golondrina
Al horitaña de la montazonte
La violondrina y el goloncelo
Descolgada esta mañana de la lunala
Se acerca a todo galope
Ya viene viene la golondrina
Ya viene viene la golonfina
Ya viene la golontrina
Ya viene la goloncima
Viene la golonchina
Viene la golonclima
Ya viene la golonrima
Ya viene la golonrisa
La goloniña
La golongira
La golonlira
La golonbrisa
La golonchilla
Ya viene la golondía
Y la noche encoge sus uñas como el
leopardo
Ya viene la golontrina
Que tiene un nido en cada uno de los
dos calores
Como yo lo tengo en los cuatro
horizontes
Viene la golonrisa
Y las olas se levantan en la punta de
los pies
Viene la goloniña
Y siente un vahido la cabeza de la
montaña
Viene la golongira
Y el viento se hace parábola de
sílfides en orgía
Se llenan de notas los hilos
telefónicos
Se duerme el ocaso con la cabeza
escondida
Y el árbol con el pulso afiebrado
Pero el cielo prefiere el rodoñol
Su niño querido el rorreñol
Su flor de alegría el romiñol
Su piel de lágrima el rofañol
Su garganta nocturna el rosolñol
El rolañol
El rosiñol
No hay tiempo que perder
El buque tiene los días contados
Por los hoyos peligrosos que abren las
estrellas en el mar
Puede caerse al fuego central
El fuego central con sus banderas que
estallan de cuando en cuando
Los elfos exacerbados soplan las
semillas y me interrogan
Pero yo sólo oigo las notas del alelí
Cuando alguien aprieta los pedales del
viento
Y se presenta el huracán
El río corre como un perro azotado
Corre que corre a esconderse en el mar
Y pasa el rebaño que devasta mis
nervios
Entonces yo sólo digo
Que no compro estrellas en la nochería
Y tampoco olas nuevas en la marería
Prefiero escuchar las notas del alelí
Junto a la cascada que cuenta sus
monedas
O el bronceo del aeroplano en la punta
del cielo
O mirar el ojo del tigre donde sueña
una mujer desnuda
Porque si no la palabra que viene de
tan lejos
Se quiebra entre los labios
Yo no tengo orgullos de campanario
Ni tengo ningún odio petrificado
Ni grito como un sombrero afectuoso que
viene saliendo del desierto
Digo solamente
No hay tiempo que perder
El visir con lenguaje de pájaro
Nos habla largo largo como un sendero
Las caravanas se alejan sobre su voz
Y los barcos hacia horizontes
imprecisos
Él devuelve el oriente sobre las almas
Que toman un oriente de perla
Y se llenan de fósforos a cada paso
De su boca brota una selva
De su selva brota un astro
Del astro cae una montaña sobre la
noche
De la noche cae otra noche
Sobre la noche del vacío
La noche lejos tan lejos que parece una
muerta que se llevan
Adiós hay que decir adiós
Adiós hay que decir a Dios
Entonces el huracán destruido por la
luz de la lengua
Se deshace en arpegios circulares
Y aparece la luna seguida de algunas
gaviotas
Y sobre el camino
Un caballo que se va agrandando a
medida que se aleja
Darse prisa darse prisa
Están prontas las semillas
Esperando una orden para florecer
Paciencia ya luego crecerán
Y se irán por los senderos de la savia
Por su escalera personal
Un momento de descanso
Antes del viaje al cielo del árbol
El árbol tiene miedo de alejarse
demasiado
Tiene miedo y vuelve los ojos
angustiados
La noche lo hace temblar
La noche y su licantropía
La noche que afila sus garras en el
viento
Y aguza los oídos de la selva
Tiene miedo digo el árbol tiene miedo
De alejarse de la tierra
No hay tiempo que perder
Los iceberg que flotan de los ojos de
los muertos
Conocen su camino
Ciego sería el que llorara
Las tinieblas del féretro sin límites
Las esperanzas abolidas
Los tormentos cambiados en inscripción
de cementerio
Aquí yace Carlota ojos marítimos
Se le rompió un satélite
Aquí yace Matías en su corazón dos
escualos se batían
Aquí yace Marcelo mar y cielo en el
mismo violonchelo
Aquí yace Susana cansada de pelear
contra el olvido
Aquí yace Teresa ésa es la tierra que
araron sus ojos hoy ocupada por su cuerpo
Aquí yace Angélica anclada en el
puerto de sus brazos
Aquí yace Rosario río de rosas hasta
el infinito
Aquí yace Raimundo raíces del mundo
son sus venas
Aquí yace Clarisa clara risa
enclaustrada en la luz
Aquí yace Alejandro antro alejado ala
adentro
Aquí yace Gabriela rotos los diques
sube en las savias hasta el sueño
esperando la resurrección
Aquí yace Altazor azor fulminado por
la altura
Aquí yace Vicente antipoeta y mago
Ciego sería el que llorara
Ciego como el cometa que va con su
bastón
Y su neblina de ánimas que lo siguen
Obediente al instinto de sus sentidos
Sin hacer caso de los meteoros que
apedrean desde lejos
Y viven en colonias según la temporada
El meteoro insolente cruza por el cielo
El meteplata el metecobre El
metepiedras en el infinito
Meteópalos en la mirada
Cuidado aviador con las estrellas
Cuidado con la aurora
Que el aeronauta no sea el auricida
Nunca un cielo tuvo tantos caminos como
éste
Ni fue tan peligroso
La estrella errante me trae el saludo
de un amigo muerto hace diez años
Darse prisa darse prisa
Los planetas maduran en el planetal
Mis ojos han visto la raíz de los
pájaros
El más allá de los nenúfares
Y el ante acá de las mariposas
¿Oyes el ruido que hacen las
mandolinas al morir?
