El asesino se acuerda como el fuego de
las hojas
Como el viento de las puertas
El asesino se acuerda del brazo y del
ojo
Del gesto y de la fuerza
Ay aquel día de árbol humillado hasta
la frente
El alma arrancada de la corteza
El gran poder de aniquilar Fue roto
El asesino recuerda lo que fue para él
solo
Pues que el otro está muerto o la otra
está muerta
No hay vino más ebrio que el secreto
No hay mayor maravilla que la de
saberlo no compartido
Y aquel que hace morir su vida tras
Su víspera sin remordimiento con
consciencia plena
Yo te envidio asesino hermano mío de
sangre
Por todo este tiempo mudo reviviendo tu
crimen
Por ese refugio en ti de escarlata y de
gritos
Ahogados
Por ese teatro palpitante en que toda
casa se transforma si tú
En ella te encierras
Yo te envidio asesino por tu tumulto
sordo
Porque nunca más me acontecerá hacer
así el amor
Con aquella a quien a todo lo largo de
mi vida amé a semejanza del asesinato
Porque esa cosa de nosotros los vivos
esa cosa
Que es de nosotros dos ese cielo
demencial
Que no tiene palabras para ser y que es
vano
Desear del revés recorrer como se hace
con un camino
Esa cosa que es nuestra cada vez que
vino
A abatirse sobre nosotros no era sin
duda más que cosa mía
(...)
• • •
Hay habitaciones hermosas como heridas
Hay habitaciones que os parecerían
triviales
Hay habitaciones de súplicas
Habitaciones de luz baja
Habitaciones dispuestas para todo salvo
para la dicha
Hay habitaciones que para mí estarán
siempre de mi sangre
Salpìcadas
En todas la habitaciones llega un día
en que el hombre en ellas se
Desuella vivo
En que cae de rodillas pide piedad
Balbucea y se vuelca como un vaso
Y sufre el espantoso suplicio del
tiempo
Derviche lento es el redondo tiempo que
sobre sí mismo gira
Que observa con ojo circular
El descuartizamiento de su destino
Y el ruido mínimo de angustia que
precede a las
Horas las medias
No sé jamás si lo que va a anunciar
es mi muerte
Todas las habitaciones son salas de
justicia
Aquí conozco mi medida y el espejo
No me perdona
Todas las habitaciones cuando
finalmente me duermo
Han lanzado sobre mí el castigo de los
sueños
Pues no sé qué es peor si soñar o
vivir.
• • •
El espejo me mira y se aflige Lee en mi
la historia de los años
Ese alfabeto sordo que un tiempo solar
tatúa en la frente del hombre mal lunado
El espejo gris
Descifra solo mis historia
En los nudosos secretos de mis venas
Mucho tendría que decir pues he leído
cómo en mi carne se abren camino los advientos
Mucho esfuerzo le cuesta al espejo gris
recordar toda la desdicha que ve
Le faltan las palabras para fijarla le
falta la voz
Yo no soy más que un detalle de la
habitación para él sólo una lágrima en su rostro
Pesada pesada lágrima largamente
cayendo con rectitud lenta desde el ojo de acuerdo con la costumbre
Sabe todo eso el espejo gris y tanto a
cuenta mía De nada ya se extraña
Mejor que nadie me ve desnudo adivina
al hombre en la nuez como un perro
Que se remueve en su caseta adivina los
vagos sobresaltos que en mis sueños tengo
Adivina en ese brazo que cuelga
bruscamente de la cama lo que me mina y me roe
Se pregunta si duermo
Y qué es lo que así puede gemir en mi
pensamiento
Esta noche se aburre apenas espera de
mí nada más que cosas insensatas
Hete aquí que ya ni me escucha y de
pronto arrastrado por un ciego miedo de la muerte
Temiendo no volver ya a verse empañado
por mi aliento se da la vuelta espía a Elsa que duerme.
Traducción de Gabriel Albiac
(De "Habitaciones", 1996.)
