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noviembre 09, 2012

POEMAS DE NELLY SACHS






¿Quién vació la arena de vuestros zapatos
cuando debíais levantaros de la muerte?
La arena, la que Israel se llevó a casa,
¿su arena errante?
Arena ardiente del Sinaí,
confundida con las gargantas de los ruiseñores,
confundida con las alas de las mariposas,
confundida con el ansia de polvo de las serpientes,
confundida con todo lo que se desprendió de la sabiduría de Salomón,
confundida con el amargor del ajenjo secreto.

Oh vosotros, dedos,
que vaciasteis la arena de los zapatos de los muertos,
¡Mañana seréis polvo, vosotros
en los zapatos de los que han de venir!



(de “En las moradas de la muerte”, 1946)





Qué bello más allá
está pintado en tu polvo.
A través del núcleo de la llama de la tierra,
a través de tu chal de piedra
has sido ofrecida,
red de despedida en la medida del pasado.

Mariposa
¡a todos los seres buenas noches!
las importancias de vida y muerte
se hunden con tus alas
sobre la rosa abajo
que se marchita con el arco de luz que madura hacia casa.

Qué bello más allá
está pintado en tu polvo.
Qué signo real
en el secreto del aire.



(de “Eclipse estelar”, 1949.)




Aquí
donde naufragué en sal,
aquí en el mar
con sus azules niños de pecho,
que se nutren
posesos de luna
en el ama del alma—
aquí en la arena,
que danzaba en el zodiaco,
aquí yace lo cifrado con lo no nacido

apareces
hacia atrás
en el vacío oscureciente,
que en torno a ti espera,
una cesta para ser llenada

con frutas
que van por metálicas vías astrales
o
son expedidas

mi aliento te tiendo
y caigo
para habitar nuevamente en un cardo
que nunca será flor-




(de “Y nadie sabe cómo seguir”, 1957)




Viene uno
de lejos
con un idioma
que quizás encierra
el laúd
con el relincho de la yegua
o
con el piar
de los jóvenes mirlos negros
o
también como una crujiente sierra
que trincha toda proximidad—

Viene uno
de lejos
con movimientos del perro
o
quizás de la rata
y es invierno
por tanto vístelo caliente
también puede ser
que tenga fuego bajo las suelas
(quizá cabalgó
sobre un meteoro)
por tanto no lo riñas
si acaso tu alfombra acribillada chilla.

Un extraño lleva siempre
su patria bajo el brazo
como una huérfana
para la que él quizá nada
nada busca sino una tumba.




(de “Huida y transformación”, 1959)


en la noche
con el desaprender lo ocupado del mundo
de lejos muy lejos
tu dedo que pintó la gruta de hielo
con el mapa cantante de un mar oculto
que amontonó las notas en la concha de tu oído
puentes-ladrillos
desde aquí hacia allí
esta cuidada edición
cuyo desenlace
será otorgado a los moribundos.



(de “Viaje a lo inmaculado”, 1961.)



¿Quién llama?
¡La propia voz!
¿Quién responde?
¡Muerte!
¿Se hunde la amistad
en el campamento del sueño?
¡Sí!
¿Por qué no canta ningún gallo?
¡Está esperando a que el beso del romero
nade en el agua ¿!

¿Qué es eso?

¡El instante de abandono
del cual el tiempo se suprime
asesinado de eternidad!

¿Qué es eso?

Sueño y morir no tienen atributos.




(de “Aún festeja la muerte la vida”, 1961.)




Desesperadamente llamas ahora desde la oscuridad
al único hombre—

Espera un instante todavía—
y tú caminas sobre el mar.
El elemento te penetra ya los poros
te hunde y te alza con él
y pronto reencontrada en la arena
y junto a las estrellas esperando huésped que vuela
y en el fuego de la reunión consumido
calma —calma—


(de “Enigmas que arden”, 1962)



Coro de los Consoladores

Somos jardineros que nos hemos quedado sin
flores...
No se puede plantar ninguna hierba medicinal
de ayer para mañana.
La salvia se ha marchitado en las cunas,
el romero ha perdido su aroma
delante de los nuevos muertos,
incluso el ajenjo estuvo amargo, sólo ayer.
Las flores del consuelo brotaron demasiado
brevemente
no alcanzan para el dolor de una lágrima de
niño.

