GRANO DE PÓLVORA A UNA CIGARRA
Empuña el sol tocando y desparramando su cuerno de fuego, y en los surcos maduros el pan estalla entre gaviotas y vasijas...
Todo está hecho así, Luisita: vihuelas y cadenas, y somos materia que habla, materia que llora, materia que canta y enormes categorías de espanto; cae el hombre y se levanta la sociedad huracanada, rompiendo esclavitud adentro y congojas grandes como espigas o como estruendos de eternidades que batallan arrojándose montañas a la cara; amor, aquí estoy cuidando tu sueño como un tigre rojo o un soldado de basalto de centinela en las avanzadas del mundo.
Sobre el hambre del régimen levantan los imperios económicos la bandera negra de la piratería internacional, enarbolada por los Caínes y traidores, y el águila de los infiernos desgarra y aplasta vientres de mujeres de miel y niños atroces con la pata macabra de la guerra y la inflación rugiente de cadáveres.
Monologando, arañándome el corazón con la cuchara rota de la pena, me arranco el pedazo del alma que representa a cada semana y te contemplo a ti adentro, solita y enorme como un nomeolvides en un abismo; viejo, furioso, tierno, el rescoldo del remoto querer levanta llamas tronchadas y multitudinarias, rajando el hígado anciano del quemado roble, y una perdiz feroz toma y emigra; soy espectáculo y audiencia de un drama eterno, copretérito, en el cual mis entrañas son el personaje latente, el rugiente fusil o caballo desaforado que busca abismos, y un hijo del pueblo, cruzando los pueblos hambrientos con su atado de volcanes gritando en la soledad de los navíos; no volveré a besar nunca jamás tu boca de tierra y mundos; y a la orilla de mí las hienas lluviosas y envenenadas de "Dios" rajan la sábana de luto del tiempo con las ganas quebradas y ensangrentadas.
Llorando como el retrato de Balmaceda en la decadencia de la clase-media provincial de hoy, penoso y telarañoso te escribo, circunscrita de amapolas, versos de fuego con hierro rugiendo y tórtolas, para el Correo del Otro Mundo, como un roto infeliz que se lavase solo la puñalada total con el jabón de olor de los recuerdos, encima de la patria caída.
Tremendamente poblado de lisiados y ladrones, asesinos y limosneros, peronistas, poetastros, sodomitas, demagogos y literatos-tiburones-cogoteros profesionales, el país de Chile parece un poncho de piojos y lágrimas, y a la opinión pública le llora un muerto en la garganta; inviernos sin braseros ni comida gotearon las últimas habitaciones, y tu ausencia, Winétt, socava la patria que cantaste; floreció el peral un tarro de llanto y las palomas se cubrieron de suicidio y lluvia en las mediaguas abandonadas de antaño, en las que denantes sentí el calofrío del infinito bajando como helado y amargo fantasma, o como obrero sin trabajo o como pasado de antigua familia caída en la prostitución y la miseria.
Como un buho en el crepúsculo se derrumban los aterrados demagogos literarios y es horrenda la existencia entre podridas gentes, entre mentiras que roen como ratones rojos la reputación democrática y el don creador, entre Obispos de Mar de la literatura que han hedionda hasta el alma, entre la cháchara radialbestial del compadrón justicialista, que en un aletazo de imbecilidad tenebroso, entre las abejas muertas de tu recuerdo que se manchan las pestañas de oro azul en el pantano de la vida.