Licantropía Contemporánea
El grado más alto de la tristeza tanto
puede ser
un general ciego mendigando a través
de las islas
Como hacia las 3 de la mañana la
avenida
de la Ópera
No hay límites para la melancolía
humana
Se cuenta siempre con una piedra para
colocar sobre la pirámide
de las lágrimas
Estáis seguros de padecer tanto como
una mujer estrangulada
en el momento en que ella sabe que todo
ha terminado y desea acabar
Estáis seguros de que no valdría más
ser
ser estrangulado si uno piensa en los
cuchillos de las horas que se acercan
Desde hace tiempo vivo mi último
minuto
La arena que mastico es la de una
agonía invisible y perpetua
Las llamas que hago recortar de tiempo
en tiempo por el peluquero
son las únicas en delatar el negro
infierno interior que me habita
Como cuerpos privados de sepultura
los hombres se pasean por el jardín de
mi mirada
Soñadores inexplicables
o soy el único a quien golpea una mano
desecada
en este desierto poblado entre estas
flores áridas
Amo y soy amado Nada nos separa
Por qué entonces estar triste en el
corazón espléndido del amor
El mundo sacude su estúpida cabeza
Sabelotodo
Amo aunque la vida sea mortalmente
intolerable
Amo aunque luego me vea obligado a
aullar
se extiende por el horizonte donde
graznan inútilmente los cuervos
Sin embargo en cada árbol hay un
ahorcado que se balancea
en cada hoja una mancha de sangre
Qué puede haber peor que el cielo al
amanecer o el betún de la tarde
Qué es eso que me impide morder a los
paseantes en los bulevares
La amargura que siento crecer en mí
puede ser el primer
torrente de un diluvio
a cuyo lado el otro parece un vulgar
desborde de cloacas
Recuerdo que en mil quinientos cuarenta
y uno
cerca de Pavía
cuando me apresaron en la campiña por
donde deambulaba
víctima de los primeros efectos del
mal
los campesinos no quisieron creerme
cuando les dije la verdad
Rehusaron tomarme por lobo furioso
a causa de mi piel humana y Santos
Tomases
eternos de la ciencia experimental
cuando les confesé que mi piel lupina
estaba oculta
entre pellejo y carne
con sus puñales me hicieron tajos en
los miembros y el cuerpo
para verificar mis melancólicas
afirmaciones
no me tocaron la cara
espantados por la atroz poesía de mis
rasgos
Qué es eso que me impulsa a aullar en
las tumbas
qué es eso que me obliga a escarbar
irresistiblemente en el polvo
donde duermen los enamorados en
descomposición
Qué vas tú a exhumar como si la luz
viviente
no tuviera bastante con las heridas de
los vivos
Dadme el lenguaje tenebroso de los
ajusticiados en la silla eléctrica
el vocabulario último de los
guillotinados
La existencia es un ojo reventado Que
se me entienda
bien un ojo que hacen reventar a cada
instante
O lo haré examinar con engaños por un
médico alienista
o bien lo mataré fríamente
amor mío
durante su sueño mientras yace pálido
y desnudo
mientras los lobos surgen en torno de
los cementerios donde duermen
los bellos días que pasamos juntos
amor mío.
Carlitos Místico
El ascensor descendía siempre hasta
perder aliento
y la escalera subía siempre
Esta dama no entiende lo que se habla
es postiza
Yo que ya soñaba con hablarle de amor
Oh el dependiente
tan cómico con su bigote y sus cejas
artificiales
Dio un grito cuando yo tiré de ellos
Qué raro
Qué veo Esa noble extranjera
Señor yo no soy una mujer
liviana
Uh la fea
Por suerte nosotros
tenemos valijas de piel de
cerdo
a toda prueba
Ésta
Veinte dólares
Y contiene mil
Siempre el mismo sistema
Ni medida
ni lógica
mal tema
Persona pálida
Más mísero que las piedras
triste a más no poder
el hombre escuálido
el atril hubiera querido aniquilarse
Qué frío el viento me penetra en el sitio
de las hojas
de las orejas muertas
Solo cómo patalear para ahuyentar el frío
con qué pie iniciar la semana
Un silencio que nunca acaba
Ni una palabra tierna para engañar al invierno
La sombra del alma del amigo La escritura
Tan sólo las señas
Mi sangre daría una sola vuelta
Los sonidos se pierden en el espacio,
como dedos congelados.
