LA VALIJA DE FUEGO
Que se viva, sueñe
o hable
que se busque o se
den las gracias
nada evita que en lo
más oculto
existan pequeñas
deliciosas inmundicias
siempre lugares
secretos objetos invisibles, lo despreciable que se ama
borra de café,
polvos, gargajos, legaña, insectos, mugre
un mondadientes
usado, pústulas
flujos, náuseas,
fetidez, diarreas
la embriaguez que
vomita
la cómica felicidad
con caries dental y callos
oh nada de esto
aterroriza a los ociosos
ni a los comediantes
que hacen prudentes imitaciones de la vida
agua de rosas, betún
y baba
las cucarachas nos
persiguen de noche y las moscas de día
todo encerrado en la
famosa valija de fuego
rodeada de
admirables burbujas de aire irrespirable.
Meditemos en la
valija de fuego
se la usa en los
infiernos despiadados
contra la nieve,
contra el lirismo, contra el odio de los amigos
sólo fracasa con el
frío de la muerte
busquemos en nuestra
valija de fuego las suculentas podredumbres
para mezclarlas con
los sombríos deseos celestes.
Retornemos a la
valija de fuego
a la valija de fuego
de
a la valija de fuego
de madre que da a luz en el instante imprevisto
y más tarde, cuando
el niño se pierde y reclama a su madre, todos lo recriminan
duramente, y se da el caso de algunos que –en el colmo de la
exasperación– cortan los extremos de los tiernos dedos infantiles
y cometen otros actos de piadosa crueldad: el amor a la humanidad,
frente al cual el amor de madre debe reservarse para la valija de
fuego.
Retornemos al canto
de fuego repleto de los cuchicheos de los sabios que abrazan llenos
de pasión a las prostitutas
Y de los sabios que
simulan dormir
Y de aquellos que
mastican mañana tarde y noche
Y piensan al compás
de las mandíbulas
(delicioso juego de
las mandíbulas que ocultan todos los otros juegos).
Retornemos al
sollozo de fuego del niño
el niño que llora
perdido en la calle
y le preguntan: “¿No
buscas, hermoso niño, a tu madre?”
y contesta: “No,
busco a mi padre el sabio, en el interior de la ballena
atravesado por
relámpagos que parecen hormigas
devorado por
hormigas que parecen catedrales.”
oh hermoso niño, te
llevaré a tu cálida cuna atravesando los siglos
y mediante la
ciencia de los puntapiés
te arrancaré de tu
sueño
para ir al encuentro
de la sabiduría parricida
allí donde Edipo y
sus hijos bailan cabeza abajo.
Retornemos al canto
de hielo de los santos en cuclillas, saludando respetuosamente a las
cadenciosas fricciones eléctricas
las chispas
eléctricas surgidas del roce de vírgenes satinadas
al compás de la
inocencia que circula por las vetustas morales
el canto de hielo,
el canto que congela
a las viejas
cotorras que penetran contoneándose en su túnel de olvido
donde padres feroces
arrasan los castillos de hadas
para arrebatar su
botín de pieles y tortugas
donde harapos de
piedras cuelgan del vientre de Dios
y multitud de
arqueólogos se agitan incansablemente
masticando la felpa
gris-perla de los pensamientos vegetales.
Retornemos a la vida
fugaz del hombre inventor del fuego de la melancolía
los argumentos de la
muerte se encierran también en la valija de fuego
cuando los
generosos, los justos, los tenebrosos, los tristes
arrojan su timidez
bastarda
y hacen explotar los
vientres estériles
con filtros mágicos
con invenciones
saturadas de dulzura que oprimen el pecho, sobre el cual caen
mechones de cabellos negativos desde la indescriptible altura de las
ideas
inconmovibles ante
toda humana razón
torrentes de
lágrimas deshaciendo las inexpertas rocas del egoísmo
y todos se van
y queda un gran
vacío circular
¿y a quién llama
entonces al niño?
a su madre, la
portadora de la valija de fuego, la primera y última
la que muestra su
perenne sonrisa triunfal
la que siempre
retorna
la que afronta los
inmensos peligros de la moralidad
la que vibra
henchida de la más pura sabiduría zoológica.