Estoy perdido
No hay más que capitular
Ante la guerra sin cuartel
Y la emboscada nocturna de estos astros
La eternidad quiere vencer
Y por lo tanto no hay tiempo que perder
Entonces
Ah entonces
Más allá del último horizonte
Se verá lo que hay que ver
La ciudad
Debajo de las luces y las ropas
colgadas
El jugador aéreo
Desnudo
Frágil
La noche al fondo del océano
Tierna ahogada
La muerte ciega
Y su
esplendor
Y el sonido y el sonido
Espacio la lumbrera
A
estribor
Adormecido
En cruz
en luz
La tierra y su cielo
El cielo y su tierra
Selva noche
Y río día por el universo
El pájaro tralalí canta en las ramas
de mi cerebro
Porque encontró la clave del
eterfinifrete
Rotundo como el unipacio y el espaverso
Uiu uiui
Tralalí tralalá
Aia ai ai aaia i i
Canto V
Aquí comienza el campo inexplorado
Redondo a causa de los ojos que lo
miran
Y profundo a causa de mi propio corazón
Lleno de zafiros probables
De manos de sonámbulos
De entierros aéreos
Conmovedores como el sueño de los
enanos
O el ramo cortado en el infinito
Que trae la gaviota para sus hijos
Hay un espacio despoblado
Que es preciso poblar
De miradas con semillas abiertas
De voces bajadas de la eternidad
De juegos nocturnos y aerolitos de
violín
De ruido de rebaños sin permiso
Escapados del cometa que iba a chocar
¿Conoces tú la fuente milagrosa
Que devuelve a la vida los náufragos
de antaño?
¿Conoces tú la flor que se llama voz
de monja
Que crece hacia abajo y se abre al
fondo de la tierra?
¿Has visto al niño que cantaba
Sentado en una lágrima
El niño que cantaba al lado de un
suspiro
O de un ladrido de perro inconsolable?
¿Has visto al arco-iris sin colores
Terriblemente envejecido
Que vuelve del tiempo de los faraones?
El miedo cambia la forma de las flores
Que esperan temblando el juicio final
Una a una las estrellas se arrojan por
el balcón
El mar se está durmiendo detrás de un
árbol
Con su calma habitual
Porque sabe desde los tiempos bíblicos
Que el regreso es desconocido en la
estrella polar
Ningún navegante ha encontrado la rosa
de los mares
La rosa que trae el recuerdo de sus
abuelos
Del fondo de sí misma
Cansada de soñar
Cansada de vivir en cada pétalo
Viento que estás pensando en la rosa
del mar
Yo te espero de pie al final de esta
línea
Yo sé dónde se esconde la flor que
nace del sexo de las sirenas
En el momento del placer
Cuando debajo del mar empieza a
atardecer
Y se oye crujir las olas
Bajo los pies del horizonte
Yo sé yo sé dónde se esconde
El viento tiene la voz de abeja de la
joven pálida
La joven pálida como su propia estatua
Que yo amé en un rincón de mi vida
Cuando quería saltar de una esperanza
al cielo
Y caí de naufragio en naufragio de
horizonte en horizonte
Entonces vi la rosa que se esconde
Y que nadie ha encontrado cara a cara
¿Has visto este pájaro de islas
lejanas
Arrojado por la marea a los pies de mi
cama?
¿Has visto el anillo hipnótico que va
de ojo a ojo
Del amor al amor del odio al odio
Del hombre a la mujer del planeta a la
planeta
¿Has visto en el cielo desierto
La paloma amenazada por los años
Con los ojos llenos de recuerdos
Con el pecho lleno de silencio
Más triste que el mar después de un
naufragio?
Detrás del águila postrera cantaba el
cantador
Tenía un anillo en el corazón
Y se sentó en la tierra de su esfuerzo
Frente al volcán desafiado por una
flor
El atleta quisiera ser un faro
Para tener barcos que lo miren
Para hacerlos dormir para dormirse
Y arrullar al cielo como un árbol
El atleta
Tiene un anillo en la garganta
Y así se pasa el tiempo
Quieto quieto
Porque le están creciendo anémonas en
el cerebro
Contempla al huérfano que se paró en
su edad
Por culpa de los ríos que llevan poca
agua
Por culpa de las montañas que no bajan
Crece crece dice el violonchelo
Como yo estoy creciendo
Como está creciendo la idea del
suicidio en la bella jardinera
Crece pequeño zafiro más tierno que
la angustia
En los ojos del pájaro quemado
Creceré creceré cuando crezca la
ciudad
Cuando los peces se hayan bebido todo
el mar
Los días pasados son caparazones de
tortuga
Ahora tengo barcos en la memoria
Y los barcos se acercan día a día
Oigo un ladrido de perro que da la
vuelta al mundo
En tres semanas
Y se mueren llegando
El corazón ha roto las amarras
A causa de los vientos
Y el niño está quedándose huérfano
Si el paisaje se hiciera paloma
Antes de la noche se lo comería el mar
Pero el mar está preparando un
naufragio
Y tiene sus pensamientos por otros
lados
Navío navío
Tienes la vida corta de un abanico
Aquí nos reímos de todo eso
Aquí en el lejos lejos
La montaña embrujada por un ruiseñor
Sigue la miel del oso envenenado
Pobre oso de piel de oso envenenado por
la noche boreal
Huye que huye de la muerte
De la muerte sentada al borde del mar
La montaña y el montaño
Con su luno y con su luna
La flor florecida y el flor floreciendo
Una flor que llaman girasol
Y un sol que se llama giraflor
El pájaro puede olvidar que es pájaro
A causa del cometa que no viene
Por miedo al invierno o a un atentado
El cometa que debía nacer de un
telescopio y una hortensia
Que se creyó mirar y era mirado
Un aviador se mata sobre el concierto
único
Y el ángel que se baña en algún
piano
Se vuelve otra vez envuelto en sones
Buscando el receptor en los picachos
Donde brotan las palabras y los ríos
Los lobos hacen milagros
En las huellas de la noche
Cuando el pájaro incógnito se nubla
Y pastan las ovejas al otro lado de la
luna
Si es un recuerdo de música
Nadie puede impedir que el circo se
agrande en el silencio
Ni las campanas de los astros muertos
Ni la serpiente que se nutre de colores
Ni el pianista que está saliendo de la
tierra
Ni el misionero que olvidó su nombre
Si el camino se sienta a descansar
O se remoja en el otoño de las
constelaciones
Nadie impedirá que un alfiler se clave
en la eternidad
Ni la mujer espolvoreada de mariposas
Ni el huérfano amaestrado por una
tulipa
Ni la cebra que trota alrededor de un
valse
Ni el guardián de la suerte
El cielo tiene miedo de la noche
Cuando el mar hace dormir los barcos
Cuando la muerte se nutre en los
rincones
Y la voz del silencio se llena de
vampiros
Entonces alumbramos un fuego bajo el
oráculo
Para aplacar la suerte
Y alimentamos los milagros de la
soledad
Con nuestra propia carne
Entonces en el cementerio sellado
Y hermoso como un eclipse
La rosa rompe sus lazos y florece al
reverso de la muerte
Noche de viejos terrores de noche
¿En dónde está la gruta polar
nutrida de milagros?