Nada más
que un patín abandonado en el hielo
El fulano
A través de él se ve el día
triste a más no poder
el hombre escuálido
el atril hubiera querido aniquilarse
Qué frío el viento me penetra en el sitio
de las hojas
de las orejas muertas
Solo cómo patalear para ahuyentar el frío
con qué pie iniciar la semana
Un silencio que nunca acaba
Ni una palabra tierna para engañar al invierno
La sombra del alma del amigo La escritura
Tan sólo las señas
Mi sangre daría una sola vuelta
Los sonidos se pierden en el espacio,
como dedos congelados.
Nada más
que un patín abandonado en el hielo
El fulano
A través de él se ve el día
Poemas de capa y espada
Vuelcan los jarros de leche como simples alfeñiques
Giran alrededor de las cabezas
Van a apoyarse con nostalgia en la bola pilosa de los peluqueros
Caballeros del huracán
qué habéis hecho de vuestros guantes
Al azar por los barrios que ellos perturban
Suben entre las casas
Hacia arriba hacia abajo hacia arriba hacia arriba
Suspiran en las buhardillas
Suspiran en los respiraderos
Caballeros del huracán
Pero dónde pero dónde dejasteis vuestros guantes
Uno se aleja otro se aproxima
son dos bien lo veo
El que se aleja es San Sebastián
El que se aproxima es un pagano
Caballeros del huracán
Qué intrigantes que sois
San Sebastián se arranca algunas flechas
El pagano las recoge y las lame
San Sebastián lleva el reloj en la muñeca
Las tres y diez
Caballeros del huracán
Dónde dónde dónde dejasteis vuestros guantes
Uh Uh en las chimeneas
Las tres y once actualmente
Hace rato que no hay trenes subterráneos
Qué vais a buscar en los sótanos
Caballeros del huracán
Quizás hayáis perdido vuestros guantes
Aquí dejé mi corbata
Me responde San Sebastián
El pagano nada dice
Sin duda ha extraviado su corbata
Caballeros del huracán
Los guantes han caído a la alcantarilla
Uno observa el momento actual
El otro tiene recuerdos en los oídos
Uno alza vuelo y el otro muere
La noche se abre y muestra las piernas
Caballeros del huracán
Caballeros extravagantes
Traducción de Aldo Pellegrini
(de "Antología Surrealista"
Biblioteca básica Universal , 1970)
No hay ningún amor feliz
El hombre nada adquiere jamás Ni su ternura
Ni su amor ni su fuerza Y cuando abre los brazos
La sombra que proyecta es una cruz oscura
Y si abraza su dicha la destroza en pedazos
Su vida es una extraña y espantable locura
No hay ningún amor feliz
Su vida se parece a un inerme soldado
Que para otra estrategia ha sido preparado
Que madruga y de noche sufre de hambre y de sed
Y que en la tarde tiembla deshecho y desarmado
Decid «mi pobre vida» y el llanto contened
No hay ningún amor feliz
Mi bello amor mi dulce amor mi amor perdido
Dentro de mí te llevo como un pájaro yerto
Y aquellos que de lejos nos vieron no han sabido
Que mis propios poemas tras de mí han repetido
Y que ya por tus ojos varias veces han muerto
No hay ningún amor feliz
El tiempo de aprender a vivir ya ha pasado
Que lloren en la noche nuestros dos corazones
Por el dolor que esconde cada recuerdo amado
Las tragedias que nutren el éxtasis soñado
Los sollozos que impregnan las menores canciones
No hay ningún amor feliz
No hay amor que no aflija al par que desespera
No hay amor que no se halle mezclado a su dolor
No hay amor que no espante No hay amor que no hiera
No hay amor que no viva de lágrimas y espera
Y el amor de la patria lo mismo que tu amor
No hay ningún amor feliz
Pero este es nuestro amor
Ni su amor ni su fuerza Y cuando abre los brazos
La sombra que proyecta es una cruz oscura
Y si abraza su dicha la destroza en pedazos
Su vida es una extraña y espantable locura
No hay ningún amor feliz
Su vida se parece a un inerme soldado
Que para otra estrategia ha sido preparado
Que madruga y de noche sufre de hambre y de sed
Y que en la tarde tiembla deshecho y desarmado
Decid «mi pobre vida» y el llanto contened
No hay ningún amor feliz
Mi bello amor mi dulce amor mi amor perdido
Dentro de mí te llevo como un pájaro yerto
Y aquellos que de lejos nos vieron no han sabido
Que mis propios poemas tras de mí han repetido
Y que ya por tus ojos varias veces han muerto
No hay ningún amor feliz
El tiempo de aprender a vivir ya ha pasado
Que lloren en la noche nuestros dos corazones
Por el dolor que esconde cada recuerdo amado
Las tragedias que nutren el éxtasis soñado
Los sollozos que impregnan las menores canciones
No hay ningún amor feliz
No hay amor que no aflija al par que desespera
No hay amor que no se halle mezclado a su dolor
No hay amor que no espante No hay amor que no hiera
No hay amor que no viva de lágrimas y espera
Y el amor de la patria lo mismo que tu amor
No hay ningún amor feliz
Pero este es nuestro amor
Traducción de Andrés Holguín
x... frances
Un nombre como sangre de trivial cortadura
sencillo por demás para ser retenido;
se dice sin pensarlo cual se bebe agua pura;
lo pudiera llevar cualquier desconocido.