Retornemos al niño
que busca juguetes multiangulares
en el centro de
espacios extinguidos
a la vera de noches
emboscadas, arrastrando pesadillas bituminosas
alimentado con leche
de perras violadas
para alcanzar así
la madurez de la inocencia
ése es el hijo
terrible, el hijo impródigo, el hijo no deseado
que recorre el hilo
de las conversaciones hasta hacer estallar su sensatez
que incendia las
posiciones correctas de los visitantes ocasionales
audaz explorador de
selvas de cacahuetes.
Retornemos a la
valija de fuego de nada
donde se consumen
los sensibles al fuego del tedio moral
donde se amontonan
los triunfadores despanzurrados
retornemos al fuego
de alejarnos
al fuego de
acercarnos
mientras Dios camina
incansablemente a tu lado por toda la eternidad
sin pensar en ti
heroicamente solo
humanamente solo
marchando sobre
arenas siderales
donde mundos
exasperados se desheredan alternativamente.
He aquí el gran
espectáculo que la valija de fuego no puede contener
el espectáculo de
la soledad de Dios y de su hijo el hombre
solos en la
multiplicidad de lo creado
en la infinita
multiplicidad
todos heroicamente
solos
dios y los hombres
irritantemente
heroicos.
Simulando una
sonrisa
recoge tu valija de
fuego extinguido
tu valija de noche
abandonada por sus fantasmas
juguete inolvidable
revelador del gran
secreto
con los argumentos
de la muerte se puede triunfar en la vida.
HORIZONTE LÍQUIDO
Con paso tranquilo
los transeúntes
avanzan hasta el umbral de las
pupilas
amantes negros
ahuyentan a los
perros enfurecidos
es la hecatombe de
la lujuria
que se agita detrás
de los rostros demudados
con paso tranquilo
amantes policromos
se cruzan en la alameda de la
angustia
en su alcándara
el espectador
perfecto estudia impasible las señales
de vértigo
el fuego latente de
las vírgenes
el semblante
inmaculado de las puertas
una voz se entreabre
para mostrar su oscuro deseo
el amante negro sube
las escaleras arrebatado por
la danza frenética
las ventanas se
cierran
silencio de la noche
de la carne
los desconocidos se
estrechan la mano
una conversación
interminable descansa en el
extremo límite de
la sombra
desde la fría
pupila los gimnastas ruedan por las
escaleras
destrozadas
¿cómo llegar hasta
lo que de ti no se ve?
¿cómo hacer brotar
el deseo ardiente de tu carne
entreabierta?
a sus pies
los perros
enfurecidos ladran
ojos implacables
en ellos se pierde
el lenguaje de los deseos
el ahorcado se
balancea al eco de los ladridos
buenas noches
todo termina
los perros aterrados
huyen del horizonte ardiente y
líquido
palidece el vigor
de los brazos ávidos
una noche tranquila
para el desconocido que se
aleja
una noche de olvido
negro.
MÁRMOLES
Nadie podrá olvidar
la voz velada del
arqueólogo en cuclillas
buscando entre
antiguas ruinas
las huellas de la
angustia de los siglos
hundidas en la arena
sólo prosperan las
prostitutas petrificadas
que conservan a
través de los siglos
un inagotable deseo
de amor
la voz velada y
lejana busca lo viviente en lo
muerto
a la sombra de la
voz
la más deliciosa de
las doncellas se desnuda de sus
heridas
piadosamente
cae una noche rota
piadosamente
sopla sobre los
antiguos mármoles
el gran viento de
los acoplamientos
en cada instante
nacen y mueren de un modo
infinito
seres invisibles que
fecundan al tiempo
la voz lejana llama
al misterio
derramado entre los monumentos
arqueológicos
una tempestad de
mordiscos
hace sangrar los
mármoles
sangre coagulada del
tiempo inalcanzable
sangre inalcanzable
del vacío.