Quizá nueva semilla
arraigue en el corazón de un cantor nocturno.
¿Quién de nosotros puede consolar?
En las profundidades del desfiladero
entre el ayer y el mañana
está el querubín
pulveriza con sus alas el rayo del dolor
pero sus manos mantienen separadas las rocas
del ayer y del mañana
como los bordes de una herida
que debe permanecer abierta
que aún no puede sanar.

Los rayos del dolor
no dejan conciliar el sueño
al campo del olvido
¿Quién de nosotros puede consolar?

Jardineros somos,
y nos hemos quedado sin flores,
y estamos sobre una estrella que irradia,
y lloramos.



Versiones en castellano de Javier Tubía




Ya no recuerdo

donde pájaros cantan
o
si hay sollozos en el mar
lleno de ángeles de la profundidad
que tiemblan el pavor sagrado
de ser tirado al aire

Nunca sé
si los deseos pavorosamente devorantes
esos peces-espada
calando
las pieles suaves de los milagros del alma
se acaban en la almendra llameante de la tierra
y si el universo afligido
en una vuelta de la noche
no apagó de un soplo mi negra luz
porque durmiendo perdí de nuevo
una palabra de amor 



Versión de Klaus Dieter Vervuert y Rodolfo Alonso


* * *


Líneas como
cabello vivo
levantado
oscurecido de noche de muerte
de mí
hacia ti.

Pescada
afuera
estoy inclinada al más allá
sedienta
por besar el fin de la lejanía.

El atardecer
arroja el trampolín
de la noche sobre el rojo
prolonga tu lengua de tierra
y pongo mi pié vacilando
sobre la cuerda que se estremece
de la muerte ya empezada.

Pero así es el amor...




NELLY SACHS (ALEMANIA, 1891-1970)

octubre 30, 2012

CARTAS DE ALEJANDRA PIZARNIK A SILVINA OCAMPO



I

Tarjeta con una reproducción de Robert Vickrey: The Labyrinth, tempera, 1951 -Whitney Museum of American Art. El cuadro representa a una monja de espaldas, con una vela en la mano, reflejándose en la pared de madera de un laberinto.
Querida Silvina, aún no llegó su carta. No llegó porque yo la esperaba. Es la vieja historia.
Hablé con Murena. Se siente mal, está con un principio de surmenage y no fue y no irá a Sur no sé hasta cuándo. Por favor ¿querría Ud. misma darle su relato a Vera Macarow? O, si prefiere, me lo da a mí y yo se lo llevo. O, si desea, esperamos a que Murena se restablezca. Por mi parte prefiero la primera posibilidad o la segunda, así sería más rápido.
Espero que esté escribiendo el relato publicable en Francia.
Hasta pronto, querida Silvina.
Suya,
Alejandra



II

Dorso de sobre con remitente en el sobre rosado, lacrado, con sello de 6 de diciembre de 1969:
Leaelidiota. montevideo 780. 7. C, Capital
Quien siente mucho, se jode y no encuentra palabras y entonces no habla y es ésa su condena. Me apresuro a emitir mil gracias por las flores que recibí gracias a vos el sábado 29/11/69 a las 7 u 8 del crepúsculo, son tuyos o no los dibujos o incisiones o mascarillas...
Un abrazo breve
para que admires qué
pronto conseguí un
gravador de papeles
como el tuyo,
A.

PS
También es inesencial si las incisiones que representan rostros en los pétalos aluden en mi rostro o al de Pompidou (me salió un chiste malo: La Pompidour ¿no seré yo, carajos?).

En tinta naranja, al reverso
Adjunto Redon y la preciosa niña que pone en erección las orejas y los codos. Borrá, tachá o rompé las leyendas idiotas, s.t.p. No te diré jamás el nombre del que hizo la niña del culo airoso. O quizás...