Un nombre, corazón isócrono en que radie
la quietud de las horas si de pronto se altera;
un nombre que no haría volver el rostro a nadie:
como el que los soldados llevan en la pulsera.
Un nombre como tantos que destiñen los vientos
en las tablas, las tumbas y las actas civiles;
un nombre y apellido -punzantes y sangrientos
zuecos donde se estrujan unos pies infantiles.
Ayer como nosotros era un adolescente
aquel cuyos verdugos llegaron con el día;
decían las mujeres su nombre dulcemente
sin saber que al nombrarlo la gloria sonreía.
Ese nombre trivial como tierra sin amos,
con devoción ahora nuestra gente lo nombra:
sobre el asfalto, al pie de su escritura hay ramos
y damas de rodillas ataviadas de sombra.
Nombre bello, incoloro: como se dan en Francia
para cruzar la turba y morir sin reproche;
un nombre silencioso como la vigilancia;
nombre como las luces de una aldea en la noche.
sencillo por demás para ser retenido;
se dice sin pensarlo cual se bebe agua pura;
lo pudiera llevar cualquier desconocido.
Un nombre, corazón isócrono en que radie
la quietud de las horas si de pronto se altera;
un nombre que no haría volver el rostro a nadie:
como el que los soldados llevan en la pulsera.
Un nombre como tantos que destiñen los vientos
en las tablas, las tumbas y las actas civiles;
un nombre y apellido -punzantes y sangrientos
zuecos donde se estrujan unos pies infantiles.
Ayer como nosotros era un adolescente
aquel cuyos verdugos llegaron con el día;
decían las mujeres su nombre dulcemente
sin saber que al nombrarlo la gloria sonreía.
Ese nombre trivial como tierra sin amos,
con devoción ahora nuestra gente lo nombra:
sobre el asfalto, al pie de su escritura hay ramos
y damas de rodillas ataviadas de sombra.
Nombre bello, incoloro: como se dan en Francia
para cruzar la turba y morir sin reproche;
un nombre silencioso como la vigilancia;
nombre como las luces de una aldea en la noche.
Ce
Todo empezará en el CE,
el puente que yo crucé.
Habla un romance perdido
del buen caballero herido;
de una rosa en la calzada
y una túnica soltada;
de un castillo misterioso
y albos cisnes en el foso,
y una pradera en que danza
la novia sin esperanza.
Como una noche de hielo,
el lay de glorias en duelo.
Se van con mis pensamientos
por el Loire los armamentos;
y los convoyes volcados
y llantos mal enjugados.
¡Oh Francia, mi bien-amada!
¡Oh mi dulce abandonada!
qué sola yo te dejé
cruzando el puente de CE.
Traducción de Carlos López Narváez
Del poeta a su "Estrella"
Dirá alguien que un hombre
no debe exponer su amor
en la plaza pública.
Yo responderé que un hombre
no tiene nada mejor,
más puro y más digno
de ser perpetuado, que su amor...
Cántico a Elsa
(Obertura)
Te toco y veo tu cuerpo y tú respiras,
ya no es el tiempo de vivir
separados.
Eres tú; vas y vienes y yo sigo tu
imperio
para lo mejor y para lo peor.
Y jamás fuiste tan lejana a mi gusto.