ARTE POÉTICA O DE
LAS SIGNIFICACIONES
La palabra puede
tornar transparente al hombre
he aquí un
ejercicio permitido sólo a los más puros
lo verdadero
surge en la desnudez
de la aparente carencia de sentido
cabalgando en la
extrema mirada de las significaciones alejadas
todo se vuelve
próximo
la claridad
meridiana ahoga cualquier esperanza
de alcanzar lo más
hondo
en el ámbito sin
aire de las significaciones cotidianas
fracasa
el nacimiento
maravilloso
con el furor sagrado
se destruye la podredumbre
alimento natural del
buen burgués que acaricia diariamente la cretinización civilizada
cuando el furor
sumerge sus manos en océano se llama desprecio
y con sus dedos
innumerables alcanza a tocar en el fondo la luz absoluta
copulando el
desprecio y la luz cumplen el acto supremo de la creación
el nacimiento del
hombre verdadero a partir de la podredumbre
pero todo ha
cambiado
después de la
invención del mordisco luminoso
que hace sangrar la
realidad última de los seres y las cosas
detrás de la piel
del hombre está el hombre
detrás de la
inmovilidad de lo inerte
está la gran vida
cósmica que palpita
por cada herida de
luz se derrama el gozo esencial y único
el gozo de sí mismo
que se confunde con
el gozo de ser universal
por cada herida de
luz se derrama
la perfecta
identidad, lo uno y lo múltiple
lo separable y
unible
más allá del
tiempo y del espacio
no se pueden palpar
las palabras sólo se palpan los gritos
en el fondo del
océano la voz va a despertar a los sueños
la imagen
es un signo de la
penetración del sueño en el mundo
la imagen
hace estallar los
oídos indiferentes
toda palabra desnuda
de sentido se colma de vida
de la vida ardiente
que quema los labios
y que se transfigura
en el silencio
como en un sagrado
contacto
es el triunfo final
de la palabra casi silenciosa
la palabra mezclada
con noche
la palabra que vuela
incansable hacia el deseo
haremos así cantar
el silencio poblado de imágenes
en una noche
iluminada por la luz absoluta.
SUSTANCIA ERÓTICA
Paisaje de latidos
el viento azota tu
mirada ardiente
ahí está agazapada
la espera
un lejano murmullo
anuncia los estremecimientos
de un salto intentas
aniquilar la vida
y encender un
crepúsculo de miradas frías
¿a quién buscas
por ese camino palpitante?
¿qué fuga detienen
tus manos tenaces?
corazón que galopa
hasta atravesar tu
transitable desnudez
y hace estallar la
vida
la vida
ahora llega la
muchedumbre de horas indecisas
tu corazón galopa
lejos de mí
tu mano cae
desde el instante
sin tiempo
fracasada tu muerte
indiferente a todo
próximo sueño.
NECESIDAD DE LA
MÁQUINA DE CALCULAR
Los búhos de cráneo
transparente
todas las mañanas
engendran el mismo paisaje en
sus ojos
de allí parten las
sonámbulas vestidas de frío
para descender las
desnudas escalas barométricas
de allí parten
galopando las pestañas
para alcanzar la
cumbre más alta de la pasión
los búhos de cráneo
transparente
confunden el tiempo
y la realidad
confunden el hombre
y la miseria
confunden la ciencia
con el sueño
sólo la máquina de
calcular
puede aclarar la
inmensa confusión que nos rodea
es necesario
calcularlo todo
es necesario
estudiar el origen de los precipicios
calcular el número
de mujeres de rostro roído por
la niebla
calcular la
ferocidad de los dientes
calcular los
denominadores frenéticos
calcular los ríos
que corren por la memoria
calcular las
personas que se detienen bruscamente
en los puentes
calcular el vértigo
de las láminas sumergidas
calcular los
escalofríos
los castigos
la buena voluntad
que se enfría
y calcular la
distancia del hombre implacable
que se incorpora
para vomitar.
EN VOZ BAJA
En voz muy baja
para poder atravesar
la fragilidad de tu sueño
te haré la
revelación de las formas
te contaré la
belleza
de lo que nunca se
vive
las maravillas que
nacen imprevistas de la intensidad
del ardor
te enseñaré a
caminar con firmeza en la oscuridad
a iluminar la noche
con los deseos
a investigar el
secreto inmortal
las aventuras
galantes alineadas por orden
cronológico
de la vigilia
las borrará el
sueño que busca la mujer que todos
rechazan
la mujer que
enciende su espíritu caída en las
maravillas del amor
Yo
despierto
predico la absurda
técnica de la irresolución
inmóvil
en voz muy baja
te revelo
que el mundo es una
graciosa mentira inventada por el
buen humor de los
mártires.