Acompaña en hoja aparte una reproducción de una litografía de Odilon Redon, Sour la Coupe (Dans le Rêve, 1879). A la izquierda, en tinta azul:
Silvina: c'est mon préféré (1).
Hay otra reproducción sobre la cual ha escrito Alejandra:
O. Redon: “Monoplano dotado de un ojo plástico y representando la concha de tu hermana” (los críticos me acusaron de refinado hasta la “decadencia”)

Hay otra reproducción sin autor ni título que representa a una muchacha desnuda internándose en un bosque y dejando atrás una enorme oreja. Alejandra ha escrito transversalmente en tinta azul al borde del dibujo:
Concha Unamona: “Del culo trágico de la vida” seguido de “¡Adentro!”

Acompaña también una figurita que representa a una niña con cesta llena de flores – en la falda ha escrito Alejandra:
Gracias por las flores.


(1). “Silvina: es mi preferido”.




III

Tarjeta minúscula con tres niñas-ángeles en la nieve -la más pequeña avanza con un farol
Señores de ahí arriba: para Silvina exigimos todas las alegrías suaves e intensas, y que escriba muchísimo, y que sea como es si bien la aceptamos de todos modos si llegara a cambiar.
Otrosí: deseamos para ella todo el bien
Alejandra




IV

Sobre minúsculo con misiva también minúscula en papel de seda con una banda roja en el borde superior

Ere du cure-dents (2)

“No habrá ninguna igual” dijo mirando a Sylvette. Pero si Sylvette no se pone a escribir como Balzac, su amiguita Sacha tomará severas medidas. Entretanto le sonríe porque después de todo, ¿qué? Después de todo ¿qué?
 


(2). Era del palillo.




V

Dedicatoria de una separata titulada “Relectura de Nadja” de André Breton -Por Alejandra Pizarnik. (Testigo, n° 5, Buenos Aires, enero-marzo de 1970). La caligrafía es ornamental, en tinta verde con flores y trazos exagerados.
Para Silvina un articulito demasiado intimidado por el amor al poeta (lo escribí para la NRF “en ocasión” de la desaparición (palabra encuadrada en fucsia) de André Breton (la “A” de André es muy alta y dibujada en fucsia y verde), un señor desconocido, por cierto).
No lo leas: te aburrirás porque es aburrido. Tu muy Alejandra Alejandra Alejandra.

Al margen, transversalmente:
(no lo dedico también a Adolfito para que se sienta libre de no leer esto que no [tachado por Alejandra]).

En el texto del artículo, Alejandra ha añadido en forma manuscrita, en tinta verde, referencias que no aparecen en el texto impreso:

P.13, cita: La conmovedora expresión de noche de verano prometida...

Añadido por Alejandra en el margen superior:
1 – d'Arnim: prefacio de Breton a Contes Bizarres
Idem, cita: (...tú no tendrás en esta vida otros placeres que aquellos que se prometen a los niños mediante la idea de grutas encantadas y fuentes profundas).


Añadido por Alejandra en el margen inferior:
2- Palabras de Günderode (Carta de Bettina van Brentano)

Idem, cita: Mi propia aparecida condenada a mi forma en este mundo (…) Y yo salí de mí siendo yo y siendo ajena lo mismo que las sombras.

Añadido por Alejandra en el margen inferior:
3 y 4- Versos de Olga Orozco.

P. 16, cita: “Sueña en ella; no busques más respuesta”

Añadido por Alejandra en el margen inferior, en tinta violeta:
Hölderlin

P. 18, al pie del artículo, en tinta verde:
escrito en 1966




VI


Tarjeta con dos tréboles, uno violeta y otro celeste, sobre fondo rectangular verde enmarcado en celeste.
Silvina:
hoy me pregunté:
¿cómo sería el mundo si Silvina no hubiese nacido?
Gracias
Tuya
Alejandra