¿En dónde está el miraje delirante
De los ojos de arco iris y de la
nebulosa?
Se abre la tumba y al fondo se ve el
mar
El aliento se corta y el vértigo
suspenso
Hincha las sienes se derrumba en las
venas
Abre los ojos más grandes que el
espacio que cabe en ellos
Y un grito se cicatriza en el vacío
enfermo
Se abre la tumba y al fondo se ve un
rebaño perdido en la montaña
La pastora con su capa de viento al
lado de la noche
Cuenta las pisadas de Dios en el
espacio
Y se canta a sí misma
Se abre la tumba y al fondo se ve un
desfile de témpanos de hielo
Que brillan bajo los reflectores de la
tormenta
Y pasan en silencio a la deriva
Solemne procesión de témpanos
Con hachones de luz dentro del cuerpo
Se abre la tumba y al fondo se ven el
otoño y el invierno
Baja lento lento un cielo de amatista
Se abre la tumba y al fondo se ve una
enorme herida
Que se agranda en lo profundo de la
tierra
Con un ruido de verano y primaveras
Se abre la tumba y al fondo se ve una
selva de hadas que se fecundan
Cada árbol termina en un pájaro
extasiado
Y todo queda adentro de la elipse
cerrada de sus cantos
Por esos lados debe hallarse el nido de
las 1ágrimas
Que ruedan por el cielo y cruzan el
zodiaco
De signo en signo
Se abre la tumba y al fondo se ve la
hirviente nebulosa que se apaga y se alumbra
Un aerolito pasa sin responder a nadie
Danzan luminarias en el cadalso
ilimitado
En donde las cabezas sangrientas de los
astros
Dejan un halo que crece eternamente
Se abre la tumba y salta una ola
La sombra del universo se salpica
Y todo lo que vive en la sombra o en la
orilla
Se abre la tumba y sale un sollozo de
planetas
Hay mástiles tronchados y remolinos de
naufragios
Doblan las campanas de todas las
estrellas
Silba el huracán perseguido a través
del infinito
Sobre los ríos desbordados
Se abre la tumba y salta un ramo de
flores cargadas de cilicios
Crece la hoguera impenetrable y un olor
de pasión invade el orbe
El sol tantea el último rincón donde
se esconde
Y nace la selva mágica
Se abre la tumba y al fondo se ve el
mar
Sube un canto de mil barcos que se van
En tanto un tropel de peces
Se petrifica lentamente
Cuánto tiempo ese dedo de silencio
Dominando el insomnio interminable
Que reina en las esferas
Es hora de dormir en todas partes
El sueño saca al hombre de la tierra
Festejamos el amanecer con las ventanas
Festejamos el amanecer con los
sombreros
Se vuela el terror del cielo
Los cerros se lanzan pájaros a la cara
Amanecer con esperanza de aeroplanos
Bajo la bóveda que cuela la luz desde
tantos siglos
Amor y paciencia de columna central
Nos frotamos las manos y reímos
Nos lavamos los ojos y jugamos
El horizonte es un
rinoceronte
El mar un azar
El cielo un pañuelo
La llaga una plaga
Un horizonte jugando a todo mar se
sonaba con el cielo después de las siete plagas de Egipto
El rinoceronte navega sobre el azar
como el cometa en su pañuelo lleno de plagas
Razón de día no es razón de noche
Y cada tiempo tiene insinuación
distinta
Los vegetales salen a comer al borde
Las olas tienden las manos
Para coger un pájaro
Todo es variable en el mirar sencillo
Y en los subterráneos de la vida
Tal vez sea lo mismo
La herida de luna de la pobre loca
La pobre loca de la luna herida
Tenía luz en la celeste boca
Boca celeste que la luz tenía
El mar de flor para esperanza ciega
Ciega esperanza para flor de mar
Cantar para el ruiseñor que al cielo
pega
Pega el cielo al ruiseñor para cantar
Jugamos fuera del tiempo
Y juega con nosotros el molino de
viento
Molino de viento
Molino de aliento
Molino de cuento
Molino de intento
Molino de aumento
Molino de ungüento
Molino de sustento
Molino de tormento
Molino de salvamento
Molino de advenimiento
Molino de tejimiento
Molino de rugimiento
Molino de tañimiento
Molino de afletamiento
Molino de agolpamiento
Molino de alargamiento
Molino de alejamiento
Molino de amasamiento
Molino de engrendramiento
Molino de ensoñamiento
Molino de ensalzamiento
Molino de enterramiento
Molino de maduramiento
Molino de malogramiento
Molino de maldecimiento
Molino de sacudimiento
Molino de revelamiento
Molino de oscurecimiento
Molino de enajenamiento
Molino de enamoramiento
Molino de encabezamiento
Molino de encastillamiento
Molino de aparecimiento
Molino de despojamiento
Molino de atesoramiento
Molino de enloquecimiento
Molino de ensortijamiento
Molino de envenenamiento
Molino de acontecimiento
Molino de descuartizamiento
Molino del portento
Molino del lamento
Molino del momento
Molino del firmamento
Molino del sentimiento
Molino del juramento
Molino del ardimiento
Molino del crecimiento
Molino del nutrimiento
Molino del conocimiento
Molino del descendimiento
Molino del desollamiento
Molino del elevamiento
Molino del endiosamiento
Molino del alumbramiento
Molino del deliramiento
Molino del aburrimiento