TODO TE NOMBRA
Las trayectorias
opuestas se encuentran se
abren los muslos
temerosos
el amor arranca sus
raíces del sueño
una nube se cierne
sobre el párpado
el gran señor de la
mañana dormita
La noche atraviesa
el puente el carruaje
extraviado de los
que despiertan se detiene
en el punto donde se
acumulan los murmullos
un árbol de frío
eleva su voz colérica
la mirada de la
angustia despliega sus reflejos
todo te nombra
La inmovilidad del
río el barquero espera
las luces acuden en
socorro de la fiesta del corazón
el deseo de la mujer
es un grito el coro
de las damas
elegantes en la nebulosa de la dádiva
se consume el temor
rueda
la despiadada cadena
de los visitantes lentamente
se purifica la
esclavitud los nervios abiertos
recogen las
intenciones extrañas el hábito
del perseguidor la
aparición
de un vago suicidio
en la mañana de los lamentos
el definitivo
exterminio de los
sollozos la estrella torturadora y
el mago de la alta
sombra
portador de la
palabra lacerante
te nombra.
EL LOBO QUE NACE DEL
AMOR
Aquel que recibió
el pan de cada día
supo esconderlo en
las noches de rencor filosófico
todos los
pensamientos son cortinas para el
corazón y los
traidores recogen las migajas del banquetes de los amantes
fue en el tiempo en
que no se conocía el amor
el labio sagrado
encendía el párpado siniestro
el ojo oblicuo
descendía hasta la profundidad del corazón inicuo
el amor nació del
amor y todo quedó entonces
aclarado el recién
llegado se levantó respetuoso
para saludar a las
tres ubres vacías
el amor surgió
oportunamente para destruir toda esperanza
lo supieron los que
no querían oír y los enterradores se inclinaron
los chalanes
borrachos transportaron el amor
frágil hasta el
tiempo interminable
y así fue que se
destrozó al caer desde la altura
de la mirada perdida
se destrozó en una
batahola de relâmpagos de
azúcar y hubo un
mordisco vacío
en el gran agujero
negro del amor.
EL MUNDO ES TUYO
Cuando alguien
pregunta inesperadamente
¿qué hora es?
se determinan
curiosísimos desniveles una enorme melancolía
suspendida sobre una
blanca llanura un río
quebradizo una
sorpresa ascendente y el concurso de una boca certera.
que habla con
rumores de corazón galopante y deja
una roja señal en
los que pasan
Quizás suben lentas
escaleras en busca de lugar más alto
para la cita del
humo la cólera se niega a despertar
los trenes
descarrilan detrás de tus párpados y en medio de una gran
incomodidad
el horizonte circula
por tus venas
El mundo es mío te
lo doy un río se desliza junto a tu piel
un ala líquida en
una llanura dormida
una leve espuma
denuncia la libertad que se ahoga la emoción
contenida atrae a
las moscas un violento zumbido
y la brusca rotura
del mecanismo que produce el fenómeno de la turbación
La hora del
conocimiento ha terminado el tiempo es sinuoso y los hambrientos
devoran como siempre
las manos que los socorren el suicidio
oculta una inmensa
victoria el mundo es tuyo ¿podríamos apresurarnos?
Indudablemente el
momento es oportuno los crímenes fraguados
la complicidad de
las falsas rameras el don del extravío
el subyugante
temblor de las manos
la voz que llama
está cada vez más distante
los instintos se
oxidan la equivocada posición de la memoria
el mundo es tuyo sin
entrada ni salida el largo alcance de la esperanza
el esplendor de la
vida la mirada socarrona la sed se derrama
el mundo es tuyo y
tu piel se estremece.
LA CERTIDUMBRE DE
EXISTIR
Si
lo he visto todo
todo lo que no
existe destruir lo que existe
la espera arrasa la
tierra como un nuevo diluvio
el día sangra
unos ojos azules
recogen el viento para mirar
y olas enloquecidas
llegan hasta la orilla del país silencioso
donde los hombres
sin memoria
se afanan por
perderlo todo
En una calle de
apretado silencio transcurre el asombro
todo retrocede hasta
un limite inalcanzable para el deseo
pero tú y yo
existimos
tu cuerpo y el mío
se adelantan y aproximan
y aunque nunca se
toquen aunque un inmenso vacío los
separe
tu y yo existimos
LA MÁSCARA DE LA
MEDIANOCHE
La casa
es una sombra del
vértigo
que agita las manos
de los moradores de la espera
un único juguete
la máscara
delante del gato
inexplicable
el ente que detiene
las horas
la apacible
inexistencia de la noche del tiempo
vive la multitud en
uno
¿a quién puede
sorprender
el gato inmóvil que
contempla la espera?
las sombras cubren
el muro de la pequeña ausencia
no existe la
multitud no existe uno
sólo las manos que
se sumergen cada vez más en la sombra
para beber con
extraña avidez el cálido licor nocturno
¿a quién puede
sorprender
la visita de la
pequeña ausencia envuelta en su repetido vértigo?
la única vigilia de
la máscara
que despierta a los
ausentes
que detiene la hora
del gato inexplicable
un rayo de luz
hace más profundas
las sombras
la casa
cesa de girar
la inmovilidad se
arranca la máscara.