Comprendo lo serio y tremendo que es ver llorar a un hombre; lo soy entero, definitivamente, rotundo; tu orgullo fui de hombría lleno, y lloro con vergüenza y con grandeza, lloro tal como un rotito chileno botado en las cunetas del camino, por el cual avanza como grande barco el automóvil del latifundista; o como si todo mi llanto fuera el llanto general del mundo; volveré a ser el huaso litoral, el huaso de montura de potro y cuchilla, cacho y lazo de siete corriones, espuelas con rodaja de campana de luto y manta a rayas color bandera y fuego, y el roto completamente solo y entristecido para siempre nunca, o el hacendado menor sublimado en bodeguero-despachero-carnicero de provincia o barrio de antaño y moriré apuñalado en una gran barranca. vociferando de alegría horrible; mi desesperación fusilera se desafía con mi cinturón de balas y he de caer entonces, recordándote a ti que estás presente con todos los pueblos adentro de la canción eterna, oh! dulce calandria de oro...
Entre el ilustre mar y tú, la relación de profundidad es enorme; es por aquello que no es tu recuerdo quien va adentro de mí, sino yo mismo íntegro adentro de tu recuerdo porque yo soy tu recuerdo; desde mi congoja llueve tu nombre, y voy como Galvarino con los brazos cortados a la altura del corazón.
Llora la ojota nacional, y el país hambriento y desesperado aguanta la patada del gran imperio del dólar tallada en la bota del patrón, y el peón apenas se puede la miseria; tranco a tranco, empujo mi alma como un carretón viejo; y estos renglones echan humo y pena de gran incendio, como si se quemasen todas las montañas del mundo; sobre las ruinas tremendas alto y retumba el trueno; aguarda un momento Winétt: ¡voy a golpear la Eternidad con la cacha de mi revólver...!
ESTILO DEL FANTASMA
Ya por añejos vinos,
corre sangre, corren caballos negros, corren sollozos, corre muerte,
y el sol relumbra en materias extrañas.
Sobre el fluir fluyente, abandonado, entre banderas fuertes,
sujeto tu ilusión, como un pájaro rojo,
a la orilla de los dramáticos océanos de números;
y, cuando las viejas águilas,
atardecen tus pupilas de otoño, llenas de pasado guerrero,
y el escorpión del suceder nos troncha la espada,
mi furiosa pasión,
mi soberbia,
mi quemada pasión,
contra "la muerte inmortal", levantándose, frente a frente,
enarbola sus ámbitos,
la marcha contra la nada, a la vanguardia de aquellos ejércitos tremendos,
en donde relucen las calaveras de los héroes.
Si, el incendio en las últimas cumbres;
guarda las lágrimas en su tinaja el vendimiador de dolores,
y sopla un hálito como trágico,
de tal manera ardido y helado, simultáneamente;
suena el miedo, de ser, entonces.
Encaramados a todos los símbolos,
feas bestias, negras bestias nos arrojan fruta podrida, cocos de tontos y obscuras imágenes hediondas,
y los degeneras de verula,
vestidos de perras,
largan amarga baba de lacayos sobre nosotros;
es, amiga, la familia del mundo,
no, es la flor del estiércol, es la flor, es la flor morada y rabiosa de la burguesía;
pero a la medida que nos empequeñecemos de años y de llantos, para bajar hacia la montaña de abajo,
y la figura de la verdad nos marca la cara,
avanzan hijos e hijas, retozando la historia, derrochando, derramando
grandes copas dulces, y el vino y la miel rosada de la juventud, se les caen
como la risa a la Rusia soviética;
tú y yo nos miramos y envejecemos, porque nos miramos,
y porque el arte patina las cosas,
levantando su ataúd entre individuo e infinito.
Ahora, si nosotros nos derrumbamos,
con todo aquello que nos amamos y nos besamos, mutuamente, cargados de vida,
y en lo cual radicó el honor de la existencia,
va a ser ceniza la figura del sexo y de la lengua y del pecho y del corazón, que ya alumbra,
y en los pies estará todo el peso del mundo,
y ya nos vamos llegando, aproximando a la órbita, llenando de dispersión, colmando sombra,
y tu belleza batalla contra tu belleza...