Molino del engreimiento
Molino del escalamiento
Molino del descubrimiento
Molino del escurrimiento
Molino del remordimiento
Molino del redoblamiento
Molino del atronamiento
Molino del aturdimiento
Molino del despeñamiento
Molino del quebrantamiento
Molino del envejecimiento
Molino del aceleramiento
Molino del encarnizamiento
Molino del anonadamiento
Molino del arrepentimiento
Molino del encanecimiento
Molino del despedazamiento
Molino del descorazonamiento
Molino en fragmento
Molino en detrimento
Molino en giramiento
Molino en gruñimiento
Molino en sacramento
Molino en pensamiento
Molino en pulsamiento
Molino en pudrimiento
Molino en nacimiento
Molino en apiñamiento
Molino en apagamiento
Molino en decaimiento
Molino en derretimiento
Molino en desvalimento
Molino en marchitamiento
Molino en enfadamiento
Molino en encantamiento
Molino en transformamiento
Molino en asolamiento
Molino en concebimiento
Molino en derribamiento
Molino en imaginamiento
Molino en desamparamiento
Molino con talento
Molino con acento
Molino con sufrimiento
Molino con temperamento
Molino con fascinamiento
Molino con hormigamiento
Molino con retorcimiento
Molino con resentimiento
Molino con refregamiento
Molino con recogimiento
Molino con razonamiento
Molino con quebrantamiento
Molino con prolongamiento
Molino con presentimiento
Molino con padecimiento
Molino con amordazamiento
Molino con enronquecimiento
Molino con alucinamiento
Molino con atolondramiento
Molino con desafallecimiento
Molino para aposento
Molino para convento
Molino para ungimiento
Molino para alojamiento
Molino para cargamento
Molino para subimiento
Molino para flotamiento
Molino para enfriamiento
Molino para embrujamiento
Molino para acogimiento
Molino para apostamiento
Molino para arrobamiento
Molino para escapamiento
Molino para escondimiento
Molino para estrellamiento
Molino para exaltamiento
Molino para guarecimiento
Molino para levantamiento
Molino para machucamiento
Molino para renovamiento
Molino para desplazamiento
Molino para anticipamiento
Molino para amonedamiento
Molino para profetizamiento
Molino para descoyuntamiento
Molino como ornamento
Molino como elemento
Molino como armamento
Molino como instrumento
Molino como monumento
Molino como palpamiento
Molino como descubrimiento
Molino como anunciamiento
Molino como medicamento
Molino como desvelamiento
Molino a sotavento
Molino a barlovento
Molino a ligamento
Molino a lanzamiento
Molino a mordimiento
Molino a movimiento
Molino que invento
Molino que ahuyento
Molino que oriento
Molino que caliento
Molino que presiento
Molino que apaciento
Molino que transparento
Molino lento
Molino cruento
Molino atento
Molino hambriento
Molino sediento
Molino sangriento
Molino jumento
Molino violento
Molino contento
Molino opulento
Molino friolento
Molino avariento
Molino corpulento
Molino achaquiento
Molino granujiento
Molino ceniciento
Molino polvoriento
Molino cazcarriento
Molino gargajiento
Molino sudoriento
Molino macilento
Molino soñoliento
Molino turbulento
Molino truculento
Así eres molino de viento
Molino de asiento
Molino de asiento del viento
Que teje las noches y las mañanas
Que hila las nieblas de ultratumba
Molino de aspavientos y del viento en
aspas
El paisaje se llena de tus locuras
Y el trigo viene y va
De la tierra al cielo
Del cielo al mar
Los trigos de las olas amarillas
Donde el viento se revuelca
Buscando la cosquilla de las espigas
Escucha
Pasa el palpador en eléctricas
corrientes
El viento norte despeina tus cabellos
Hurra molino moledor
Molino volador
Molino charlador
Molino cantador
Cuando el cielo trae de la mano una
tempestad
Hurra molino girando en la memoria
Molino que hipnotiza las palomas
viajeras
Habla habla molino de cuento
Cuando el viento narra tu leyenda
etérea
Sangra sangra molino del descendimiento
Con tu gran recuerdo pegado a los
ocasos del mundo
Y los brazos de tu cruz fatigados por
el huracán
Así reímos y cantamos en esta hora
Porque el molino ha creado el imperio
de su escogida
Y es necesario que lo sepa
Es necesario que alguien se lo diga
Sol tú que naciste en mi ojo derecho
Y moriste en mi ojo izquierdo
No creas en los vaticinios del zodiaco
Ni en los ladridos de las tumbas
Las tumbas tienen maleficios de luna
Y no saben de lo que hablan
Yo te lo digo porque mi sombrero está
cansado de recorrer el mundo
Y tengo una experiencia de mariposa
milenaria
Profetiza profetiza
Molino de las constelaciones
Mientras bailamos sobre el azar de la
risa
Ahora que la grúa que nos trae el día
Volcó la noche fuera de la tierra
Empiece ya
La farandolina en la lejantaña de la
montania
El horimento bajo el firmazonte
Se embarca en la luna
Para dar la vuelta al mundo
Empiece ya
La faranmandó mandó liná
Con su musiquí con su musicá
La carabantantina
La carabantantú
La farandosilina