PESADILLA LITÚRGICA
La llama se extingue
la calle sembrada de
cenizas
las mujeres
comercian con el fuego
los enemigos marchan
de la mano
las lágrimas brotan
de las puertas
los ciclistas ruedan
sobre los principios morales
el gran órgano de
la catedral
el humo
gris
una canción sorda
una llama sorda
la alegría hace
estallar las venas de los ángeles
un gemido alucinante
guía los pasos del sacerdote hacia el deleite
el asombro es rojo
un líquido gotea
sobre el altar
la sangre la
fugacidad la desnudez
la desnudez la
inmortalidad
los ojos como
relámpagos, las mejillas veloces
las lágrimas no
brotan
tormenta de la
fugacidad
lo eterno se
paraliza
los ciclistas corren
detrás de la indiferencia
el sacerdote
acompaña con los ojos la danza
geometría de lo
agónico
suspendida en el
centro de la mirada
está la desnudez
¿habrá alguien que
pueda comprender nuestra fiesta?
ALGUIEN QUE
DESPIERTA
Abre tus ojos de
barro
tus ojos de cielo y
de noche interrumpida
tus ojos de
alfombra, tus ojos pisoteados
ábrete a la luz y
ala sombra y a los vientos
a la sombra negra
que arrojan los cuerpos.
Árbol de la
ceguera, de las muertes,
camino de las
desapariciones,
marchas hacia los
ojos abiertos del tiempo
hacia el agua pura
del instante que corre
cuando te detienes
te tornas invisible
cuando andas te
destruyes
sólo eres la sombra
de la idea de ser
pero con el hueco de
tu mano ves todo
por el hueco de tu
mano te derramas,
cuerpo ávido de
caricias de atmósferas,
mil veces impasible,
mil veces tierno
pero finalmente
absorbido por la nada
que corroe
lentamente el agua del tiempo
LA MUJER
TRANSPARENTE
Tu voz era una
bebida que yo sorbía silencioso
ante las miradas
asombradas
un pájaro de luz
salió de tu cuerpo
transparente
pájaro de luz
instante que
revolotea
a una velocidad
vertiginosa
atravesando calles y
calles
persiguen tu cuerpo
que huye
¿cuándo podrás
alejar a la jauría enloquecida?
desamparada
te has destrozado al
caer
los restos de tu
cuerpo se arrastran por todos los rincones
del mundo
ah un día renacerás
tú
la transparente
única,
inconfundible
levemente inclinada
, nunca caída
rodeada de
impenetrable silencio
avanzando tu pie
frágil entre la vacilante monotonía
ah un día renacerá
tu risa
tu risa de pájaro
transparente
tu risa herida.
LA FIESTA DE LAS
ARAÑAS
¿Ah sí, te has
despertado?
una mañana
prodigiosa abre de par en par las ventanas
el último árbol de
la noche ha dejado una huella
sobre la piel de tu
frente.
Sí, te has
despertado
agitando tu manto de
telarañas de sueño
ahuyentaste el
tropel de ratas ciegas
que te roían
dormida.
Ya estás despierta,
¿adonde vas ahora?
abandonas tu riqueza
nocturna por el gran vacío del día
y con la pálida
debilidad construyes tu marcha sin objeto.
Ya estás despierta,
subamos
por la angosta
escalera hasta el confín del tiempo
para sorprender allí
a los minutos perdidos
fugados de la vida.
No
un brusco desaliento
te detiene
frente al espacio
sin cielo donde nieblas aterradas
con inexplicable
dulzura
transforman en
viento a los que avanzan.
Algas marinas de la
esperanza
horas inútiles se
ocultan tras la puerta dorada
las palabras se
encadenan a un profundo secreto
el diamante del
desaliento brilla hacia adentro
los que se atreven a
sonreír pierden su lugar en el mundo.