Emigran las golondrinas desde tu pelo de pueblos;
el tiempo de las cosechas del trigo y el vino
flamea en tu corazón cubierto de huevos de tiempo y manzanas,
Emigran las golondrinas desde tu pelo de pueblos;
el tiempo de las cosechas del trigo y el vino
flamea en tu corazón cubierto de huevos de tiempo y manzanas,
es decir, como tarde, cuando la tarde arrea sus rebaños;
nosotros dos, nosotros, cómo nos morimos, y cómo,
en ti la niña marchita, tan linda,
entristece de dignidad feliz a la mujer hermosa y profunda, como un carro de fuego,
en mí, el adolescente agresivo y estusiasta,
yace en este animal desesperado, con pecho tremendo, que agita la dialéctica;
país de soledad, adentro del cual golpea y revienta el océano,
y es una enorme isla, tan pequeña, que da espanto, y gira rugiendo,
porque dos criaturas están abrazadas;
huele a agua mojada, a paloma amarilla, a novela, a laguna, a vasija de otoño,
y un horizonte de suspiros y sollozos
suspende una gran tormenta sobre las nuestras cabezas;
el pájaro pálido de las hojas cedas
aletea a la ribera de los recuerdos, entre los braseros arrodillados,
y retornan las viejas lámparas del pretérito,
la angustia resplandece, como una virtud, en nosotros,
y el terror de los proletarios abandonados
nos raja el pecho, desde adentro como con fuego tremendo.
Imponente como la popa de un gran barco,
amarillo y espantoso de presencia,
el sol inicia la caída definitiva, tranco a tranco, como el buey de la tarde eterna;
besos de piedra,
todas las máscaras de dios se despluman,
y caen destrozados los penachos;
un ataúd de fuego grita desde el oriente.
BALADA DE PABLO DE ROKHA
Yo canto, canto sin querer, necesariamente, irremediablemente, fatalmente, al azar de los sucesos, como quien come, bebe o anda y porque sí; moriría si NO cantase, moriría si NO cantase; el acontecimiento floreal del poema estimula mis nervios sonantes, no puedo hablar, entono, pienso en canciones, no puedo hablar, no puedo hablar; las ruidosas, trascendentales epopeyas me definen, e ignoro el sentido de mi flauta; aprendí a cantar siendo nebulosa, odio, odio las utilitarias, labores, zafias, cuotidianas, prosaicas, y amo la ociosidad ilustre de lo bello; cantar, cantar, cantar...—he ahí lo único que sabes, Pablo de Rokha!...
* * *
Los sofismas universales, las cosmicas, subterráneas leyes dinámicas, dinámicas me rigen, mi canción natural, polifónica se abre, se abre más allá del espíritu, la ancha belleza subconciente, trágica, matemática, fúnebre, guía mis pasos en la oscura claridad; cruzo las épocas cantando como un gran sueño deforme, mi verdad es la verdadera verdad, el corazón orquestal, musical, orquestal, dionysiaco, flota en la augusta perfecta, la eximia resonancia unánime, los fenómenos convergen a él, y agrandan su sonora sonoridad sonora, sonora; y estas fatales manos van, sonámbulas, apartando la vida externa, —conceptos, fórmulas, costumbres, apariencias,—mi intuición sigue los caminos de las cosas, vidente, iluminada y feliz; todo se hace canto en mis huesos, todo se hace canto en mis huesos.
* * *
Pus, llanto y nieblas lúgubres, dolor, solo dolor mamo en los roñosos pechos de la vida, no tengo casa y mi vestido es pobre; sin embargo, mis cantares absurdos, inéditos, modestísimos suman el pensamiento, TODO el pensamiento de la raza y la voz del instante; soy un país HECHO poeta, por la gracia de Dios; desprecio el determinismo de las ciencias parciales, convencionales, pues mi sabiduría monumental surje pariendo axiomas desde lo infinito, y su elocuencia errante, fabulosa y terrible crea mundos e inventa universos continuamente; afirmo o niego, y mi pasión gigante atraviesa tronando el pueblo imbécil del prejuicio, la mala aldea clerical de la rutina.