La Farandú
La Carabantantá
La Carabantantí
La farandosilá
La faransí
Ríe ríe antes que venga la fatiga
En su carro nebulosos de días
Y los años y los siglos
Se amontonen en el vacío
Y todo sea oscuro en el ojo del cielo
La cascada que cabellera sobre la noche
Mientras la noche se cama a descansar
Con su luna que almohada al cielo
Yo ojo el paisaje cansado
Que se ruta hacia el horizonte
A la sombra de un árbol naufragando
Y he aquí que ahora me diluyo en
múltiples cosas
Soy luciérnaga y voy iluminando las
ramas de la selva
Sin embargo cuando vuelo guardo mi modo
de andar
Y no sólo soy luciérnaga
Sino también el aire en que vuela
La luna me atraviesa de parte a parte
Dos pájaros se pierden en mi pecho
Sin poderlo remediar
Y luego soy árbol
Y en cuanto a árbol conservo mis modos
de luciérnaga
Y mis modos de cielo
Y mi andar de hombre mi triste andar
Ahora soy rosal y hablo con lenguaje de
rosal
Y digo
Sal rosa rorosalía
Sal rosa al día
Salía al sol rosa sario
Fueguisa mía sonrodería rososoro oro
Ando pequeño volcán del día
Y tengo miedo del volcán
Mas el volcán responde
Prófugo rueda al fondo donde ronco
Soy rosa de trueno y sueno mis
carrasperas
Estoy preso y arrastro mis propios
grillos
Los astros que trago crujen en mis
entrañas
Proa a la borrasca en procesión
procreadora
Proclamo mis proezas bramadoras
Y mis bronquios respiran en la tierra
profunda
Bajo los mares y las montañas
Y luego soy pájaro
Y me disputo el día en gorjeos
El día que me cruza la garganta
Ahora solamente digo
Callaos que voy a cantar
Soy el único cantor de este siglo
Mío mío es todo el infinito
Mis mentiras huelen a cielo
Y nada más
Y ahora soy mar
Pero guardo algo de mis modos de volcán
De mis modos de árbol de mis modos de
luciérnaga
De mis modos de pájaro de hombre y de
rosal
Y hablo como mar y digo
De la firmeza hasta el horicielo
Soy todo montalas en la azulaya
Bailo en las volaguas como espurinas
Una corriela tras de la otra
Una corriela tras de la otra
Ondola en olañas mi rugazuelo
Las verdondilas bajo la luna del
selviflujo
Van en montonda hasta el infidondo
Y cuando bramuran los hurafones
Y la ondaja lanza a las playas sus
laziolas
Hay un naufundo que grita pidiendo
auxilio
Yo no me hago el sordo
Mira las butraceas lentas sobre mis
tornadelas
La subaterna con sus brajidos
Las escalolas de la montasca
Las escalolas de la desonda
Que no descansan hasta que roen el
borde de los altielos
Hasta que llegan al abifunda
En tanto el pirata canta
Y yo lo escucho vestido de verdiul
La lona en el mar riela
En la luna gime el viento
Y alza en blanco
crugimiento
Alas de olas en mi azul
El mar se abrirá para dejar salir los
primeros náufragos
Que cumplieron su castigo
Después de tantos siglos y más siglos
Andarán por la tierra con miradas de
vidrio
Escalarán los montes de sus frases
proféticas
Y se convertirán en constelaciones
Entonces aparecerá un volcán en medio
de las olas
Y dirá yo soy el rey
Traedme el harmonio de las nebulosas
Y sabed que las islas son la corona de
mi cabeza
Y las olas mi único tesoro
Yo soy el rey
El rey canta a la reina
El cielo canta a la ciela
El luz canta a la luz
La luz que busca el ojo hasta que lo
encuentra
Canta el cielo en su lengua astronómica
Y la luz en su idioma magnético
Mientras el mar lame los pies de la
reina
Que se peina eternamente
Yo soy el rey
Y os digo que el planeta que atravesó
la noche
No se reconoce al salir por el otro
lado
Y mucho menos al entrar en el día
Pues ni siquiera recuerda cómo se
llamaba
Ni quiénes era sus padres
Dime ¿eres hijo de Martín Pescador
O eres nieto de un cigüeña tartamuda
O de aquella jirafa que vi en medio del
desierto
Pastando ensimismadas las yerbas de la
luna
O eres hijo del ahorcado que tenía
ojos de pirámide?
Algún día lo sabremos
Y morirás sin tu secreto
Y de tu tumba saldrá un arco-iris como
un tranvía
Del arco-iris saldrá una pareja
haciendo el amor
Del amor saldrá una selva errante
De la selva saldrá una flecha
De la flecha saldrá una liebre huyendo
por los campos
De la liebre saldrá una cinta que irá
señalando su camino
De la cinta saldrá un río y una
catarata que salvará a la liebre de
sus perseguidores
Hasta que la liebre empiece a trepar
por una mirada
Y se esconda al fondo del ojo
Yo soy el rey
Los ahogados florecen cuando yo lo
mando
Atad el arco-iris al pirata
Atad el viento a los cabellos de la
bruja
Yo soy el rey
Y trazaré tu horóscopo como un plan
de batalla
Oyendo esto el arco-iris se alejaba
¿A dónde vas arco-iris
No sabes que hay asesinos en todos los
caminos?
El iris encadenado en la columna
montante
Columna de mercurio en fiesta para
nosotros
Tres mil doscientos metros de
infra-rojo
Un extremo se apoya en mi pie y el otro
en la llaga de Cristo
Los domingos del arco-iris para el
arcángel
¿En dónde está el arquero de los
meteoros?