Escrito transversalmente en el borde izquierdo:
Silvina Silvina Silvina Silvina




VII

JUEVES 26, A LAS 5 DE LA TARDE
Silvina, Sylvie, Sylvette, te llamé y nadie contestó. Por eso te escribo. Es algo muy simple (“c'est aussi simple comme une phrase musicale”(3)) y que puede formularse más o menos así: la habitación se balancea y oscila como un barco. Cuando te llegue esta cartita ya no se moverá más mi cuarto, gracias a vos y un poco gracias a mí, porque te escribo en vez de quedarme “inmoble” (lo descubrí ayer). En suma, quisiera, al final de todo, poder decir como el Poeta:
“on n'a pas été des lâches
on a fait ce qu'on a pu”. (4)
Por otra parte, mi cuarto es poco alentador. Ayer, decidida a reparar los daños que me causó la tormenta -la traidora! con lo que me gusta!- arrojé todo o sea libros, discos y cahiers al suelo a fin de ordenar ese conjunto de un modo más inteligente. Como no me animo a regalarte discos (salvo del estilo del de Salónica) me apresuro a contarte que ya se consiguen las piezas para clave de COUPERIN. La clabicembalista (!) se llama ETA HARICH SCHNEIDER. Título general: “Música para clave de Couperin”
Ignoro cómo le caerá a la edipita Edith el nombre de ETA. Además Couperin se asocia con couper (5) y Schneider si bien significa sasstre, alude también al verbo cortar.
Moraleja: no darle a Edith una tijera de sastre pues no vacilará en cortar el disco en dos partes: le derrière et le devant(6). Le derrière es algo que no se toca sin ser un instrumento. Le devant es algo que se que se que se (se acabó la cinta, oh mi complejo de Persefone, oh mis ganas de Amaltea, etc.).
Ahora me siento mejor, Sylvette (no habrá ninguna igual) y te bendigo desde el fondo de los fondos de mi casa y de mi raza (de la que me siento desunida, sin embargo los oigo allá lejos cantarme sus ensalmos). Dije ensalmos y el barco se detuvo. Silvina, chérie, escribí mucho: si no lo hacés vos ¿quién lo hará, entonces? Te lo reitero, lo sé; volveré a decirlo, ahora y siempre. Algún día me contarás un cuento con caballos de calesita? “Yo he sufrido tanto.
¿Me lo contarás algún día?” Gracias (estoy muy bien)
y un abrazo matemático de
A.
P.S.
Matemático porque releí el bellísimo “Les nombres d'or”.

P.S. (b)
este jardincito se formó mientras te escribía, S. tan esto y aquello, tan Sylvette y además tan de salir de sí por eso Sylvette “cuaja” (sic mis amigos de Españia) a las maravillas.
Jardín de Sylvette a la hora de las maravillas
La tarjeta muestra un campo en fondo rojo con flores rosas y naranjas.





(3). “Es tan simple como una frase musical”.

(4). “No hemos sido cobardes
        Hemos hecho lo que pudimos.” 

(5). “Cortar” 

(6). “El trasero y el frente”.




VII

SIN FECHA

Silvina querida, te dejo los fósforos a ver si escribís otro cuento (por favor) con y acerca de y cerca del fuego. (“vivir ardendo / e non sentir il male” dice -y perdón por las faltas- la adorable Gaspara Stampa). Y luego: “Que no haya más finito ni infinito. Que solamente el amor vuelto fuego perdure.”
Tuya
A.




IX

Sobre minúsculo que dice en el ángulo izquierdo en tinta verde:
I'm an old story
qui suce an ice-cream under
the old-time music (7).
Sylvette Ocampo
Posadas 1650 – 5° piso
Buenos Aires


Al dorso se lee el remitente: Sachenka – Montevideo 980. 7° C
Yes, the sea is blue, so blue
the sea is blue
Du hast kein Herz, Pedro und ich liebe dich so (8).
(Para Pierre y Para Elisa).

Transversalmente a la izquierda
And the green moon(9) Valéry. A la derecha: Je suis l'inconsolée... (10)

Adentro, en una pequeña hoja anaranjada
FAZ 1
Toscana – Toscana 1869
que te sirva de lección / y que seas como sos / o como quieras / stop / pues se te quiere / se te quiere / se te quiereeeeeeeeeeeeeeemem kan ti siz de pilil asis a puál opré di puale. Gare oz anges, ma amie. Ne ríz pa tant de glas de crém ris car tut le mond en parle. Suá er´z, ma biche; suá gé, mon p'tit.
P.D. Gare ó puals qe ti trouv dan la súp. Ne dans pas en les avalant (11).
Quiero ir a las islas Sandwich!
PRIMOR 2 Riga Riga 1866 pas de 69
Je sus la Mère Lachaize
Lâchez-tout
et laissons que le monde se réduise â un seul bois noir pour nos yeux étonnés (12)
(Bravo!)