¿Adonde vas sin mí?
buscas tu fiesta única
tu borrachera de
signos y cataratas
tu jaula de libertad
donde amigos
desconocidos beben tus gestos líquidos
y el veneno te mira
con ojos fosforescentes.
Prepárate para tu
fiesta
la fiesta de las
manos que se resquebrajan
la fiesta del sudor
de los crujidos
allí donde el
letargo de tu carne
se precipita en una
oscura danza.
Tu fiesta es la
fiesta de las arañas
que devoran
ferozmente tu riqueza nocturna
para alimentar su
miseria inagotable
allí sumergida en
un olvido sin límites
comprarás motivos
para tu risa
comprarás estruendo
para llenar tu silencio.
SOBRE LA
CONTRADICCIÓN
Si extiendo una mano
encuentro una puerta
si abro la puerta
hay una mujer
entonces afirmo que
existe la realidad
en el fondo de la
mujer habitan fantasmas monótonos
que ocupan el lugar
de las contradicciones
más allá de la
puerta existe la calle
y en la calle polvo,
excrementos y cielo
y también ésa es
la realidad
y en ésa realidad
también existe el amor
buscar el amor es
buscarse a sí mismo
buscarse a sí mismo
es la más triste profesión
monotonía de las
contradicciones
allí donde no
alcanzan las leyes
en el corazón mismo
de la contradicción
imperceptiblemente
extiendo la mano
y vivo.
UNA MANERA DE VIVIR
Mendigas felices,
huérfanas de suave
fascinación
derrotadas por el
secreto de la sed y las hormigas
a solas con el sol
la ternura de los
galopes a flor de tierra tan lejos de
la atadura del polvo
celeste
extranjera derrotada
por el fulgor de los relámpagos
Entonces nadie
acallaba la melodía de tus labios
que deslizaban su
fiebre giratoria de plumaje de
espumas
cerca o lejos el
espacio siempre oculta su escama
de frío
su desolada comarca
donde los labradores hacen
germinar la nieve de
la tierra
Dura comarca en que
las mujeres esperan como
leyendas en los
umbrales
condenadas a cumplir
el rito del fuego o de la
extorsión
inmóviles con sus
ornamentos funerarios donde se
abre la puerta del
amor
en una ciudad
anclada en la tristeza
Faisán de la
alabanza, tu corazón extraviado me guía
en tus ojos asoma el
prodigio de los relámpagos
la cólera que
cierra las puertas y rompe los hechizos
en un camino de
fábulas interminables, con la
negra cabellera
presidiendo el incendio de los
gestos, el calculado
delirio de las estaciones
tan distante de los
bosques enardecidos por el
verano y su follaje
moviéndose con lentitud
de verdugo
en la pesada
atmósfera de los sacrilegios
Unidas en el asombro
las hijas del
verdugo exhiben sus pies de plata y
los espectadores
aplauden
los perros husmean
las mejillas en busca de los
caminos mentales
la naturaleza imita
a la pesadumbre
naturaleza oscura
iluminada a ratos
por los relámpagos de tu orgullo
arrastrando briznas
de escalofrío
con tu violento eco
en el aire, extranjera.
HE ENCONTRADO EL
SECRETO DE TUS OJOS
Mírame
busco en el fondo
del pozo la cantárida dorada
y para salvar a la
noche asesino a los noctámbulos
mírame hasta el
agotamiento de las fuentes
donde el temblor se
deshace
en la inmovilidad de
tus ojos
¿desde qué día
señalado por la ausencia de horas
has dejado de creer
en la noche?
el amor es una forma
de la maduración de los ríos
es un pasatiempo
vertiginoso al borde del abismo
y tú has comenzado
a caminar por la cuerda de mis sueños
a embellecer la
muerte de los pasos.
Para que sólo tu
luz me ilumine
ordena que hoy sea
el último día
ordena que se
derrumben las alturas
arranca la blanca
mancha del sol
de otros ojos
extraños que pasan.
Mírame
mírame en la luz de
un universo sin mundos
en la luz de esa
aurora feroz
mírame con tus
dientes
y a través de la
espuma
de océanos
interminables que nos acechan.