El arquero arcaico
Bajo la arcada eterna el arquero del
arcano con su violín violeta con su violín
violáceo con
su violín violado
Arco-iris arco de las cejas en mi cielo
arqueológico
Bajo el área del arco se esconde el
arca de tesoros preciosos
Y la flor montada como un reloj
Con el engranaje perfecto de sus
pétalos
Ahora que un caballo empieza a subir
galopando por el arco-iris
Ahora la mirada descarga los ojos
demasiado llenos
En el instante en que huyen los ocasos
a través de las llanuras
El cielo está esperando un aeroplano
Y yo oigo la risa de los muertos debajo
de la tierra
Canto VI
Alhaja apoteosis y molusco
Anudado
Noche
Nudo
El corazón
Esa entonces dirección
Nudo temblando
Flexible corazón la apoteosis
Un dos tres
Cuatro
Lágrima
Mi lámpara
Y molusco
El pecho al melodioso
Anudado la joya
Conque temblando angustia
Normal tedio
Sería
pasión
Muerte el
violonchelo
Una bujía el ojo
Otro
otra
Cristal si cristal era
Cristaleza
Magnetismo
Sabéis la
seda
Viento flor
Lento nube
lento
Seda cristal lento seda
El magnetismo
Seda
aliento cristal seda
Así viajando en postura de ondulación
Cristal nube
Molusco sí por violonchelo y joya
Muerte de joya y violonchelo
Así sed por hambre o hambre y sed
Y nube y joya
Lento
Nube
Ala ola ole ala Aladino
El ladino Aladino Ah ladino dino la
Cristal nube
Adónde
en dónde
Lento lenta
ala ola
Ola ola el ladino si ladino
Pide ojos
tengo nácar
En la seda cristal nube
Cristal ojos
y perfumes
Bella tienda
Cristal nube
Muerte joya o
en ceniza
Porque eterno porque eterna
lento lenta
Al azar del cristal ojos
Gracia tanta
y entre mares
Miramares
Nombres daba
por los
ojos hojas mago
Alto alto
Y el darín de la Babel
Pida nácar
tenga muerte
Una dos y cuatro muerte
Para el ojo y entre mares
Para el barco en los perfumes
Por la joya al infinito
Vestir cielo sin desmayo
Se deshoja tan prodigio
El cristal ojo
Y la visita
Flor y rama
Al gloria trino
Apoteosis
Va viajando Nudo Noche
Me daría
cristaleras
tanto azar
y noche y noche
Que tenía la borrasca
Noche y noche
Apoteosis
Que tenía cristal ojo cristal seda
cristal nube
La escultura seda o noche
Lluvia
Lana flor por ojo
Flor por nube
Flor por noche
Señor horizonte viene viene
Puerta
Iluminando negro
Puerta hacia idas estatuarias
Estatuas de aquella ternura
A dónde va
De dónde viene
el paisaje
viento seda
El paisaje
señor verde
Quién diría
Que se iba
Quién diría cristal noche
Tanta tarde
Tanto cielo que levanta
Señor cielo
cristal cielo
Y las llamas
y en mi reino
Ancla noche apoteosis
Anudado
la tormenta
Ancla cielo
sus raíces
El destino tanto azar
Se desliza deslizaba
Apagándose pradera
Por quien sueña
Lunancero cristal luna
En que sueña
En que reino
de sus
hierros
Ancla mía golondrina
Sus resortes en el mar
Ángel mío
tan obscuro
tan color
Tan estatua y tan aliento
Tierra y mano
La marina tan armada
Armaduras los cabellos
Ojos templo
y el mendigo
Estallado corazón
Montanario
Campañoso
Suenan perlas
Llaman perlas
El honor de los adioses
Cristal nube
El rumor y la lazada
Nadadora
Cristal noche
La medusa irreparable
Dirá espectro
Cristal seda
Olvidando la serpiente
Olvidando sus dos piernas
Sus dos ojos
Sus dos manos
Sus orejas
Aeronauta
en mi terror
Viento aparte
Mandodrina y golonlina
Mandolera y ventolina
Enterradas
Las campanas
Enterrados los olvidos
En su oreja
viento norte
Cristal mío
Baño eterno
el nudo
noche
El gloria trino
sin
desmayo
Al tan prodigio
Con su estatua
Noche y rama
Cristal
sueño
Cristal
viaje
Flor y noche
Con su estatua
Cristal
muerte
Canto VII
Ai aia aia
ia ia ia aia ui
Tralalí
Lali lali
Aruaru
urulario
Rimbibolam lam lam
Uiaya zollonario
lalilá
Monlutrella monluztrella
lalolú
Montresol y mandotrina
Ai ai
Montesur en lasurido
Montesol
Lusponsedo solinario
Aururaro ulisamento lalilá
Ylarca murllonía
Hormajauma marijauda
Mitradente
Mitrapausa
Mitralonga
Matrisola
matriola
Olamina olasica lalilá
Isonauta
Olandera uruaro
Ia ia campanuso compasedo
Tralalá
Ai ai mareciente y eternauta
Redontella tallerendo lucenario
Ia ia
Laribamba
Larimbambamplanerella
Laribambamositerella
Leiramombaririlanla
lirilam
Ai i a
Temporía
Ai ai aia
Ululayu
lulayu
layu yu
Ululayu
ulayu
layu yu
Lunatando
Sensorida e infimento
Ululayo ululamento
Plegasuena
Cantasorio ululaciente
Oraneva yu yu yo
Tempovío
Infilero e infinauta zurrosía
Jaurinario ururayú
Montañendo oraranía
Arorasía ululacente
Semperiva
ivarisa tarirá
Campanudio lalalí
Auriciento
auronida
Lalalí
lo ia
i i i o
Ai a a i ai a i i i io ia
de “Altazor”,
1931.