(7). “Soy una vieja historia
chupando un helado
bajo la vieja música”

(8). “Sí, el mar es azul, tan azul
el mar es azul.
No tienes corazón, y te amo tanto, Pedro.”

(9). “Y la verde luna”.

(10). “Soy la desconsolada”.

(11). Las frases escritas en francés remedan una escritura fonética a veces difícil de descifrar.
“Aun cuando chupes píldoras desnuda, sentada cerca del fuego. Cuídate de los ángeles, amiga mía. No te rías tanto del helado de crema rusa porque todo el mundo lo comenta. Sé feliz, mi cervatilla; sé alegre, mi niño.”
P.D. “Cuidado con los pelos que encuentres en la sopa. No bailes mientras los tragas.”

(12). “Soy la Madre Lachaise (Alejandra se refiere aquí al cementerio de París llamado Père Lachaise)
Suelten todo
y dejen que el mundo se reduzca a una sola madera negra para nuestros ojos asombrados.”




X

SIN FECHA
Sobre minúsculo que dice en el ángulo derecho:
El Proceso
en tinta verde -y luego, abajo:
Sra. Doña Silvina Ocampo de Bioy - Posadas 1650/ 5° - Capital.

En el dorso, con tinta verde, dice como remitente:
“VILLA LOS NUEVOS NUEVE CANARIOS” - TORTUGUITAS - Aquiles esq. Zenón (frente a Chuang Tzu) - San Agripa de Areco.

Transversalmente a cada lado del sobre, en tinta roja, se lee a la izquierda:
CARTERO: lea EL Castillo y del lado derecho: Cada cual tiene el Kafka que merece.




XI

SIN FECHA
Sobre minúsculo de color rosado, dirigido a
Madame Silvina OCAMPO de Bioy - Posadas 1650 - Buenos Aires y atrás en el remitente:
Alejandra Pizarnik, Montevideo 980, Cap. Federal -

todo en tinta roja. Abajo del remitente en tinta azul:
ETANG BLEU - La Table Ronde

y más abajo en tinta verde:
LA FORET DES DRAGONS

y a la izquierda transversalmente:
Tombeau de Merlin (13)

y a la derecha:
VIVIANE LA FEE.

Del lado interior del sobre se lee:
merda! soy lúcido! F. Pessoa

Minúscula hojita roja, escrita en tinta negra:
Sylvette: decí que sí, decí sí, a ber ¿qué vas a ser cuando seas grande? Yo seré todo menos partera o portera porque odio el Partenon. Cantemos en coro: que se muera la (tachadura) cultura para que biba la POESIA.


(13). Tumba de Merlín.




XII

SIN FECHA
Querida Silvina, le ciel est si bleu, si tendre (14), muy parecido a tu sonrisa. Pero ayer a las 20 horas no fue así pues no sé por qué, sobre el celestegrisrosa del crepúsculo vino una nube enorme, enorme, y también negra, y también erizada, como hecha de la materia de un gato electrizado, quiero decir de la piel de ese gato que por otra parte nunca vi sino dibujado en una historieta.
Me siento muy orgullosa y con un poquito de miedo -a causa de la responsabilidad que implica- escribiendo con tu lapicera. Tengo que acostumbrarme a ella pues exige una impetuosidad y una generosidad y una entrega propias en mí de un instante privilegiado y en vos de tu estado natural de ser y de estar. (Se entiende algo o es cierto que el sol me inmovilizó el pensamiento?). Quiero decir que no será extraño si ella cambia de forma –y sobre todo el sentido- de mis poemas venideros. (Cuando yo tenía 6 años me pasaba la vida escribiéndoles a los Reyes Magos –no sólo en su día sino en cualquier otro- pidiéndoles una lapicera que supiese sumar, restar y dividir sola; ella dirigiría mi mano derecha mientras la izquierda, debajo del pupitre, da vuelta las páginas del libro de cuentos que leo mientras la lapicera se las arregla mágicamente para hacer de mí el genio de las matemáticas. Esto es idiota pero no hago más que recordarlo desde el lunes).
Encontré un librito de Old Montaigne que por momentos es muy delicioso: “Sur le plus beau trône du monde on n’est jamais assis que sur son cul”(15).
¿Te deje muy triste el otro día? Espero que no. Confío en que no. Aun así, y aunque maldita la gracia que me hace tender mi tristeza sobre la mesa como un mapa, aun así es una Gran Prueba de Amistad de mi parte esto de no sonreír todo el tiempo y de no decir chistes todo el tiempo, que es lo que hago con 99 de cada 100 personas que conozco. Quiero decir que revelar la tristeza es algo así como la máxima confesión (al menos, en mi caso). Pero me horroriza pensar que pude comunicártela. Ojalá que el peregrino la haya disipado si es que no la dejé al irme.


