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noviembre 07, 2009

POEMAS DE JEAN ARP



EL PADRE, LA MADRE, EL HIJO, LA HIJA


El padre se ha colgado
en el lugar del péndulo.
La madre está muda.
La hija está muda.
El hijo está mudo.
Los tres siguen
el tic tac del padre.

La madre es aire.
El padre vuela a través de la madre.
El hijo es uno de los cuervos
de la plaza San Marcos de Venecia.
La hija es una paloma mensajera.

La hija es dulce.
El padre come a la hija.
La madre corta al padre en dos
come una mitad
y ofrece la otra a su hijo.

El hijo es una coma.
La hija no tiene cola ni cabeza.
La madre es un huevo espoleado.
De la boca del padre
penden colas de palabras.

El hijo es una pala rota.
Por eso el padre se ve obligado
a trabajar la tierra
con la lengua.
La madre sigue el ejemplo de Cristóbal Colón.
Camina sobre sus manos desnudas
y atrapa con sus pies desnudos
un huevo de aire tras otro.
La hija repara el desgaste de un eco.

La madre es un cielo gris
y abajo muy abajo se arrastra
un padre de papel secante
cubierto de manchas de tinta,
El hijo es una nube.
Cuando llora llueve.
La hija es una lágrima imberbe.

(Versión de Aldo Pellegrini)



PLAZA BLANCA


esta mañana coloca en mi camino
sólo los bibelots de la muerte
las campanas tocan años en cada minuto
pasan años que tienen abanicos de hormigas en las cabezas
pasan años que tienen hocicos vegetales
y aletas de genio
pasan años que ahuyentan a pequeños años

la luz del arte habla del suicidio delicioso
cierro los ojos y me encuentro en la plaza blanca
el agua de la plaza está agitada
olas enormes se precipitan sobre las casas
y arrancan los labios
que los pájaros han colocado en las ventanas
abro los ojos
las blancas crines echan a volar
soñadores tomados de la mano como los ciegos
atraviesan la plaza
el viento acaricia las plantas domesticadas
cierro los ojos
es de noche
de pronto me despierto en la noche
los pájaros cantan
es de día
montañas líquidas flotan en el aire
abro los ojos y me duermo de pie, en medio de la plaza blanca
la umbela de las estrellas se cubre de labios


(Versión de Aldo Pellegrini)



SOPHIE SOÑABA SOPHIE PINTABA SOPHIE DANZABA


Soñabas con estrellas aladas,
con flores que miman a flores
en los labios del infinito,
con fuentes de luz que se abren,
con eclosiones simétricas,
con sedas que respiran,
con ciencias serenas,
lejos de las casas de los mil dardos
de las prosternaciones de desiertos ingenuos,
entre mil milagros desordenados.
Soñabas con lo que reposa en la inmutable morada
de la claridad.
Pintabas una rosa desvelada,
un ramo de ondas,
un cristal vivo.

Pintabas las conchas
que recogías a la orilla del mar
y que colocabas en la mesa de dibujo
en torno a una concha grande
como un rebaño en torno a su pastor.
pintabas una lágrima entre el rocío,
una lágrima entre perlas.
Pintabas la claridad que hace latir el corazón,
la dulzura que hace mover los labios.
Pintabas la noche que tiende las estrellas,
el sueño claro,
el buen placer de las flores.

Danzabas la aurora que desborda a la tierra.
Danzabas el jardín estremecido al alba.

Danzabas en el paisaje enguantado de la luna
con los gnomos traviesos de la sombra.
Danzabas el desnudo que pierde su juguete de aire,
el placer que solloza desposeído.
Danzabas las seis butacas bermejas
más perspicaz que seis cerebros de filósofos,
mientras el patíbulo de marfil sombreaba en la lava
de lo oscuro,
la risa del polvo,
la noche del mediodía y sus canciones de grillos.
Danzabas el adiós.




SOFÍA 2


¿Cuál era tu sueño
cuando dejaste esta orilla?
¿Soñabas con una balsa de estrellas a la deriva,
soñabas con abismos de candor?

Separaste las esferas intransigentes
para tomar una flor.
Eras el eco de un mundo de luz.

Las mariposas representan una escena de tu vida
que muestra el despertar de la aurora en tus labios.
Una estrella se forma siguiendo tu diseño.

La cortina del día cae para ocultar los sueños.
Eres una estrella que se transforma en flor
La luz se desliza bajo tus pies
y alas radiantes te rodean como un cerco.

La flor se balancea en sus alas.
Ostenta una joya de rocío.
Sueña con una lágrima de sutileza.
Sus besos son perlas.

Ella desaparece, desaparece
en su propia luz.
Ella desaparece, desaparece
en su pureza, en su dulzura.

Soñaste sobre el índice del cielo
entre los últimos copos de la noche.
La tierra se cubrió de lágrimas de gozo.
El día se despertó en una mano de cristal.


(Versión de Aldo Pellegrini)



Y GOLPEA Y GOLPEA Y GOLPEA


y sigue golpeando y otra vez
y así a continuación
y una vez dos veces tres veces hasta mil
y vuelve a empezar con más fuerza
y golpea la gran tabla de multiplicar y la pequeña tabla
de multiplicar
y golpea y golpea y golpea
página 222 página 223 página 224 y así a continuación hasta la página 299
pasa la página 300 y continúa por la página 301 hasta la página 400
y golpea ésta una vez hacia delante dos veces hacia atrás tres veces
hacia arriba y cuatro veces hacia abajo
y golpea los doce meses
y las cuatro estaciones
y los siete días de la semana
y los siete tonos de la escala
y los seis pies de los yambos
y los números pares de las casas
y golpea
y golpéalo todo junto
y la cuenta está hecha
y da uno.




(Versión de Jesús Munárriz)



JEAN ARP (FRANCIA, 1886- 1966)


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