LOS DÍAS IMPOSIBLES
Con garras de
refinadísima paciencia los pensamientos buscaron su microscópico
asidero su metal de peligrosa resurrección su reflexión de espejo
que amanece
y desde aquel tiempo
pasado
volvamos hacia la
actual condenación de los peces
hacia Nausicaa
aprisionada en la red de telescopios
apacigua tu voz y
enciende tu lentitud Nausicaa arroja nombres
que orienten a los
venturosos hacia el incendio de las controversias
donde todas las
religiones arden ávidas de exterminio
y el ala del ave
fénix cubre un imperio de cenizas
ave diamantina María
exhibe tu ilustre sexo
para detener la
ronda de tragedias inauditas que nos esperan
que la col
parabólica exprima su coral
y la sierpe encienda
su llama para ahuyentar ángeles panzudos
que salten los
negadores de sí mismos y estallen las hormigas
y el venerable
fósforo ilumine la parte de las manos
que giran
infinitamente cansadas de esperar
Ah son los días
imposibles niños abandonados en los andenes de las grandes
estaciones ratas hambrientas en los sótanos y los sonámbulos de pie
en las ventanas de inmensos rascacielos prontos a caminar por el
vacío
en el día inmóvil
aclamando la muerte delirante de los negros
colgados de horcas
altísimas suspendidas de ascuas voluptuosas
más allá del
pensamiento
donde se derrite la
grasa de las ideas
colgados de horcas
altísimas buscan los días imposibles
agotando jadeantes
los manantiales de sabiduría
y las mujeres
sienten al contemplarlos un cálido espasmo entre los muslos
un despertar
rigurosamente místico
pero más exacto es
el despertar del disparo y su consecuencia ensangrentada
entre los muros
más exacta la noche
y los desperdicios que la envuelven donde los rumores se han vuelto
gritos y el venerable fósforo destila su náusea diamantina para que
la náusea sacuda su cascara vibrante
buscan los días
imposibles los días inmóviles
envueltos en
hermosos terciopelos grises
en la cruda
dirección de las pirámides
la sabiduría
manejada por los recién nacidos
horcas altísimas
para que la muerte sea voluptuosa
adornada con
perfiles de vagabundos en la niebla
cierra el ojo del
cíclope impúdico
que contempla
insaciable la hora postrera de los moribundos
agita el látigo
sobre el esplendor de las caricias
hasta que jueguen la
carta desesperada de la bruma
el tiempo sigue su
curso con pies de sueño mineral
los vagabundos
invaden las palacios los videntes llaman a las puertas de los hoteles
y en la noche vacía de los orfebres el gran baile de máscaras ha
fracasado el látigo agita su intenso escalofrío
allí donde todo se
ha perdido queda la noche de los agotamientos
y el único contacto
posible es el roce delator de los mármoles
un sueño invencible
domina a los poderosos y el emperador posa su agonía
en la más alta
cúspide de la noche
en el atardecer de
un mundo fatigado de pensar
el viejo guardián
de mitos se desploma
por la ruta de los
días imposibles toda comarca es eterna.
LA MUERTE INMORTAL
Rebeldía de los
comensales. La fiesta despierta a los visionarios que fraternizan
con el alba.
Guerreros nocturnos
de espaldas contra las murallas de luz. Los mensajeros del tiempo no
obedecen las órdenes. Fracaso de la ceremonia frente al mar. Los
desterrados te abandonan oh tierra inaccesible a las súplicas.
Las esclavas se
mueven en el infinito espacio de las palabras. La desesperación se
detiene a la puerta de los insensibles. La voz henchida de una
misteriosa ternura llama.
Oscuras en el
recuerdo. Despiertan. Izan sus manos hasta más allá del tiempo. Se
clavan las uñas. Se desgarran con calculada indiferencia.
Falta el dolor y
todas las heridas son mortales. Los besos son mortales. La
desesperación llama a todas las puertas. El tiempo cambia los
cuerpos de lugar. Pasa la noche sin dejar rastros. La voz calla. Una
última sonrisa se desvanece. El humo queda. Un viento de piedra nos
envuelve. Sólo la muerte es inmortal.
ALDO PELLEGRINI
(ARGENTINA, 1903 – 1973)
Excelebte este Blog,aqui he podido encontrar poesia magnifica,de poetas de mi agrado como Leopoldo Maria Panero,Nicanor Parra, Jacobo Fijman, y ahora del poeta que ando leyendo y consultando Aldo Pellegrini.Gracias Sandra Toro,por este magnifico lugar y le sigo desde hoy en facebook.El mayor de los exitos siempre.
ResponderBorrarExcelente sitio felicitaciones Sandra
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