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septiembre 14, 2014

POEMAS DE MACKY CORBALÁN

FOTO: Cata Boccardo

Acaricio su rostro con el pie.
Su piel es fresca,
aun cuando afuera
puede oírse el alarido del aire
incendiándose.
Ahora interpone su cuerpo
entre la lámpara
y esto que la mira,
entonces la luz es una forma,
una delicada ondulación de la carne,
un eclipse presentido
y esperado por siglos.




3er mundo
           
El aroma de la carne asada
socava el mediodía de
los míseros,
enloquece sus glándulas
y, como los animales de Pavlov,
se agitan por más
cuando nada ha habido.



*


Las moscas,
inevitables en el verano,
como el calor que sofoca
al envolvernos en su membrana
sudorosa y anodina,
los frutos henchidos y rojos,
descomponiéndose en la acera,
y —enlazados por el talle—
las parejas de enamorados
que habrán de odiarse
el próximo invierno.



*


El ómnibus cruza el paisaje,
como una flecha incontrolable;

en su interior,
la pasajera de arena
culmina una nota de adiós

y abre la ventanilla.




De La Pasajera de Arena (Libros de Tierra Firme, 1992.) 


  


VIII


Humanos

Leo en ellos como en páginas escritas.
Atravieso sus órganos opacos, su piel,
el susceptible hilado de los nervios.
Es lo de siempre, lo de cada época:
rencillas, acuerdos y desánimo. Una cosa
no entiendo: esa oscura,
repentina agitación
cuando recuerdan.




*



Algo clama por la atención del gato
que, desde su somnolencia, se yergue
y husmea el aire; como en el resto
de las cosas esenciales,
no hay nada allí que nosotros
podamos ver.



*




Fuera de esta habitación,
los perros inician su inacabable
perorata nocturna, los gatos se hacen
uno con el muro y crece, en el mundo,
una jerga animal que no me es extraña:
sube por tus ojos antes
de tocar mi cuerpo.



De Inferno (Libros de Tierra Firme, 1999.)





MÍNIMA,
en el descanso de
la fe, tallé
un dios justo
a mi medida.






REGALOS


1

Te di una piedra, fantástica
combinación de brisa, sol
marino, arena y tiempo.
Y creíste que te daba el corazón.


2

De apuro, con las ruedas de
la bicicleta apenas detenidas,
trajiste manzanas. Y seguiste,
rauda, el camino que no has
de cambiar. Pero, pequeña,
las manzanas eran rojas, brillantes,
abrían su corazón dulce al
mordisco, al ansia, a
la sed de mi urgencia.



LA LLAVE


La miro con detenimiento,
con fruición. Es diferente: brilla
con luz y oscuridad, su forma
quiso parecer un corazón
pero quedó a la mitad.

Sonríe y mira.

"La llave de mi corazón" decís al
ponerla sobre mi mano,
y vuelvo a mirarla por si fuera cierto,
como si sólo debiera elegir
el momento, el modo de la entrada.

Creer en las palabras, en el
latir que las empuja hasta la dicción,
que lo que dicen es cierto,
de alguna manera.
Creer en lo que se ve, en lo que el cuerpo
recibe, agradecido, y que el sudor deja
más que sal piel adentro.

Antes que la religión, el amor
es materia de fe.



De Como mil flores (Hipólita Ediciones, 2007.) 




9


Apenas vino el primer calor, los frutales
antes secos, se rodearon de un halo
verde que ahora es flor
blanca. Sin  preguntas
y cuando corresponde, cada árbol
hace lo que mejor sabe.




*


el animal que me acompaña siempre
ahora duerme, dormiré también
para acompañarlo yo por una vez
  

*


Suenan trompetas de tren en la distancia.
No las escucha mi padre.
No las escucha mi abuela.
No las escucho yo, almacenada
y oscura como el vino
en sitio fresco,
sin aire, ni vibraciones fuertes.



 


 (De El acuerdo, 2012).



MACKY CORBALÁN (ARGENTINA, 1963-2014)

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