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abril 15, 2012

ESCRITOS AUTOBIOGRÁFICOS DE PESSOA (Fragmento)



          Actué siempre hacia adentro... Nunca toqué la vida... Siempre que esbozaba un gesto, lo acababa en sueño, heroicamente...Una espada pesa más que la idea de una espada...Comandé grandes ejércitos, vencí grandes batallas, gocé grandes derrotas - todo dentro de mí...Me gustaba pasear solo por las alamedas y por los grandes corredores y desafiar los retratos de las paredes... En el gran corredor sombrío que hay al fondo del palacio paseé con mi novia muchas veces...Yo nunca tuve novia real..Nunca supe cómo se amaba...Apenas supe cómo se soñaba amar...Si me gustaba usar anillos de dama en mis dedos es que a veces quería pensar que mis manos [eran] de princesa y que yo era, por lo menos en el gesto de mis manos, aquella que yo amaba...Un día me llegaron a encontrar vestido de reina...Estaba soñando que era mi esposa regia...Me gustaba ver mi cara reflejada porque podía soñar que era la cara de otra criatura - porque era de formas femeninas, que era de mi amada la que era mi cara reflejada...¡Cuántas veces mi boca rozó mi boca en un espejo!...Cuántas veces apreté una de mis manos con la otra, cuántas acaricié mis cabellos con mi mano apartada, para que pareciese la de ella al tocarme. No soy yo que te estoy diciendo esto...Es el resto de mí que está hablando.


*  *  *  


       No sé quién soy, qué alma tengo.
      Cuando hablo con sinceridad no sé con qué sinceridad hablo. Soy diversamente otro de lo que un yo que no sé si existe.
       Siento creencias que no tengo. Me extasían ansias que repudio. Mi perpetua atención sobre mí perpetuamente me apunta traiciones de alma a un carácter que tal vez no tenga, ni ella juzga que tengo.
       Me siento múltiple.
     Soy como un cuarto con innumerables espejos fantásticos que dislocan hacia reflejos falsos una única central realidad que no está en ninguno y está en todos.
       Como el panteísta se siente ola y astro y flor, yo me siento varios seres. Me siento vivir vidas ajenas, en mí, incompletamente de cada, individuado por una suma de no-yos sintetizados como un yo postizo.



*  *  *  


 A veces, en sueños distraídos, que me surgen de las esquinas del pensamiento y de la emoción, tengo visiones de amores. Una vez me encuentro desarrollando un enredo de una pasión correspondida por una tuberculosa de genio, que había escrito su libro inmortal en la esperanza de no sé qué, siempre, sentada, ante la ventana de la casa blanqueada. Otras veces es la marquesa, que vive en la finca elevada, que cuando me conoció residente cerca de allí donde yo nunca estaría, me atrajo a ella sin querer; nuestro amor se desenvolvió sin historia, y tiene un gran final. Otras veces todavía el romanticismo deja a las tuberculosas y la aristocracia, y hay una gran simplicidad en los deseos soñados: ella fue encontrada entre la vida como una flor entre hierbas altas, la recogí para mi hogar limpio y lindo, y nuestra vida, por lo menos hasta donde llega el sueño, duerme quietudes entre sinceridades, y todo es caricia.
       Ah, qué enredos complejos, en conveses de navíos, en islas distantes, en hoteles universales, en viajes pasajeros, me encantan la distracción como vestidos expuestos.
            Mas, de repente, y con un regreso de pesadilla inmóvil, despierto de mi romanticismo sexual, y me ruborizo a solas de hacer con la mente de dentro la misma cosa que hacen todos los hombres. Y tengo, como timbre de hidalguía fraseada, la ventaja ridícula en contra. Sí, a veces, sueño de este modo. A veces soy costurera masculina, y tengo príncipes, que son princesas, y muchas veces son otra cosa, en la imaginación inevitable.   
           Y entonces despierto de todo, río, casi alto, de verme así, como si me viese desnudo debajo de la desnudez, como si me conociese esqueleto del alma, y una alegría puntiaguda valsea en mis devaneos. ¡Qué tristeza!