Minúsculo dibujito de una niña arrastrada por –o arrastrando- un cometa-flor

Estuve pensando mucho en lo que dijiste sobre la continuidad del poema, aquello de que un verso llama a otro.
Creo que te va a encantar como a mí la dama que está a la izquierda, en el primer plano, vestida de azul, dueña de una lujosa cola blanca, parecida –si j’ose dire (16)- a la de un caballo. Aunque temerosa de exagerar, me he atrevido a pensar que también sus finas y blancas piernas tienen un no sé qué de equino. (En las noches de invierno ella galopa con sus piececitos vestidos de azul y danza, danza de alegría, de miedo, danza para alegrar su pequeño corazón, su corazón de madera, su corazón de buena suerte).

Minúsculo dibujo de una niña llevando una flor

Por primera vez, después de muchos meses, leí un diario. Al dejarlo he sentido deseos de ir a Uganda. Habría que traer a la Mère Ubu y al Père Ubu como reyes.
Vengo de un paseo de cuatro horas solitarias en bicicleta. Por eso la carta está girando (“elle tourne, elle tourne comme dans les rêves de la reine folle...(17)”).
J’e t’embrasse (18)
Alejandra




(14). “El cielo es tan azul, tan tierno”.

(15). “En el trono más hermoso del mundo uno no se sienta sino sobre su culo”.

(16). “Si me atrevo a decir”.

(17). “Ella gira, gira como en los sueños de la reina loca...”

(18). “Te beso”.