Noche
Sobre la nieve se oye resbalar la noche
La canción caía de los árboles
Y tras la niebla daban voces
De una mirada encendí mi cigarro
Cada vez que abro los labios
Inundo de nubes el vacío
En el puerto
Los mástiles están llenos de nidos
Y el viento
gime entre las
alas de los pájaros
LAS OLAS MECEN EL NAVÍO
MUERTO
Yo en la orilla silbando
Miro la estrella que humea
entre mis dedos
Alerta
Media noche
En el jardín
Cada sombra es un arroyo
Aquel ruido que se acerca no es un
coche
Sobre el cielo de París
Otto Von Zeppelín
Las sirenas cantan
Entre las olas negras
Y este clarín que llama ahora
No es el clarín de la Victoria
Cien aeroplanos
Vuelan en
torno de la luna
APAGA TU PIPA
Los obuses estallan como rosas maduras
Y las bombas agujerean los días
Canciones cortadas
Tiemblan entre las ramas
El viento cortisona las calles
CÓMO APAGAR LA ESTRELLA DEL ESTANQUE
Astro
El libro
Y la puerta
Que el viento
cierra.
Mi cabeza inclinada
Sobre la sombra del humo
Y esta página blanca que se aleja.
Escucha el ruido de las tardes vivas
Reloj del horizonte.
Bajo la niebla envejecida
Se diría un astro de resorte.
Mi alcoba tiembla
como un barco.
Pero eres tú
Tú sola
El astro de mi plafón
Yo miro tu recuerdo náufrago
Y aquel pájaro
ingenuo
Bebiendo el
agua del espejo
Ruta
Última lluvia
Los ángeles heridos
Dejarán hoy el hospital
He olvidado la canción comenzada
Aquel pájaro que voló de mi pecho
Ha perdido el camino
Bajo los puentes
el río muere de
trecho en trecho
DÓNDE ESTÁS
Sigue tu marcha tras de mis canciones
La ruta ciega
como los lagos
secos
Todas las estrellas han caído
Y las que cuelgan en las ramas
Caerán también
En el boscaje oblicuo
se
quedó mi canción
Última lluvia
La luna y el pañuelo
Se secaban al sol
Adiós
Paris
Una estrella desnuda
Se alumbra sobre el llano
Esa estrella la
llevara en mi mano
En Notre Dame
los ángeles se
quejan
Al batir las alas nacen albas
Mas mis ojos se alejan
Todas las mañanas
Baja el sol a tu hostia que se eleva
Y en Montmartre los molinos
la atmósfera renuevan
París
En medio de las albas que se quiebran
Yo he florecido tu Obelisco
Y allí canté sobre una estrella nueva
ADIÓS
Llevo sobre el pecho
Un collar de tus calles luminosas
Todas tu calles
me llamaban al
irme
Y en todas las banderas
Palpitaban adioses
Tus banderas de los nobles ardores
Al pasar
arrojo al Sena
un ramo de flores
Y entre los balandros que se alejan
Tus balandros que pacen en las tardes
Dejar quisiera el más bello poema
El Sena
bajo sus puentes se desliza
Y en mi garganta un pájaro agoniza
Cruz
Algo se ha quedado
Sobre las más tibias lejanías
En todas las rutas
había sangre de
mis plumas
Al querer recogerlas
he visto que
eran muchas
No es el Cristo que ha
pasado
Lento como las horas
del Oriente
Mi cruz no cargó mis
espaldas
Ni vuela sobre los
techos
EN LA CAMPIÑA HABÍA PUNTOS ROJOS
Mi cruz sin
alas iba en mi pecho
Y no ha querido
nunca cerrar los ojos
Un pájaro se quema en el ocaso
Cuántas cosas
hemos olvidado
Mirando hacia la vida
He visto mi cigarro
Que humea en las más
tibias lejanías
Marino
Aquel pájaro que vuela por primera vez
Se aleja del nido mirando hacia atrás
Con el dedo en los labios
os he llamado
Yo inventé juegos de agua
En la cima de los árboles
Te hice la más bella de las mujeres
Tan bella que enrojecías en las tardes
La luna se aleja de nosotros
Y arroja una corona sobre el
polo
Hice correr ríos
que nunca han existido
De un grito elevé una montaña
Y en torno bailamos una nueva danza
Corté todas las rosas
De las nubes del este
Y enseñé a cantar un pájaro de nieve
Marchemos sobre los meses desatados
Soy el viejo marino
que cose los horizontes
cortados
Vaso
La puerta
abierta hacia la
noche
Y el pájaro sonámbulo en los bosques
Bebe
Esas auroras
rojas
Los dioses blancos
de tu boca
Ahogándose en el
vaso
Aquel mar es tan profundo
Que temblaban los barcos
Sigamos
Mis ojos entre el humo
Y a la orilla del mundo
Tu mano
tendida a los
naufragios.
Ahora nadie canta
El planeta vacío que dormía en la
copa
Está en mi garganta.
Pequeño ruiseñor
POR QUÉ MURIÓ
He buscado en tu cuerpo la canción
Alguien lleva un tesoro entre las manos
ES UN ASTRO APAGADO
O
UNA ROSA MADURA
Tantas plumas
Tantas
plumas
Y mi pecho desierto
Ayer
henchido de versos
Sombra
La sombra es un pedazo que se aleja
Camino de otras playas
En mi memoria un ruiseñor se queja
Ruiseñor de las
batallas
Que canta sobre todas
las balas
HASTA CUÁNDO
SANGRARÁN LA VIDA
La misma luna herida
No tiene sino una ala
El corazón hizo su nido
En medio del vacío
Sin embargo
Al borde del
mundo florecen las encinas
Y LA PRIMAVERA VIENE SOBRE LAS
GOLONDRINAS
De “Poemas Árticos”,
1918.