* * *
Atardeciendo me arrodillé junto a una inmensa y gris piedra humilde, democrática, trágica, y su oratoria, su elocuencia inmóvil habló conmigo en aquel sordo lenguaje cosmopolita e ingenuo del ritmo universal; hoy, tendido a la sombra de los lagos he sentido el llanto de los muertos flotando en las corolas; oigo crecer las plantas y morir, los viajeros planetas degollados igual que animales, el sol se pone al fondo de mis años lúgubres, amarillos, amarillos, amarillos, las espigas van naciéndome, a media noche los eternos ríos lloran a la orilla de mi tristeza y a mis dolores maximalistas se les caen las hojas;. . .«buenos días, buenos días árbol», dije al reventar la mañana sobre las rubias cumbres chilenas, y más tarde clamaba: «estrellas, SOIS estrellas, oh! prodigio...»
* * *
Mis pensamientos hacen sonar los siglos, todos los siglos; voy caminando, caminando, caminando musicalmente y mis actos son himnos, cánticos naturales, completamente naturales; las campanas del tiempo repican cuando me oyen sentirme; constituyo el principio y la razón primordial de todas las tonadas, el eco de mis trancos restalla en la eternidad, los triángulos paradójicos de mi actitud resumen el gesto, el gesto, la figura del super hombre loco que balanceó la cuna macabra del orbe e iba enseñándole a hablar.
* * *
Los cantos de mi lengua tienen ojos y pies, ojos y pies, músculos, alma, sensaciones, grandiosidad de héroes y pequeñas costumbres modestas, simplisísimas, mínimas, simplisísimas de recién nacidos, aullan y hacen congojas enormes, enormes, enormemente enormes, sonríen, lloran, sonríen, escupen al cielo infame o echan serpientes por la boca, obran, obran lomismo que gentes o pájaros, dignifican el reino animal, el reino vegetal, el reino mineral, y son bestias de mármol, bestias, bestias cuya sangre ardiendo y triste, triste, asciende a ellos desde las entrañas del globo, y cuyo ser poliédrico, múltiple, simultáneo está en los quinientos HORIZONTES geográficos; florecen gozosos, redondos, sonoros en Octubre, dan frutos rurales a principios de Mayo y Junio o a fines de Agosto, maduran todo el año y desde nunca, desde nunca; anarquistas, estridentes, impávidos, crean un individuo y una gigante realidad nueva, algo que antes, antes, algo que antes no estaba en la tierra, prolongan mi anatomía terrible hacia lo absoluto, aún existiendo independientemente; ¡tocad su cuerpo, tocad su cuerpo y os ensangrentareis los dedos MISERABLES!.. !..
* * *
Ariel y Calibán, Egipto, Grecia, Egipto y SOBRE TODO Chile, los cuadrados países prehistóricos, Jesús de Nazareth, los cielos, las montañas, el mar y los hombres, los hombres, las oceánicas multitudes, ciudades, campos, talleres, usinas, árboles, flores, sepulcros, sanatorios, hospicios u hospitales, brutos de piel terrosa y lejano mirar lleno de églogas, insectos y aves, pequeñas, arminosas mujeres pálidas; el cosmos idiota, maravilloso, maravilloso, maravilloso, maravilloso orienta mis palabras, y rodaré sonando eternamente, como el viejo nidal, como el viejo nidal, como el viejo nidal en donde anidan TODOS los gorjeos del mundo!...
PABLO DE ROKHA (CHILE, 1894-1968)
He apreciado con gran gusto vuestro blog. La cuidada forma, los datos precisos, la diversidad.
ResponderBorrarLlegué accidentalmente, buscando algo de Pound y me encontré con esta maravilla de página.
Felicitaciones y un fuerte abrazo.
Jorge Muzam. Escritor chileno.
http://cuadernosdelaira.blogspot.com.ar/