XII

B.A., 3/IV/1970 - A SILVINA
Chére musicienne du silence (19) (palabras esscritas en tinta verde),
por favor, no digas: “¡Qué decadencia! Escribe con una lapicera a bolilla!” puesto que se trata de uno de los juegos fortuitos del azar. Sucede que el domingo pasado (se) escribí(ó) un diálogo entre marionetas. Mi preferida era -te será fácil imaginarlo- una marioneta notoriamente minúscula que a una pregunta acerca de su identidad dice ser “un enano a secas” llamado Zacarías Bienvenido Cipriano, autor de una pieza teatral llamada como él, es decir: los pompones (subrayado en verde) (Prosigue mi texto con otros avatares no menos urgentes para la humanidad hasta que (se me) escribe/escribo esta frase:
El hada está mamada (subrayado en verde) -dijo un pompón (subrayado en fucsia).
¿Qué decirte si ya sonreíste y ya sentiste lo que sentí al sonreír y leer mi frasecita? Pero -¡oh manes de Coleridge! sonó el timbre y un amigo se abalanzó a los gritos de “soy feliz y te traje un regalo”. El regalo era una caja con cositas que te encantarían si bien nada supera la gracia de esta deliciosa lapicerita cuyo extremo aparece abrigado ¡por un POMPON! Tiernísimo, azul, invernal, anhelante de nieve y... “ça chauffe le coeur” (20), dije a mi amigo y a vos.
Esta escena banal marcó el fin de una semana de: tengo que tirarme por la ventana (subrayado en negro). El mismo amigo recién venido de Parigi me entregó una cinta grabada “para vos por el amigo Julio (CORTÁZAR)(subrayado en verde). Ayer fui chez Olga -dueña del mismo enorme grabador que tiene Julio- y, a pesar del pompón, el asma no me dejaba, no me soltaba, no quería que yo respirase, como, por ejemplo, mi “empleada”, que, hoy lo supe, tiene este nombre: Emma Victoria Paz.
Empieza la cinta. A la 2a. frase me pongo los lentes oscuros. A la tercera me pongo a dibujar y a fingir que solo me importa ese muñequito (¿Zacarías?) huido de mi pluma. Es simple: Julio me habla como por teléfono, es tal hora, hago tal cosa, llegó tu libro “Nombres y Figuras” (ese opúsculo plateadito impreso en la Madre Patria que nos parió), lo miro, lo abro; ese título del primer poema es un blue de Bessie Smith ¿no lo escuchaste en mi casa?, a ver, voy a leerlo -y lo lee en voz viva, y lo comenta y lloré como 1339 perritos recién nacidos- ignoro si Olga se dio cuenta de que yo no cesaba de dibujar sin nada ver porque el llanto era como una lluvia adherida a la ventana. Qué simple y terrible, Sylvette, ese encuentro (subrayado en verde) entre Julio y yo en el espacio o herida de un librito solitario a nadie destinado. No dejes de verlo a Julio, su n° está en la guía, no dejes de decirle que por llorar gracias a él pude respirar como la reina de los respirantes, no dejes de decirle que el mero hecho de que él, Julio, exista en este mundo, es una razón para no tirarse por la ventana. Julio, vos, Adolfito, Octavio...Pienso que están aquí (así como Hölderlin, cuando una noche “me dijo”: “Estás llorando porque el amor ha muerto (para vos, claro). Desde hoy amarás sombras. ¿Y qué?” Perdón: lo dijo con voces más hermosas.) y me digo: Ellos aseguran tu mundo vertiginoso e inclusive te ayudan a respirar como no lo puede hacer ningún medicamento (espacio en blanco). ¡Pero qué carta tan llena de cajas de yo-yo! Perdoname, Silvina, Silvina la mía, la que sos para mí, y qué imagen bella -pero lo sabés. (Si se te ocurre mostrarle a Julio esta carta, no me opongo, todo lo contrario; tampoco, ça va de soi (21), te sugiero que lo hagas). ¿Estás en París? Si podés -siempre que regreses en barco- comprar papel para cartas, tant mieux. Había lindo, recuerdo -en la Papeterie Montparnasse, junto al Café DOME. No digo que los compres para mí sino para vos, naturlich. Pensame tiernísima. Aceptame dos besos de la que te es esencialmente FIEL:
Sacha


(19). “Querida música del silencio”.

(20). “Esto calienta al corazón”.

(21). “Por supuesto, se sobrentiende”.




XIV

22/ SEPT/ 1971
Pegado al margen superior, un pequeño recorte que dice:
Every letter is the center of a charming scene (22).
Qué bellos, qué irremediables, qué pujantes, qué dulcísimos, qué inapelables, qué infusos de temor y temblor, qué nacidos de un muy alto brío, qué exaltantes, qué perfectos, qué modo de ser inspirados e inspirantes, queridísima -oh, tanto!- Silvina, son tus poemas de la Revista de Occidente!
Tuya y emocionada, te besa TU
Alejandra

En el lugar del remitente del sobre:
Soyez réaliste,
demandez l' impossible (25)




(22). “Toda carta es el centro de una escena encantadora”.

(23). “Sea realista,
Pida lo imposible”.