La
poesía es un atentado celeste
Yo estoy
ausente pero en el fondo de esta ausencia
Hay la
espera de mí mismo
Y esta
espera es otro modo de presencia
La
espera de mi retorno
Yo estoy
en otros objetos
Ando en
viaje dando un poco de mi vida
A
ciertos árboles y a ciertas piedras
Que han
esperado muchos años
Se
cansaron de esperarme y se sentaron
Yo no
estoy y estoy
Estoy
ausente y estoy presente en estado de espera
Ellos
querrían mi lenguaje para expresarse
Y yo
querría el de ellos para expresarlos
He aquí
el equívoco el atroz equívoco
Angustioso
lamentable
Me voy
adentrando en estas plantas
Voy
dejando mis ropas
Se me
van cayendo las carnes
Y mi
esqueleto se va revistiendo de cortezas
Me estoy
haciendo árbol
Cuántas
veces me he ido convirtiendo en otras cosas...
Es
doloroso y lleno de ternura
Podría
dar un grito pero se espantaría la transubstanciación
Hay que
guardar silencio Esperar en silencio
Estrella hija de estrella
Había signos en el aire
Había presagios en el cielo
Tenía que brotar la gracia de repente
Con sus pasos de gloria
Con todos sus gérmenes sagrados
Con su aliento de vida o muerte
Venía la belleza de quién sabe donde
Venía hacía mis ojos
Con su andar de planeta seguro de su
tiempo...
Es la ley misteriosa que de pronto se
encarna
Y se hace realidad en un instante.
El azar se presenta
Con todas sus fuerzas invencibles
El azar con sus constelaciones
desatadas
Que súbito se anudan
Para cumplir con un destino en las
piedras lentas
El aire vibra de los sonidos de la
vieja flauta
Una dulce amistad ha nacido en el mundo
Acaso un gran peligro se yergue de su
noche
La voz de un hombre dice Estrella
Y tiembla como una estrella
El viento pasa y el azul amado
Deja caer su aroma
Para ungir las cabezas señaladas.
Ahí viene sobre dos pies alados
Envuelta de música de nardos y de
bosques
La gracia y la belleza
Entre los ruidos de las calles
Sobre sus pies alados
Aparece de pronto entre los hombres y
las casas
Y todo cae en el vacío
Los ruidos, las casas y las calles
Como las ropas de una mujer que se
desnuda
Sólo tú quedas en el mundo
Sólo tu cuerpo como una flor inmensa
Que llena de universo.
¡Oh tierra cómo te has hecho bella en
un instante!
Dos miradas se cruzan
Y canta un árbol nuevo
Dos manos se entrelazan
Dos anhelos se encuentran
Dos angustias se hablan en secreto
¿Por qué, razón?
Solo los signos y el azar lo saben
Dos corazones reconocen un impulso
ciego
Y el camino que se abre al infinito.
Un hombre dice estrella
Y hay un temblor en los espacios
Un hombre dice Mar
Y las olas se agrandan satisfechas
Un hombre dice Selva
Y los árboles comprenden su deber
milenario
Un hombre dice Viento
Y todo se agita hasta la muerte
Estrella yo no te pido tu destino
Ni exijo mas aroma a la flor de la
tarde
Yo quiero solo una amistad de anchas
orillas
Un gran río profundo
Que embruje mi país
Y haga cantar las aguas dormiladas
Que siempre creen olvidar su vida
La calle del azar
El punto mismo
Donde se encuentran los designios
Los ojos se adivinan
Se entornan suaves
Saben que juntos van a mirar las cosas
Los labios se presienten
Palpitan como flores que empiezan la
jornada
¿Son besos? ¿Son palabras?
¿Es un cambio de ideas a través de
los años?
Por qué llegas tan tarde a mi jardín
Por qué no apresuraste la marcha en
las tinieblas?
¿Con qué derecho el tiempo
Separa la flor del árbol que era suyo?
¿Por qué pone distancias en los años?
¿No sabes que este trozo de tierra te
aguardaba
Cansado de cantar y de llamarte?
Yo te había elegido
Como la tierra el árbol de su gracia
Como el naufragio al barco más amado
Esto es grande y es triste
Porque no hay modo de cambiar los
signos
Mi exaltación acaso te asustaba
Ella era real como las tempestades
Perdona lo que venga y es que ya ha
nacido
No es culpa mía si el destino habla
Entre el cielo y la tierra
Hay algo grande que comienza
Tierra y cielo sienten temblar las
rocas y las nubes
Cielo y tierra son cómplices del sueño
Y sus pájaros nacientes sin permiso
¿Serás mi estrella
Entre la vida y la muerte sorprendida?
Ven hacia mi más mía que mis huesos
Ven entre mirtos y mármoles profundos
¡Oh cuerpo del ritmo eterno!
¡Oh la amistad de músicas y cielos
infinitos!
¡Oh belleza del mundo!
Permíteme acordarme de mí mismo
Ella
Ella daba dos pasos hacia adelante
Daba dos pasos hacia atrás
El primer paso decía buenos días
señor
El segundo paso decía buenos días
señora
Y los otros decían cómo está la
familia
Hoy es un día hermoso como una paloma
en el cielo
Ella llevaba una camisa ardiente
Ella tenía ojos de adormecedora de
mares
Ella había escondido un sueño en un
armario oscuro
Ella había encontrado un muerto en
medio de su cabeza
Cuando ella llegaba dejaba una parte
más hermosa muy lejos
Cuando ella se iba algo se formaba en
el horizonte para esperarla
Sus miradas estaban heridas y sangraban
sobre la colina
Tenía los senos abiertos y cantaba las
tinieblas de su edad
Era hermosa como un cielo bajo una
paloma
Tenía una boca de acero
Y una bandera mortal dibujada entre los
labios
Reía como el mar que siente carbones
en su vientre
Como el mar cuando la luna se mira
ahogarse
Como el mar que ha mordido todas las
playas
El mar que desborda y cae en el vacío
en los tiempos de abundancia
Cuando las estrellas arrullan sobre
nuestras cabezas
Antes que el viento norte abra sus ojos
Era hermosa en sus horizontes de huesos
Con su camisa ardiente y sus miradas de
árbol fatigado
Como el cielo a caballo sobre las
palomas.
VICENTE HUIDOBRO
(CHILE, 1893-1948)
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