*  *  *   


             No soy un "escéptico". En el fondo de ser inactivo soy demasiado activo para no creer. Soy un pagano de la Decadencia, confiado en una interpretación de los Dioses que los misterios revelados volvieron posible. Creo en los Dioses paganos con todo el ardor místico de un alma cristiana. Los Dioses paganos son mi fuerza y el alma cristiana mi vehículo. Los Dioses son armonía y paz. Cristo se disuelve, los dioses regresados se reencuentran. Estoy, así, en un umbral del paganismo renacido. Mis gestos son descontrolados, como de alguien que busca enla noche. Pero me encontré en el aire vacío con una garra mejor que mis brazos vencidos, di con la presencia de los Dioses en la frontera centelleante de un espacio supuesto. Ellos existen fuera de mí como pensamientos de un espíritu mayor, envolviendo los míos con más plenitud de existencia generosa.


*  *  * 


(Borrador de una carta al director de Answers)                                                                1926

          Soy un año más viejo que su corresponsal y me siento joven por las razones exactamente opuestas a las de él. Tengo treinta y ocho años y me siento más nuevo cada año, porque todos los años estoy más próximo de no haber realizado nunca cosa alguna en la vida. La realización nos envejece. Todo tiene su precio; el precio de la realización es la pérdida de la juventud. Sólo la falta de objetivos y un modo de vida inconsecuente -si la palabra "modo" puede ser aplicada a una tal ausencia de rumbo- nos mantienen jóvenes. No me casé y por eso me mantuve libre tanto de los placeres especiales como de los cuidados propios de esa especie de asociación; y el bien y el mal de ese estado son igualmente envejecedores. Nunca me establecí en una posición o en un rumbo de vida, ni siquiera en una opinión que durase más que el minuto pasajero en que fue defendida. Nunca tuve una ambición que un bello día (y Lisboa tiene sobre todo días bellos, en todas las estaciones) o un viento leve no disipasen y redujesen a un sueño agradable y accidental. Nunca hice un esfuerzo real detrás de ninguna cosa, ni apliqué fuertemente mi atención excepto a cosas fútiles, innecesarias y ficticias. Me siento joven porque he vivido de esta manera. Dirá el señor que no presté ningún servicio a la humanidad, sea lo que fuera que "servicio" y "humanidad" signifiquen,  y podría hablar hasta que las últimas estrellas desapareciesen sin que nadie me diese pruebas sobre la utilidad del servicio o el significado de humanidad. Pero presté a muchas personas el servicio de no estar en su camino. No competí con las (...) y ambiciones de ningún hombre, ni me puse en el camino de la grandeza natural de ningún loco. He procedido de modo idéntico con el hombre bueno y con el hombre malo, no consideré peor al criminal que al hombre común, como en los días victorianos de mi infancia, o mejor, como en los días "jorgianos" de mi actual juventud. Quedo  más joven todos los días porque nunca hice nada y no puedo envejecer. Mis placeres son simples porque ni siquiera les pido que sean placeres para mí. Soy un espectador de mí mismo y de los tiempos, y no me siento menos sabio que los grandes hombres de este pequeño mundo. Soy, por eso, capaz por un uso natural de la imaginación y de la fantasía, de extraer imperios de encuentros casuales y de endilgar nuevos mundos.
          La lectura de Answers es, si me permite concluir en una nota dierecta que tiene la ventaja no vulgar de ser sincera, uno de estos placeres.
       Esto es bastante literario, pues soy siempre bastante literario, ya que es ésa la inclinación cierta de un espíritu que no tiene inclinaciones.



(De Escritos autobiográficos, automáticos y de reflexión personal. Emecé, 2005).





FERNANDO PESSOA ( PORTUGAL, 1885-1975).




     


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