XIV

B. A. 31/1/72
Ma très chère(24),
Tristísimo día en que te telefoneé para no escuchar sino voces espúreas, indignas, originarias de criaturas que los hacedores de golems hacían frente a los espejos (cf. von Arnim).
Pero vos, mi amor, no me desmemories. Vos sabés cuánto y sobre todo sufro. Acaso las dos sepamos que te estoy buscando. Sea como fuere, aquí hay un bosque musical para dos niñas fieles: S. y A.
Escribime, la muy querida. Necesito de la bella certidumbre de tu estar aquí, ici-bas pourtant(25) [aquí abajo, sin embargo]. Yo traduzco sin ganas, mi asma es impresionante (para festejarme descubrí que a Martha le molesta el ruido de mi respiración de enferma.) ¿Por qué, Silvina adorada, cualquier mierda respira bien y yo me quedo encerrada y soy Fedra y soy Ana Frank?
El sábado, en Bécquar, corrí en moto y choqué. Me duele todo (no me dolería si me tocaras –y esto no es una frase zalamera). Como no quise alarmar a los de la casa, nada dije. Me eché al sol. Me desmayé pero por suerte nadie lo supo. Me gusta contarte estas gansadas porque sólo vos me las escuchás. ¿Y tu libro? El mío acaba de salir. Formato precioso. Te lo envío a Posadas 1650, quien, por ser amante de Quintana, se lo transmitirá entre ascogencia y escogencia.
Te (les) envié aussi un cuaderniyo venezol-ano con un no sé qué de degutante(26) (como dicen Ellos). Pero que te editen en 15 días (…) Mais oui, je suis une chienne dans le bois, je suis avide de jouir (mais jusqu’au péril extrême)(27). Oh Sylvette, si estuvieras. Claro es que te besaría una mano y lloraría, pero sos mi paraíso perdido. Vuelto a encontrar y perdido. Al carajo los greco-romanos. Yo adoro tu cara. Y tus piernas y, surtout (bis10) tus manos que llevan a la casa del recuerdo-sueños, urdida en un más allá del pasado verdadero.
Silvine, mi vida (en el sentido literal) le escribí a Adolfito para que nuestra amistad no se duerma. Me atreví a rogarle que te bese (poco: 5 o 6 veces) de mi parte y creo que se dio cuenta de que te amo SIN FONDO. A él lo amo pero es distinto, vos sabés ¿no? Además lo admiro y es tan dulce y aristocrático y simple. Pero no es vos, mon cher amour. Te dejo: me muero de fiebre y tengo frío. Quisiera que estuvieras desnuda, a mi lado, leyendo tus poemas en voz viva. Sylvette mon amour, pronto te escribiré. Sylv., yo sé lo que es esta carta. Pero te tengo confianza mística. Además la muerte tan cercana a mí (tan lozana!) me oprime. (…) Sylvette, no es una calentura, es un re-conocimiento infinito de que sos maravillosa, genial y adorable. Haceme un lugarcito en vos, no te molestaré. Pero te quiero, oh no imaginás cómo me estremezco al recordar tus manos que jamás volveré a tocar si no te complace puesto que ya lo ves lo sexual es un “tercero” por añadidura. En fin, no sigo. Les mando los 2 librejos de poemúnculos meos –cosa seria. Te beso como yo sé i a la rusa (con variantes francesas y de Córcega).
O no te beso sino que te saludo, según tus gustos, como quieras.
Me someto. Siempre dije no para un día decir mejor .
Ojo: esta carta tu peut t’en foutre et me répondre à propos des(28) hormigas culonas.
Sylvette, tu es la seule, l’unique. Mais ça il faut le dire: Jamais tu ne rencontreras quelqu’un comme moi –Et tu le sais (tout)
(Et maintenant je pleure(29). Silvina curame,
ayudame, no es posible ser tamaña supliciada -)
Silvina, curame, no hagas que tenga que morir ya.

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Epígrafe de un texto de umor

                                              “TOTAL ESTOY”
                                                                 Tolstoy

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P.S.
Besos a Martha. Cómo está? Ignoro por qué la evoco estos días. Decile que Historia del Arte es, chez nous, una carrera que conduce derechamente a la mierda. Lo averigüé ad hoc - ad joch.
Silvette




(24). “Mi muy querida”.

(25). “Aquí abajo, sin embargo”.

(26). “Desagradable”.

(27). “Pero sí, soy una perra en el bosque, ávida de gozar (pero hasta el peligro extremo)”.

(28). “Poder meterte esta carta en el culo y contestarme acerca de...”

(29). “Sylvette, sos la sola, sos la única. Pero es necesario decirlo: nunca encontrarás a nadie como yo. Y eso lo sabés (todo).
Y ahora estoy llorando”.





(de "Correspondencia Pizarnik", Ivonne Bordelois. Editorial Planeta, Buenos Aires, 1998.)