Juntos encontramos en el país de las
maravillas
el serio placer color de absoluto.
Pero cuando vuelvo a vosotros al
despertarme
si suspiro a tu oído
como palabras de adiós tú no las
oyes.
Ella duerme. Profundamente la escucho
callar.
Ésta es ella presente en mis brazos,
y, sin embargo,
más ausente de estar en ellos y más
solitaria
de estar cerca de su
misterio,
como un jugador que lee en los dados
el punto que le hace perder.
El día que parecerá arrancarla a la
ausencia
me la descubre más conmovedora y más
bella que él.
De la sombra guarda ella el perfume y
la esencia.
Es como un sueño de los
sentidos.
El día que la devuelve es todavía una
noche.
Zarzales cotidianos en que nos
desgarramos.
La vida habrá pasado como un viento
enfadoso.
Jamás saciado de esos ojos que me dan
hambre.
Mi cielo, mi desesperación
de mujer,
trece años habré espiado tu silencio
cantando.
Como las madréporas inscriben el mar,
embriagando mi corazón trece años,
trece inviernos,
trece veranos;
habré temblado trece años sobre un
suelo de quimeras,
trece años de un miedo dulce
amargo,
y conjurado peligros aumentados trece
años.
¡Oh niña mía!, el tiempo no está a
nuestra medida
que mil y una noche son poco para los
amantes.
Trece años son como un día y es fuego
de pajas.
El que quema a nuestros pies
malla por malla
el mágico tapiz de nuestra soledad.
Lo que dice Elsa
Me dices que estos versos son oscuros,
y acaso
lo son, sin embargo, menos de lo que he
querido.
Cerremos nuestra ventana sobre la
felicidad robada,
por miedo a que entre el día,
y vele para siempre la foto que
deseaste.
Me dices nuestro amor si es que
inaugura un mundo,
es un mundo en el que la gente gusta de
hablar sencillamente.
Deja allá a Lancelot, deja la Tabla
Redonda,
Ireo Virnana Esclarnionda,
que por espejo tenía una espada
deformadora.
Lee el amor en mis ojos y no en las
sombras.
No trastornes tu corazón con sus
antiguos filtros.
Las ruinas a mediodía son solamente
escombros.
Ésa es la hora en que
tenemos dos sombras
para mejor estorbar el arte de los
románticos.
Tendría acaso la noche más encanto
que el día.
Vergüenza para aquellos que ante el
puro cielo no suspiran.
Vergüenza para aquellos que, un niño
de golpe no desarma.
Vergüenza para aquellos que no tienen
lágrimas
para un canto callejero una flor en los
prados.
Tú me dices si tú quieres que te ame
y te ame.
Es preciso que ese retrato que vas a
pintarme
tenga como un verde nido sobre fondo de
crisantemo.
Un tema escondido en su
tema.
Y une al amor el sol que ha de venir.
Traducción de María Dolores Sartorio
Qué sería sin ti que viniste a mi
encuentro...
Qué sería sin ti que viniste a mi
encuentro.
Qué sería sin ti sino un corazón
durmiente.
Sino esta hora parada en la esfera del
reloj
Qué sería sin ti sino ese balbuceo.
De ti aprendí todo sobre las cosas
humanas.
Y vi desde entonces el mundo a tu
manera.
De ti aprendí como se bebe de las
fuentes
Como del transeúnte que canta, se toma
la canción.
De ti aprendí hasta el sentido del
estremecimiento.
En cuanto a lo que me concierne, lo
aprendí todo de ti.
Que es de día a mediodía, que un
cielo puede ser azul
Que la felicidad no es un quinqué de
taberna.
Me tomaste de la mano en este infierno
moderno
Donde el hombre ya no sabe lo que es
ser dos.
Me tomaste de la mano como un amante
feliz.
El que habla de felicidad a menudo
tiene los ojos tristes.
El desengaño no es acaso un sollozo
Una cuerda rota bajo los dedos del
guitarrista
Y sin embargo les digo que la felicidad
existe
En otra parte que en el sueño, en otra
parte que en las nubes.
Tierra, tierra, he aquí sus ensenadas
desconocidas.
Traducción de Claire Deloupy
LOUIS ARAGON (FRANCIA, 1897-1982)
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